Quinn Fabray es una chica ordinaria que vive en Los Ángeles. Rachel Berry es una ambiciosa chica de Ohio que aspira a ser actriz de Broadway. Sus caminos se cruzarán por medio de las redes sociales y a pesar de la distancia, sus corazones serán uno...
Hacía más de una hora, que Quinn discutía con su padre. Le había contado lo que había pasado en el colegio. Y a Russell le agrado que el profesor y la madre de Rachel fueran discretos pero el hecho de pensar que su hija podría haberse metido en problemas por ello, le daba miedo. No quería que pasara lo de antes.
Pero fue lo que le dijo Quinn lo que lo dejó helado.
Q: Te escuché conversar con mamá anoche.
Levantó la cabeza y la miró serio.
Russ: ¿Qué escuchaste?
Quinn estaba seria, hacia dos meses y medio que estaba de novia con Rachel y la llamada de la noche anterior entre sus padres, la cual escuchó, le dejó sin sueño.
Q: Que mamá y Ben se vienen a vivir con nosotros a Ohio y Jasson se queda en L.A. porque ya tiene 18 y se independiza.
Russell cerró los ojos con fuerza y al ver eso, Quinn se puso de pie y lo miró enojada.
Q: ¿Me críticas por decirle a mi novia que tengo un pasado, pero el ser más homofóbico del planeta que tengo por madre viene a mudarse con nosotros y ahora tendré que pretender que Rachel es mi amiga?
Al ver que su padre no decía nada, dio un paso delante y lo miró decidida.
Q: Cuando Mamá llegue pretenderé que Rachel es mi amiga, no hay problema. Pero si se entera de lo nuestro y se opone, te la haré fácil papá... me mudo y punto.
Dijo girándose para irse pero se detuvo y se quedó pensando, se volteó y le sonrió a su padre. Estaba decidida en lo que iba a hacer.
Q: ¿Sabes qué? Deja que venga, le diré la verdad. Y luego de decirle que su hija tiene novia, me mudaré. Así le ahorro el echarme de casa.
Quinn se iba a ir, pero Russell la agarró del brazo y la hizo mirarlo. La rubia miró a los ojos de su padre con lágrimas a punto de salir.
Russ: Tu madre y Ben llegan mañana en la mañana. No tienes que decirle nada, yo hablaré con ella y le explicaré. Eres nuestra hija, tiene que entenderlo.
La rubia sonrió, se giró del todo y abrazó a su padre. Y comenzando a llorar, se alejó, lo miró y le regaló una sonrisa triste.
Q: Es mamá, no está en su forma de ser comprender. No lo hizo con mi embarazo, mucho menos con algo como esto.
Finalmente se alejó, fue a su cuarto, tomo las cosas para el instituto y se fue. Todavía tenía tiempo para ir, pero quería mirar por el pueblo los lugares donde buscaran trabajo y luego de encontrar uno, buscaría dónde vivir.
Comenzó a caminar por el pueblo y veía comercios donde pedían gente, entraba, preguntaba y decían que ya habían tomado a alguien. Hasta que finalmente vio una tienda de fotografía y entró. Automáticamente, el ruido de la campana sobre la puerta hizo que el propietario del local levantara la vista. Un hombre anciano, de sonrisa amable y buena persona ante cualquier persona que lo viera, le sonrió a la rubia con su amable sonrisa.
G: Buen día señorita. ¿En qué puedo ayudarle?
La rubia sonrió y se acercó al señor.
Q: Buenos días, vi su anuncio de que está buscando empleada.
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