Capítulo 10

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Quinn iba camino a su nueva casa un tanto nerviosa. Cuando Rachel supo que se mudaría a Ohio, lloró de felicidad y la contagió. Estuvieron hasta muy tarde planificando lo que harían cuando estuvieran finalmente cerca. Pero al día siguiente, cuando se fue a reunir con sus amigos y les contó la noticia, estos se pusieron muy tristes, en especial Tina. Igualmente Puck organizó una fiesta privada solo para ellos. Hicieron hamburguesas, tomaron alcohol, bailaron, cantaron, se divirtieron. Y lo más importante, le prometieron a Quinn que irían a visitarlas a ella y Rachel. Se alegraban por su amiga, pues sabían que ella necesitaba estar al lado de Rachel. Tina especialmente, sabía que lo que las dos sentían era en serio. Notó como su amiga y la novia se habían enamorado en tan poco tiempo. Cuando dos personas llegan a amarse con esa profundidad con ese sentimiento tan puro como lo sentían ellas dos, significaba que era amor verdadero. Ella era testigo, pues estuvo presente en una videollamada, donde las dos se decían esas cosas e hizo que cambiara de opinión, dejó de preocuparse porque Quinn estuviera enamorada de esta chica. Para ellas fue amor a primera vista, por mucho que Tina pensara que iban demasiado rápido.

Los amigos de Quinn fueron al aeropuerto junto con la madre y hermanos de esta a despedirla a ella y su padre.

Ahora, luego del viaje en avión, Quinn se encontraba bajando de un taxi y entrando las maletas a una casa ya amueblada que Russell había comprado para ella y su hija.

Llevaban pocas cajas con cosas, haciendo que en un rato pudieran desempacar todo.

Quinn se encontraba en lo que sería su habitación, colocando las fotos con sus amigos sobre el placar luego de haber guardado toda su ropa cuando su padre golpeo la puerta, pidiendo para entrar.

Q: Pasa papá.

Le dijo esta, mientras seguía acomodando sus cosas.

Russ: ¿Te gusta tu cuarto?

Quinn asintió y se apoyó sobre el placar, mirando a su padre.

Q: Sí, realmente me gusta, es muy cómodo y tiene la sensación de... personal. No sé si me explico.

Russell sonrió, era justo lo que le había pedido a la compañía cuando le dijeron que tipo de casa le darían para vivir. Este la había pagado con el dinero que tenía ahorrado, para que no fuera de la compañía y fuera suya. Y sin que Quinn supiera, se la había dejado como herencia en caso de que a él le ocurriera algo. Al menos tendría una casa cerca de su chica. Y aunque a este le costaba asimilar la idea, le agradaba ver feliz a su hija y eso era lo más importante para él. Era lo mínimo que podía hacer por su hija.

Russ: Comprendo y me alegra que te guste. Ya le avisaste a... ¿cómo es que se llama? ¿Rachel?

Quinn sonrió al escuchar ese nombre y se ruborizó.

Q: No, no le dije. Ella piensa que me mudaré la semana que viene. Mañana la llamo o la voy a buscar a su casa.

Y ahí fue donde Russell recordó algo muy importante.

Russ: Quinn, mañana tienes colegio, puedes verla allí. Y ya que estamos, ven, pedí comida china, vamos a comer y luego te acuestas a dormir que mañana tienes que levantarte temprano.

Esta sonrió, ver a Rachel en el instituto y quizás cursar clases con ella, sería mágico.

Se fue a comer con su padre y mientras lo hacía, sonó su celular, era Rachel.

Su padre le asintió y esta se fue a hablar a la sala.

Q: Hola cariño, te extraño.

Escuchó el suspiro de Rachel al otro lado y decidió no decirle nada que ya estaba en Ohio, le daría una sorpresa.

Something to die forDonde viven las historias. Descúbrelo ahora