Eternidad hecha belleza,
belleza hecha de tu ser,
una mirada tuya basta y sobra,
una sonrisa tuya y en ti
vuelvo a nacer.
Cuán distantes nuestros labios,
cuán lejana de mis pasos vas, mujer,
eres brisa celestial cada mañana
y el último brillo del Sol
en cada atardecer.
Mas cuando la oscuridad llega a mi ventana,
son tus manos las que calman mi ansiedad,
y es que tú, aún estando tan lejana,
das calor a mi alma, en medio de esta fría realidad.
Buscaré entonces tu refugio por las noches
y en tus ojos mis secretos guardaré,
tu corazón me abrigará en cada latido
y entonces sin ningún reproche, en ti habré vivido,
y hasta el último de mis suspiros, mi Princesa, te amaré.
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Historia de un Amor Perverso
PoesíaHay amores que pasan solo una vez en la vida. Gigantezcas explosiones de energía. Tan intensos como destructivos. Que ni el tiempo ni los dioses se atreverán jamás a olvidar. Cuando la vi por primera vez fue que empecé a vivir. Desde ese momento, he...