Quinn Fabray es una chica ordinaria que vive en Los Ángeles. Rachel Berry es una ambiciosa chica de Ohio que aspira a ser actriz de Broadway. Sus caminos se cruzarán por medio de las redes sociales y a pesar de la distancia, sus corazones serán uno...
Nota de advertencia: Este capítulo contiene escenas explícitas. Están advertidos. jaja
Quinn llevaba dos horas sentada en la punta de la cama del hotel con sus cosas frente a sus narices y con su celular en la mano, debatiéndose si debía llamar a Rachel o a alguno de sus amigos, como Tina o Puck.
La rubia no paraba de sentir las lágrimas que bajaban por su rostro, sintiendo un vacío en el pecho, uno que cada día se iba agrandando a causa de una sola persona, Judy Fabray. Esa mujer era su madre, sí. Pero también era la persona que había arruinado su vida. Aún no olvidaba aquel día, en el que les dijo a sus padres que estaba embarazada...
Flashback.
Se encontraba en el living de su casa, con su madre sentada frente a ella y su padre. Los dos habían notado que Quinn estaba extraña y querían hablar con ella. Pues la actitud que había presentado los días anteriores no era normal. No comía como antes, se pasaba durmiendo y tenían miedo de que estuviera enfermándose o en todo caso, malas juntas.
J: Hija, te notamos extraña. ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo con Puck? ¿Te peleaste con él?
La rubia miró a sus padres y se puso nerviosa, no podía ocultarlo más tiempo. Pero le parecía extraño que preguntara eso. ¿Acaso había sido demasiado obvia?
Q: ¿Por qué preguntas eso mamá?
Judy vio el terror en los ojos de Quinn, esta vio la mirada de su madre y supo que intuía que algo le ocurría y le dio terror.
Russ: ¿Qué está pasando Quinn?
Dijo su padre y no lo soportó más, se largó a llorar como loca y les habló así.
Q: Estoy embarazada.
La cara de Judy se paralizó, no podía creer lo que escuchaba. Russell solo pensaba en su hija, en que ahora sería madre. Quinn observaba el gesto preocupado de su padre y el de asco de su madre.
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J: Bien, tendrás ese bebé y lo darás en adopción. No estás lista para ser madre.
Quinn se asustó al oír eso, ella quería tener el bebé, no quería darlo en adopción. Quedó mirando a su madre aterrorizada y esta se puso de pie y se acercó al teléfono y comenzó a hablar.
J: Tengo una amiga que tiene a su hija en un convento, hablaré para que estés ahí durante el embarazo, te iremos a visitar y cuando nazca la criatura la darás en adopción. No pasaremos la vergüenza de que sepan que nuestra hija quedó embarazada sin casarse. Ahora ve a tu cuarto a dormir, mañana aprontarás las maletas y te irás.
Quinn miró a su padre, este le hizo un gesto para que se quedara tranquila y esta se fue corriendo a su cuarto. Lo primero que hizo fue cerrar la puerta, trancarla y ponerse detrás, apoyando la cabeza contra esta mientras cerraba los ojos.
