Capitulo 24 Cartagena Nuestro Paraiso

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Después de aquella noche de pasion, entrega y amor entre ambos cuerpos, el cansancio había hecho su labor por supuesto Morfeo, conocido en el mundo mortal como el dios del sueño, lanzo su enigmático hechizo sobre los dos, llevándolos con el a un profundo descanso.
Ya cuando la mañana apareció se podía escuchar apenas como un susurro el dulce sonido del mar, siendo sumamente relajante.
Grell al sentir los primeros rayos del sol sobre su rostro, poco a poco comenzó a despertarse, sentía sus párpados ligeramente pesados, debido a toda la acción de la noche anterior.
Sentía sus extremidades ligeramente pesadas acompañado de un pequeño dolor sobre su parte mas privada, pero no se arrepentía en lo adsoluto, solo se quejaba internamente por el dolor físico que sabia perfectamente que este abandonaría su cuerpo dentro de poco tiempo.

Poco a poco ya había recuperado el si, debía en parte agradecer a su cerebro de que reaccionara justo como lo esperaba por parte de su tan llamado sentido común, quería levantarse para poder estirarse un poco, pero un fuerte brazo rodeando su cintura le impedía cumplir su objetivo, al voltear se a su lado izquierdo sonrió cuando notó a William plácidamente dormido , contemplando su tranquilidad y paz que lo rodeaba, sentía pena por molestarlo, pero su vejiga le pedía de forma suplicante sacar todo el liquido que llevaba cargando, tomando una enorme cantidad de aire dentro de su boca, movió suavemente el brazo de su esposo para poder salir de la cama, tomar su bata blanca y prácticamente apresurar sus pasos con algo de rapidez para llegar a su sitio de alivio.

Se escucho por supuesto la puerta cerrarse, provocando que despertara el moreno de su letargo. Respiro un par de veces, abriendo con ligereza pereza sus ojos, estirándose un poco, al voltear se sonrió divertido, llevándose su mano derecha a su mentón, levantándose un poco, quedando con sus piernas estiradas y la mitad de su escultural cuerpo sentado, para ver la expresión de su pelirrojo , quien suspiraba de total satisfacción por visitar el sanitario, justo cuando estaba avanzando, se detuvo cuando sus esmeraldas se encontraron con su parte gemela, estableciendo contacto visual.

- Buenos días will.

- Buenos días señora Spears. Todo bien haya adentro? - Señalando con su mano el lugar donde Grell había estado dentro algunos minutos, haciendo que este se sonrojara levemente y le sacara la lengua en forma de un tierno puchero, robándole una sonora carcajada de la garganta de William, quien se encontraba disfrutando a lo grande d aquella situación tan divertida para la feliz pareja de recién casados, retomando su camino de regreso al lecho que extrañaba, aun mas si en este se encontraba su pareja perfecta, sentado al lado de su compañero.

- Como te atreves a preguntarme eso? Es una falta de respeto para una dama, lo sabias?

- Acaso no puedo preocuparme por el estado de mi querida esposa?

- Si pero no debes preguntar cosas tan intimas wiru! Se que somos marido y mujer pero no te tomes tu papel de esposo perfecto al pie fe la letra ni mucho menos para tanto.

- Me conoces perfectamente Grell, esa parte nunca la voy a cambiar porque seria tanto como exigirte que dejes de hacer tus locuras femeninas y te comportes como el hombre que eres.

- Tienes razon, no podemos cambiar a las personas, porque eso es precisamente lo que las convierte en seres especiales y muy queridos para nosotros. - Sonriendo y suspirando al mismo tiempo se recostó en las piernas de William permitiendo que su majestuosa y perfecta cabellera rojiza cayera en cascada sobre su espalda, haciendo que el moreno sonriera y empezara a acariciar la cabeza de su bella esposa para después acercarse y depositar le un dulce beso sobre su frente, contemplando aquella belleza que tenia la suerte de poder abrazar y declararlo como suyo ante los demás.

- Un pensamiento bastante realista y a la vez totalmente acertado amor, es la primera vez que te escucho decir algo como eso Grell.

- Es curioso porque todo esto lo pensaba cuando estaba dormido entre tus brazos, de ahora en adelante no dudes en escuchar me decirte este tipo de pensamientos que salen sin que pueda evitarlo desde lo mas profundo de mi corazón.

Secreto CarmesiGrell x William KuroshitsujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora