Pasaron unas semanas y seguí viendo a Ariel, pero necesitaba saber lo que había pasado con Elise, seguir con la certeza de que ella está bien. Ariel y yo nos hicimos amigos, pero en poco tiempo nos volvimos algo más, en especial por la forma en la que nos conocimos.
-Oye, amor.
-Dime.
-En unos días voy a ir de viaje, ¿quieres venir conmigo?
-Me encantaría pero debo trabajar.
-Esta bien, aun así solo serán dos días y volveré contigo para besar esos lindos labios rosados.
-¿Entonces solo te gustan mis labios?.- Dijo Ariel riéndose un poco apenada, y yo solo la besé.- Al cabo de una semana viajé a Nueva York, y en realidad no sabía cómo encontrar a Elise entre tanta gente mas que esperando afuera de su colegio, aunque bueno, era muy difícil a una persona entre unos cuantos miles. El viaje estaba previsto solo para dos días, así que estaba un poco corto de tiempo, así que fui a la SVA a pedir información sobre ella con la excusa de que era un familiar que necesitaba encontrarla por asuntos personales, me dijeron solamente el salón en el que estudiaba, el 103-A.
Esperé ahí la mañana siguiente, aunque no se en que momento me dio mucho sueño y no me fije bien quien pasaba frente a mí, en un abrir y cerrar de ojos estaba una hermosa chica sentada a mi lado revolviendo mi cabello, al principio no la reconocí pero bastó con ver en su mano el ejemplar de su libro.
-¡Elise!.
-Eric, ¿que haces aquí?
-Necesitaba saber como estabas.
-No me quejo, supongo que esta bien.- Elise se levantó a saludar a alguien, un chico pelirrojo y cabello ondulado, y bueno, es un poco incómodo ver como la chica que mas amé en mi vida se besa con su novio actual frente a mi. Elise debió entrar a sus clases, así que me retiré, fui a recorrer la ciudad un rato hasta que me aburrí, eran las 10:30 y mi avión no salía hasta las 2:00, debía estar media hora antes de que saliera el avión así que fui a desayunar, pensé en marcarle a Ariel para ver si estaba bien pero no quería interrumpirla en su trabajo, a fin de cuentas estuve en el aeropuerto a la 1:00 pm. Y aunque 12 horas de vuelo no sean lo mejor que puedas hacer todo un día, pero valió la pena.
Al llegar a mi casa era la 1:00 am, así que me acosté a pensar un rato y dormir.
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Quid pro quo
Teen FictionQuid pro quo, expresión en latín para referirse a una cosa a cambio de otra.