Capítulo 7 Eta

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Es gracioso, pero tengo miedo de hablar con Isaac, ¿qué tal si digo algo erróneo?, ¿si se me olvida lo que quiero decir y quedo como una tonta?, o lo que sería mucho peor que todo junto, ¿y si me llegó a enamorar?.
Sonó el timbre de mi casa, y solo oí a mi madre desde el primer piso saludando a Isaac y dandole las indicaciones para llegar a mi cuarto.
-Subes la escalera y la primera habitación a mano derecha.
-Muchas gracias, señora.
-No seas tan formal, llámame Isa.
-Esta bien, muchas gracias.
Al cabo de un rato Isaac tocó a mi puerta con dos pequeños golpes y le dije que pasara.
-¿Gusta ir a dar un paseo, señorita?
-En realidad no me gusta salir mucho, pero si quieres te puedo llevar a ver la playa.
-Si es contigo, me encantaría.- Y me ruboricé un poco con su forma de decirlo y su sonrisa tan confiada, sus manos inquietas y su forma de observar todo lo que lo rodea.
-Esta bien, solo deja llevo mi bloc.
-¿Qué es lo que dibujas ahí?
-Emociones.- Y de alguna forma era cierto, intentaba plasmar lo que la gente sentía al ir a la playa, a la plaza, a un museo, etc. Sin embargo casi nunca lograba capturar un sentimiento que me convenciera fuera el correcto, o si las personas solo fingían y no sabían lo que era el poder sentir tan... profundo. Tomé mi bolsa de mano habitual y empaque mi bloc, gomas, lápices de color, un sacapuntas, mi celular y mis llaves.
-¿Lista, pequeña?
-No soy pequeña, pero si, ya estoy lista.- Y tomó mi mano, a lo que yo respondí con un simple apretón para que no me soltara.
Le dije a mi mamá que saldría a la playa como de costumbre, se despidió de Isaac y nos fuimos, llegamos en unos quince minutos y caí en la cuenta de que olvide traer un traje de baño, así que creo que hoy no nadaré.
-La playa Borély es mi favorita, espero compartas eso conmigo. Aunque después podría enseñarte las demás.- Isaac solo me miró a los ojos mientras me rodeaba con su brazo.
-Mientras sea contigo, esta es la mejor playa que he visto en toda mi existencia.
-Calla, no es para tanto.- Aunque la verdad, para mi si importaba demasiado, mi corazón parecía explotar de la emoción, o bueno, algo parecido.
-Pues... cierra los ojos, por favor.- Y simplemente los cerré, no se porque, pero me lleno de tranquilidad el sentir sus labios contra los míos, y lo abracé, acariciando su cabello largo y jugando con él, sin dejar que se alejara de mi, él me abrazó de la cintura y parecía sentirse tan bien como yo, aliviado.
Al separarnos solo mantuve los ojos cerrados y lo abracé, aun no estaba lista para olvidar esa sensación.

Quid pro quoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora