Capítulo 7

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Mi enojo puede más que mis ganas de recibir sus besos, caricias y todo el tumulto de sensaciones que me hace experimentar.

No contesto sus llamadas ni sus mensajes y en su casa no le brindo oportunidad para que se me acerque. Si quiere arreglar las cosas conmigo tiene que acceder a lo que yo quiero, y lo que quiero se lo he dejado muy claro aquel día.


Toco dos veces el timbre y me sorprendo que no abran rápido la puerta, eso no era normal. Voy a mirar por la ventana pero la puerta se abre y veo a un ansioso Mauro, lo ignoro y entro a la casa.

—Emi no está —anuncia — fue donde su abuela. —Los celos se hacen presentes al pensar que Emilia estaba donde la mamá de su ex mujer. Llego a esa conclusión porque la mamá de Mauro no vive en la ciudad.

—Está bien, entonces me voy.

—Espera —me detiene. Cruzo los brazos enojada esperando que hable rápido.

—¿Qué quieres? —pregunto de mala gana.

—Quiero que hablemos un momento, por favor. —Señala el mueble que está ubicado a un lado. Dudo en aceptar su oferta pero decido que es mejor hablar para aclarar todo de una vez por todas. Tengo que dejarle claro lo que siento y lo que espero de él.

—Habla. —Le digo una vez que me siento en el mueble.

—Anny, lo primero que quiero que comprendas es que las cosas no son tan fáciles como parecen. —Intenta acercarse pero lo detengo —Yo también me muero por hacer el amor contigo pero no es correcto, no debo hacerlo. Por lo menos debería de esperar que seas mayor de edad.

—Me sorprende que digas que también quieres hacer el amor conmigo porque no lo parece. La única que lo demuestra soy yo, además no veo ninguna razón para que no debas hacerlo.

—Eres menor de edad, la gente y las leyes no ven bien eso. Si nos descubren estaría en graves problemas sobre todo yo, hasta a la cárcel podría ir.

—Te he dejado claro que nadie se va a enterar Mauro —me acerco y delineo sus labios con la yema de mis dedos provocando que él cierre los ojos. —Sería un secreto bien guardado entre tú y yo. Nadie absolutamente nadie lo sabrá.

—Ay Anny —suspira —Sé cómo son las cosas, habrá alguien que se va a enterar. Además también está tu mama, es mi amiga y compañera de trabajo. Tengo que cuidar a Emi, no solo es por mi o por ti, ella solo me tiene a mí, es una niña. Por eso y más no quiero tener problemas, la sola idea de separarme de ella me da intranquilidad.

—No vas a ir a la cárcel todo es bajo mi consentimiento, si quieres te firmo algún papel garantizándote que soy yo la que quiero estar contigo bajo cualquier consecuencia. —Sonríe al escucharme hablar tonterías. Pero sea como sea tengo que convencerlo.

—Si todo fuera tan fácil Anny —acaricia mis mejillas lentamente haciendo lo mismo con mis labios devolviéndome el placer que provoca. Ahora soy yo la que cierra los ojos.

—Todo es fácil no te compliques, haz que disfrutemos juntos el placer de entregarme a ti. Quiero hacerlo contigo —Enseguida me subo en su regazo y paso mis manos por su cuello mientras nos observamos.

No espero ninguna respuesta y empiezo a besarlo, sin dudar corresponde al instante. La temperatura empieza a subir entre nosotros logrando el ambiente perfecto, introduzco mis manos por su camisa y gime entre mis labios. Desabrocho poco a poco sus botones y dejo de besarlo para empezar a hacerlo en su cuello; su respiración se acelera escapándosele un jadeo fuerte. Siento duro su miembro y sé que está listo y yo también. Le doy una ayudadita y me saco mi blusa.

Quiero hacerlo... no importa si es mayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora