Quinn Fabray es una chica ordinaria que vive en Los Ángeles. Rachel Berry es una ambiciosa chica de Ohio que aspira a ser actriz de Broadway. Sus caminos se cruzarán por medio de las redes sociales y a pesar de la distancia, sus corazones serán uno...
Quinn había salido a hacer unas diligencias, por lo que la morena se encontraba disfrutando de su hermano que estaba de visita, ayudando a ordenar la nueva casa. Estaba tocando la guitarra en la sala mientras veía que su madre se había dado unos minutos de descanso para escuchar a su hija. Totalmente cansada, Shelby se pone de pie y le dice a Rachel:
Sh: Voy a hacer el almuerzo. ¿Qué te gustaría comer hija?
Rachel levantó la mirada y como no se sentía muy bien, ya que tenía dolores que solo las mujeres sufren una vez al mes, le habló con sinceridad y una sonrisa.
R: Solo un café mamá, no me siento muy bien hoy. No tengo mucha hambre.
Shelby, alegre de no tener que cocinar, se fue a la cocina. Pero la voz de Jesse le arruinó los planes, mientras le entregaba su café a Rachel.
J: Yo sí tengo hambre. ¿Qué tienes para comer?
Totalmente rendida, le contestó con un grito.
Sh: Ahora te caliento lo que quedó de anoche.
Rachel vio el cansancio de su madre y le sonrió.
R: Hombres, aprende de mí.
Le dijo, haciendo referencia a que ella como mujer no era de comer demasiado. Pero Shelby, lo tomó en otro sentido.
Sh: Tenemos gustos diferentes, Rachel.
Y se fue de ahí sonriendo. Mientras que la morena quedó con cara de poker face, sin comprender nada. Hasta que mirando el suelo se dio cuenta y comenzó a reír sola. Dándose cuenta de que su madre hizo referencia a que a ella le gustaban las chicas y a ella los chicos.
R: Oh, Dios. Qué vergüenza.
Dijo en un susurro y siguió riéndose. Desde la cocina, Shelby la oía reír y hacía lo mismo.
Más tarde cuando la rubia llegó y escuchó lo ocurrido, no pudo evitar reírse.
A la tarde, Rachel y Quinn habían ido a dar una vuelta. Habían llevado la guitarra para tocar unas canciones. Luego de comer algo que Shelby les había preparado, estaban pensando en que les llegaría una dura semana en el Glee club, pues tenían que preparar las locales, cuando el celular de Rachel comienza a sonar. Miro la pantalla para ver que era el Sr. Schue.
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Schu: Buenos días, Rachel. Disculpa que te moleste. ¿Estabas ocupada?
Le pregunta el profesor y la morena había optado por recostarse sobre su novia, ambas habían dejado las guitarras a un lado.
R: No, estoy en el parque con Quinn. Estábamos tocando unas canciones.
La rubia le guiñó el ojo y esta hizo lo mismo.
Schu: ¡Excelente! Rachel, necesito tu ayuda y la de Quinn. ¿Será que pueden venir mañana ir vestidas un tanto roqueras, góticas?
Rachel miró a la rubia extrañada y se sentó nuevamente, tratando de comprender las palabras de su profesor.
