Something to die for

Capítulo 8

Rachel, Quinn y Santana salieron del Restaurante camino a una parada de buses ya que Santana debía irse. Quinn y Rachel iban lado a lado, dándose miradas y charlando tranquilamente. Estaban caminando por una plaza, donde estaba lleno de cuadros con pinturas y tanto Rachel como ella, se quedaron mirando las pinturas de los artistas que exponían sus trabajos. Y estaban realmente sorprendidas de lo buenos que eran, realmente buenos. Quinn pensó que si su madre estuviera allí sería muy peligroso que no comprara uno, sería capaz de comprarlos todos.

Siguieron su camino hasta que llegaron a la parada y se sentaron allí. Rachel tenía a Santana de un lado y a Quinn de otro. Pero su atención estaba en la rubia, que no podía dejar de mirarla y pensar que era muy hermosa. Hubo un momento en que Rachel la miró y sus miradas se cruzaron de tal manera que para Quinn fue como ver la Rachel interior. Hasta que el silencio y el momento romántico que estaban viviendo fue interrumpido por Santana y su forma de ser.

S: ¡Este silencio me está matando! Si no hablan o algo las mato.

Ambas se rieron con las palabras de Santana y agacharon la cabeza con vergüenza.

Se miraron nuevamente y las miradas entre las chicas era indescriptible, era evidente la atracción que había entre las dos. De tanto recibir la penetrante mirada de Rachel, Quinn se le hizo un nudo en el estómago y no lo soportó más. La miró con toda la dulzura que sentía, se acercó lentamente a ella y se sorprendió cuando vio que ella hacía lo mismo. ¡Era su momento! ¡Su primer beso con una chica! Cerró los ojos en tanto tuvo a Rachel a centímetros de ella y fue como si sintiera las nubes por debajo de ella. Sentir los labios de Rachel sobre los de ella fue una experiencia inexplicable. Fue sentir el calor que emanaban, la piel, lo carnosos que eran y la delicadeza con que acariciaron los suyos y se le paró el corazón. Automáticamente movió los suyos para acariciar los de Rachel, quería sentir el sabor de su boca, que le quedara el suyo en el de ella y que la marcara como suya. Quería que Rachel la reclamara como solo suya y así lo hizo, le dio el mejor beso de su vida.

Las manos de ambas se unieron en una caricia perfecta, mientras ambas acariciaban sus labios, sentían el sabor de la otra y sin poder evitarlo, Quinn con su mano libre la acercó a su cara y acarició su rostro, sentir la piel de Rachel bajo sus dedos, en sus labios, era lo más increíble, se sentía feliz, como nunca lo había sido. Se besaron con un poco más de profundidad, olvidando totalmente a Santana, que no sabía dónde meterse, miraba hacía otro lado mientras se agarraba la cabeza pues había notado que las chicas se besaban y no podía hacer nada al respecto, pues se supone que era una cita, comenzó a sentir que sobraba allí.