Alexis…
Traicionado.
Así me sentía. Era el sentimiento perfecto que describía lo que sentía en mi interior. Ninguna chica había podido hacer que me sintiera de esta manera. Nunca.
Traicionado.
Una palabra. Once letras. Un sentimiento. Y es uno de los sentimientos que más duele en este mundo. Es muy raro. Scarlette y yo no somos nada. No somos novios, no somos amigos con derecho a rose, no somos amigos. Simplemente compañeros de dormitorio y es más, ni nos llevamos bien. Entonces, si no somos nada, y mucho menos, nos llevamos bien…
¿Por qué mierdas estoy con este sentimiento en el pecho?
¿Por qué me dolió al ver a James parado ahí con ese enorme cartel?
¿Por qué me dolió tanto cuando ella le dijo que si?
¿Por qué me dolió tanto cuando lo beso?
¿Por qué me quede shock?
¿Por qué me largue?
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Tengo tantas cosas en mí cabeza, que me siento hasta mareado. En mi cabeza tengo una bola de estambre, toda enredada que no sabes ni por dónde empezar. Son tantas preguntas las que tengo, pero son muy pocas las repuestas que están a mi alcance.
Me encuentro en una cafetería que está a un par de calles de la Universidad, creo que un poco de cafeína me podría ayudar en estos momentos a aclararme la mente y resolver todo estos sentimientos.
Sentado en una mesa. La mesa del rincón. Aquella que siempre acompaña a las personas que se sienten solas, que se sienten mal con ellas mismas, que tienen problemas, que están cansadas y que ya no pueden soportar la misma mierda de todos los días. Esa mesa, esa mesa es mi única amiga, es la única que comprende que algunas veces, algunas personas necesitan apoyo, pero no quieren que le pregunten el ¿Por qué?, ella es la única que te acompaña y te apoya sin preguntarte, ni exigirte nada. Esa es en la mesa en la que estoy.
Sentado en una mesa del rincón, con una taza de café entre las manos, así me encuentro. Físicamente, mi cuerpo no aparta la vista del humo que sale de la taza, pero psicológicamente, mi mente esta maquinando millones de cosas a la vez. Mi mente está preguntándose tantas cosas, que se siente agotada, como cuando presentas una prueba y está demasiado difícil y no paras de pensar y al acabarla estas agotado. Así me encuentro, agotado.
Cierro mis ojos y dejo mi mente en blanco….
No llevo ni dos minutos, cuando siento que alguien se sienta delante de mí.
Abro mis ojos y veo unos ojos quisquillosos ojos color café claro observándome. Unos ojos cafés claros que no soporto. En ocasiones como estas.