Con el nuevo milenio «U.S. Robots» realizó la distribución de androides más grande de la historia, pero nadie, incluido HyungWon, sospechó que ese sería el primer paso hacia la caída de la humanidad. O tal vez... una oportunidad para comenzar de cer...
Se avecina el final, así que hago entrega de un capitulo intenso.
***
—¿A dónde nos llevas?—insistí por segunda vez.
—Deja de preguntar y mueve las piernas.
Nos adentrábamos en el bosque y marchábamos en fila. Éramos alrededor de quince personas y noté que habían dos rehenes más encapuchados en el final de la hilera. Luego nos detuvimos sobre una marchita pradera de hierba seca y formamos un semicírculo. Estaba claro que tenía intensiones de ejecutarnos allí y no de un modo agradable.
Tragué saliva cuando sacó un cuchillo dentado, reluciente como la plata.
—Alguien puede decirme quién es éste tipo —interrumpió MinHyuk.
—Un resentido —gruñí.
—Estas conversaciones son motivadoras —expresó el aludido y se acercó a Shownu, colocando el afilado objeto en su garganta. MinHyuk estranguló un grito.
—Continúen hablando, vamos —animó el sabueso, presumiendo su acto con un gesto sagaz.
El miedo no me paralizó y me lancé sobre él, pero la gravedad me traicionó cuando uno de sus seguidores cayó sobre mi espalda como una mole. "Cálmate, niño" murmuró a mi oído con un acento ruso.
—No hemos viajado cientos de kilómetros para escucharlos hablar —dijo Seunghyun—. Estoy aquí para enseñarles lo que sucede con los desertores.
Dos sujetos tomaron a JooHeonde lado a lado, y el ruso que me había detenido, comenzó a golpearlo duramente.
Grité que se detuviera.
—¡Silencio! —bramóSeungHyun y a todos nos metieron un trozo de tela en la boca. Después cogió al muchacho por el cabello—. ¿Estás contento de vernos, Jay? O mejor dicho, JooHeon —rectificó—. No supimos nada de ti hasta que recibimos una filmación que te ubicaba dentro de las instalaciones del nido. ¿Acaso ahora juegas a ser un héroe? —Formuló al reír—. Qué ridículo eres. Fuiste un desperdicio de tiempo para todos nosotros. En cambio yo, siempre fui mejor líder que tú y el único que se daba cuenta de tu engaño. Hasta que por fin te fuiste y todo cambió. Los sabuesos me escogieron a mi y aceptaron que no eres más que un farsante que los abandonó en cuanto su perra apareció —expresó eufórico. Ese comentario provocó que JooHeon le escupiera en la cara y a cambio recibió un ultimo golpe en el estómago que lo dejó sin aliento.
—Sin embargo, ocurrió algo curioso —continuó hablando el mercenario, e hizo un ademán. Sus hombres trajeron al par de personas que tenían el rostro cubierto—. No todos fueron tan inteligentes.
Entonces reveló la identidad de uno de ellos. A pesar de las magulladuras lo reconocí. Era el muchacho que nos ayudó a escapar cuando estábamos en aprietos y del cual JooHeon se despidió con gran cariño.
—Déjalo ir —reclamó el mencionado al recuperar un poco de energía—. Es un niño. No tiene nada que ver en esto. —La furia se concentraba en su voz.
—Por supuesto que tiene que ver —replicó—. Saboteo nuestro viaje cuando quisimos ir tras de ti. Tendría que haberlo matado pero no quería perderme la satisfacción de ver tu cara al traerlo aquí —rio al tomar al muchacho de la nuca y jalar su cabeza hacia atrás—. De todos modos recibirá su merecido. —Lo palmeó en la mejilla sin mucha fuerza y después retiró la bolsa que cubría a la otra persona—. Al igual que su cómplice.
Un joven de cabello rizado, que no estaba en mejores condiciones que el otro, abrió el único ojo sano y parpadeó desorientado. Lo habían apaleado con fuerza. Tenía varios cortes con sangre seca e hinchazones amoratadas. Al localizar al rubio a su lado empezó a balbucear palabras en un idioma que reconocí como chino mandarín.
—Los traidores como tú deben conocer cuál es la pena que se paga por sus acciones—dijo Seunghyun, al acercarse a JooHeon con un arma en la mano, su dedo estaba listo para apretar el gatillo y una vez más esperé lo peor. Sin embargo, la tragedia se postergó cuando la sirena que jamás deseé oír, comenzó a sonar.
El enemigo venía para aquí.
El mercenario a penas consiguió reaccionar cuando un proyectil le traspasó el cráneo. Cayó sobre la hierba mortecina con una expresión desfigurada por la sorpresa. Los disparos fueron tan rápidos y certeros como las siguientes, causando que cada uno de los sabuesos se desplomaran sin vida. El estupor duró unos segundos y después MinHyuk corrió a auxiliar a Shownu. Yo me encargué de JooHeon, y él a su vez de los muchachos: Hoshi y MíngHào, según oí.
—¿Todos se encuentra bien? —Del interior de la arboleda ChangKyun apareció marchando de prisa y preocupado.
—¿Tú fuiste quién les disparó? —pregunté.
—Fui yo —WonHo se presentó cargando su fiel compañera de guerra y jamás me sentí tan agradecido de que sea francotirador—. Lamentamos haber tardado, pero surgieron problemas. Las máquinas se dirigen hacia aquí. Se decretó alerta máxima. Debemos darnos prisa y regresar. —Pero antes de echar a andar, preguntó—. ¿Y ellos quienes son?
—Vienen conmigo —contestó JooHeon—. Adelántense. Los alcanzamos en un momento.
Shownu obtuvo las armas de los caídos y la repartió entre nosotros mientras hablaba.
—Si algo no-humano se cruza, aniquílenlo. ¿Entendido?
Todos afirmamos y echamos a correr hacia el campamento, temerosos, pero con los cojones suficientes para hacerle frente a nuestro destino incierto.
Continuara...
***
NOTA DE AUTOR
Esto se va a poner feo...
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La historia está llegando a su final y estoy demasiado contenta y agradecida por el buen recibimiento que ha tenido (jamás pensé que alcanzaría más de 10.000 lecturas). Saber que el fanfic les parece genial, que les gustan los personajes, que se alegran con las actualizaciones, y tantas cosas bonitas más, me hace muy muy feliz. 😢 Gracias de todo corazón. 💕
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