Resistencia 🤖 :: MONSTA X

Capítulo 16: «Misión saboteada» ━ WonHo

Capitulo especial relatado por WonHo. 

*** 

—Yo no sé tú, pero me dio hambre —dijo MinHyuk con una mueca en los labios. Se frotaba la barriga por encima del chaleco del mismo color negro azabache que el resto de nuestro uniforme.

—¿Cómo puedes pensar en comida estando aquí? —Los nervios que sentía se estaban montando una fiesta en mi estómago, transformando los jugos gástricos en pólvora ácida dentro de él. 

—Es que pensé en hamburguesas con queso, mucho tocino crocante y...

—Dejaste en claro tu punto —interrumpí. MinHyuk rio. 

Mientras el rubio continuaba expresando su deseo pecaminoso por la comida, yo solo podía pensar en regresar para solucionar las cosas con HyungWon. Habíamos tenido una tonta discusión y me fui sin despedirme. Lo cierto es que ambos éramos bastante cabezotas para entrar en razón rápidamente y ahora me sentía un idiota por haberme ido sin más.

Permanecimos durante horas en la azotea de un edificio que años atrás perteneció al imperio de Google, supervisando la actividad de las máquinas que custodiaban el área de contención del sector 4 que asaltaríamos esa misma noche. Para nosotros era una misión bastante simple. Desactivaríamos la energía, entraríamos, nos cargaríamos unos cuantos androides, y liberaríamos a las familias confinadas antes de instalar dispositivos de destrucción. Era una misión compleja, pero no ya la habíamos hecho antes. 

Cuando el sol comenzó a ocultarse tímidamente por el horizonte, MinHyuk se despidió para dirigirse a su puesto. Se alejó mientras los rayos anaranjados del atardecer atravesaban como púas de luz las nubes algodonosas que pronto se oscurecieron para darle la bienvenida a la noche.

—Aquí MinHyuk. Estoy en posición. Cambio —anunció más tarde por la frecuencia que compartíamos con el equipo. Se encontraba en un edificio a dos calles de mi ubicación y gracias al alcance de la mira podía verlo como si estuviéramos cara a cara. Ambos aguardábamos la orden y sentía la tensión y adrenalina abriéndose paso, un cóctel de emociones que conseguirían hacerme una úlcera. 

Nuestro grupo estaba formado por cuarenta hombres, veinticinco de ellos actuarían por tierra, otros diez por aire y el resto de nosotros, los francotiradores, desde lo alto de los edificios lindantes.

—¿Qué tal marcha todo? Cambio —pregunté a través del otro radio que compartíamos con MinHyuk.

—Nada fuera de los parámetros normales. Aunque ahora se me antoja algo dulce. Cambio.

—Lo tuyo es glotonería pura. Me sorprende que seas tan delgado. Cambio. —Contesté con una sonrisa mientras observaba un grupo de máquinas que se reunían en la entrada norte. 

—Es culpa de la ansiedad. Tendré que conformarme con mis chicles —respondió—. Por cierto, ya quiero celebrar con los chicos. Cambio. 

Minhyuk era un joven valiente y optimista en cada misión. Noté las agallas de un héroe aferrada a su voz, en el mismo instante que advertí un movimiento sospechoso. Agudicé la mira para amplificar mi visión y tensé la mandíbula al notar una silueta más densa que la oscuridad subiendo con rapidez las escaleras. 

—Min, abandona tu posición. Hay alguien en el edificio —dije atropelladamente. 

—Repite, por favor. Cambio. 

—¡Sal de ahí! ¡Algo va tras de ti! —grité. Y en cuanto dejé de hablar, hubo una explosión tal que la onda expansiva derribó los cristales que aún resistían en las ventanas y estos se desprendieron hacia el vacío. 

Por mucho que insistí, no tuve noticias de MinHyuk y tampoco del equipo. El canal estaba muerto. Las órdenes jamás llegaron, pero los explosivos se activaron.  

Sostuve a mi compañera de guerra y la ajusté. Las máquinas salieron como hormigas ahuyentadas por una clase de pesticida y tomé la oportunidad para dar de baja a unas cuantas. Continué con el dedo índice sobre el gatillo, destruyendo a cada robot que se cruzaba hasta que apareció un helicóptero sobrevolando la azotea con una luz cegadora. 

—Se lo acusa de quebrantar la paz. Entréguese —expresó una voz mecánica mediante altavoces.

Les disparé mientras corría hacia la puerta de salida, pero la suerte no estuvo de mi lado ese día. Seis androides aparecieron para rodearme. Maté a dos con un disparo directo en sus cerebros positrónicos, pero los restantes se lanzaron sobre mi y me doblegaron en el suelo. Tras ello, la luz se apagó y pude ver a una persona que sonreía con suficiencia dentro la cabina del helicóptero. Alguien que había estado conmigo todo ese tiempo trabajando codo a codo.

Me costó creerlo. 

La misión había sido saboteada incluso antes de ponerla en marcha. Pero... ¿Por qué nos había entregado al enemigo? ¿Qué sucedería ahora? ¿Dónde estaba MinHyuk y los demás? 

Continuará...