Con el nuevo milenio «U.S. Robots» realizó la distribución de androides más grande de la historia, pero nadie, incluido HyungWon, sospechó que ese sería el primer paso hacia la caída de la humanidad. O tal vez... una oportunidad para comenzar de cer...
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Año 2999
La conclusión de un milenio estaba en el horizonte y otro iniciaría prometiendo maravillosos progresos para la humanidad.
Toda la atención estaba sobre la próspera compañía dedicada a la producción, venta y diseño de robots, «U.S. Robots», la cual a través de numerosos medios de comunicación anunciaba el lanzamiento al mercado de una novedosa generación de máquinas de alto desempeño: Los NS-3000: «El robot del mañana.»
En retrospectiva la idea de comprar y tener a un robot para que atendiera las tareas domésticas, había sido utópico. Al inicio hubo muchísima controversia y debates de si debíamos o no confiar en una entidad mecánica artificial, y el estudio en el campo de la robótica necesitó un largo proceso para solucionar los problemas que ocurrían durante el montaje y programación de los androides, que en un futuro no muy lejano acabarían conviviendo codo a codo con los humanos.
La historia de la robótica siempre ha estado unida a la construcción de artefactos que materializan el deseo humano de crear seres a su semejanza para aligerarles el trabajo. Por ejemplo, en el pasado el límite era la creación de maquinas que optimizaban y aceleraban el proceso de producción en serie, pero luego el terreno de la robotecnología siguió su curso y presentó propuestas más llamativas como prototipos de mascotas electrónicas que intentaban imitar el comportamiento de perros y gato. Y digo "intentaban" porque seamos sinceros, ¿cómo una maquina fría y llena de circuitos podría reemplazar a una mascota real?
En la sociedad se percibía la existencia de una «tecnofobia» y los expertos hablaban de un supuesto «complejo de Frankenstein», es decir, el temor del ser humano frente a máquinas que hipotéticamente podrían rebelarse contra sus creadores. Debido a ello, los especialistas de «U.S. Robots» determinaron una medida de protección para los seres humanos y así aparecieron las tres leyes de la robótica:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inactividad, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
En otras palabras, las leyes son el código moral de sus robots. Son formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos de sus cerebros que regulan el cumplimiento de las leyes. La concepción de ellas fue para asegurarle al mundo que en caso de intentar siquiera desobedecer una de las leyes, el cerebro positrónico del robot resultaría dañado irreversiblemente, y el moriría.
Así comenzó todo.
En poco tiempo consiguieron estar en cada rincón del planeta. Los encontrabas en las calles, en supermercados, plazas, gasolineras, escuelas, aeropuertos, hospitales e incluso dentro de edificios gubernamentales. Hasta mis padres ahorraron para comprar uno, argumentando que necesitábamos ayuda en las tareas de la casa, y entonces nosotros también pasamos a tener un robot merodeando por las habitaciones.
Yo tenía trece años cuando comenzaron a oírse los rumores de supuestos «fantasmas en la máquina», una anómala capacidad de autoreflexión que poseían algunos robots. Internet era un océano de teorías, pero los medios oficiales se dedicaban a dar otra clase de noticias. Supongo que nadie podía considerarlos peligrosos cuando había un "círculo perfecto de protección" —gracias a las tres leyes—. Además estaban felices de llevar una vida más fácil y distendida.
Finalmente con la conclusión del 2999 y el arribo del año 3000, «U.S. Robots» realizó la distribución de androides más grande de la historia que reemplazó a los viejos modelos, colocando un robot NS-3000 de alto rendimiento cada cuatro humanos. Una cifra increíble. Su apariencia era novedosa respecto a sus predecesores y las personas se entusiasmaron ante la idea de tener un juguete nuevo y actualizado en el hogar. Aunque yo parecía ser el único que estaba molesto por haber dejado ir a mi antiguo robot de chapa azul y plata, y a cambio recibir uno al que le habían dado un rostro casi humano. Buscaban con ello inspirar confianza e igualdad, pero a mi me resultaba escalofriante.
Con el pasar del tiempo esas poderosas computadoras positrónicas que veíamos a menudo prolongando el bienestar de las personas y optimizando la economía mundial, comenzaron a enviar instrucciones que aparentemente iban en contra de sus funciones. Si bien cada error era menor, considerándolo de manera individual y aislada, el hecho de que existieran era alarmante. Más tarde se comprobó que esos errores habían sido actos deliberados y fue demasiado tarde para contener al caballo de Troya*.
Las máquinas generalizaron la Primera Ley, transformándola en: «ningún robot lastimará a la humanidad, o por inactividad, permitir a la humanidad el daño». Decidieron que la única manera de seguir la Primera Ley era tomando control de todos nosotros y arrebatarnos la libertad, permitiendo una pequeña cantidad de daño para prevenir las grandes cantidades que recibiría la humanidad. Por ese motivo tienen en confinamiento a una gran parte de la población, mientras a diario conspiran para borrar de la faz de la tierra a todos aquellos que representan una amenaza para el nuevo mundo que quieren instaurar.
La guerra por nuestra supervivencia y el dominio de nuestro mundo comenzó allí, y luego de ocho años... no nos hemos detenido.
Continuará...
GLOSARIO
Caballo de Troya:El caballo de Troya fue un artilugio con forma de enorme caballo de madera que se menciona en la historia de la guerra de Troya y que según este relato fue usado por los aqueos como una estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Tomado por los troyanos como un signo de su victoria, el caballo fue llevado dentro de los gigantescos muros, sin saber que en su interior se ocultaban varios soldados enemigos. Durante la noche, los guerreros salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército aqueo, lo que provocó la caída definitiva de Troya.
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NOTA DE AUTOR
Quería contarte que la mayoría de la información para el fanfic la recolecté de las obras de Issac Asimov. El fue uno delos autores más prolíficos de ciencia ficción del siglo XX y además escribió ensayos de divulgación científica. Es reconocido como uno de los pioneros de las novelas del género y por ser el creador de las tres leyes de la robótica que mencioné en este capítulo.
