-Deja de llorar o te mato a ti también – gritó. Solo pude colocarme en una esquina viendo como la luz de sus ojos se desvanecía. Su mano trataba de alcanzar la mía. Yo lloraba pero había colocado una mano en mi boca para impedir gritar y hacer enojar a ese demonio. Una patada más y la mano de aquella mujer toda ensangrentada cayó. Su cuerpo ya no respiraba. En ese cuerpo ya no existía vida. –Si vas por su mismo camino, esto es lo que te espera – dijo mirándome fijamente. Se acercó a mí y me abofeteó. –Te dije que te calles.
Me levante asustada y sudando frío. Otra vez aquella pesadilla. Mi cerebro le encantaba recrear aquella imagen una y otra vez. Desearía que ese demonio solo existiera en mis pesadillas pero en realidad ese demonio era parte de mi vida diaria. Volvía a recostarme esperando que el sueño volviera y que esta vez no hubiera más pesadillas. Tenía que dormir temprano porque mañana tenía clases.
Eran las 6 de las mañana y me estaba vistiendo como siempre. Me coloqué un suéter grande que me cubría por completo un jean algo desgastado y unos viejos tennis. Me recogí el cabello en una coleta y listo. No usaba maquillaje y mi apariencia era algo por no decir muy descuidada. Para ser una adolescente de 17 años no era la envidia de nadie, más bien, lo que nunca deberías ser.
Bajé rápidamente e hice el almuerzo para mi padre y antes de que se levantara salí disparada. Monté mi viejo escarabajo y conduje al colegio. Una vez dentro del edificio caminé a mi casillero tratando de pasar desapercibida para todos. Saqué mis cuadernos pero antes de cerrar mi casillero una voz llamó toda mi atención.
-Nos vemos Kiko – era él. El chico del que secretamente estaba enamorada por más de 4 años y su hermosa y popular novia. Se despidieron con un beso y se alejó. Estaba tan concentrada viéndolos y deseando que yo fuera esa chica a la que besaba que no me di cuenta hasta muy tarde que el grupo de amigas de Kiko me estaban viendo.
-Hey Kiko, la mosquita muerta está observándote – Kiko y sus amigas eran las encargadas de hacerme la vida imposible en el colegio. Por más que no hiciera nada, ni dijera nada siempre era objeto de sus burlas. Ellas eran las populares que salían con los chicos más guapos y populares.
-Así que viéndonos no mosquita – dijo dirigiéndose a ti.
-Más bien creo que viendo a tu novio amiga – dijo Dara.
-¿Veías a mi novio? – me preguntó molesta. Yo solo negué con la cabeza.
-Puedes mirar si quieres sabes que jamás te regresaría ver – dijo viéndome de pies a cabeza despectivamente. No estaba lejos de la verdad. Ji Yong Kwon era el chico más guapo de nuestro colegio, capitán del equipo de futbol, músico y para colmo su familia era rica. Y aunque estaba enamorada de el jamás se fijaría en alguien como yo teniendo a Kiko. – Eres una mosquita muerta y debes saber tu lugar en la cadena – rió y botó los libros que tenía en mis brazos. Todas se alejaron riéndose de mí. Levante mis libros del suelo y ya no quedaba nadie en los pasillos. ¡Genial llegaba tarde a clases!
Mi primera clase era Literatura cuando llegué golpeé la puerta. El profesor estaba molesto por la interrupción.
-Gracias por honrarnos con su presencia Señorita López – haciendo que todos los chicos del aula empezaran a burlarse. Pasé rápidamente y me senté en el último asiento.
Esta clase la compartía con Ji Yong, era la única para ser sinceros y aunque era mi clase favorita siempre me perdía observando a Ji. La clase pasó sin mayores contratiempos. Así como biología y matemáticas. Para la hora del almuerzo compré una manzana y una botella de agua. Eso era lo único que me alcanza con un dólar. Siempre compraba esto ya que mi padre no me daba más que eso. Tomé mi bandeja y me fui a sentar en una mesa vacía. No tenía amigos y no formaba parte de ningún grupo.
El único amigo que había tenido toda mi vida había sido Choi pero él ya se había graduado y ahora estaba asistiendo a la universidad. Lo extrañaba mucho y por más que rogó para quedarse a esperarme para ir juntos, no quería dejarme sola con él, estaba muy preocupado pero tuve que forzarle a irse. No quería que perdiera tiempo por mi causa. Ahora nos comunicamos por correo aunque no tan continuamente como quisiera porque él está ocupado.
Estaba mascando mi manzana cuando el entró seguido de todo su equipo de futbol, su novia y las demás chicas populares. A veces me preguntaba que sería ser como ellos. No me di cuenta que los había quedado mirando fijamente hasta cuando Ji clavó su mirada en mí. Le dijo algo a su amigo SeungRi y empezaron a reír espitosamente cuando el otro le dijo algo. Yo regresé a ver rápidamente a mi bandeja y sentía mis mejillas arder.
Cuando el almuerzo terminó salí de la cafetería pero atrás mío venía el grupo de Ji.
-Creo que Ji tiene una admiradora secreta – dijo SeungRi.
-Vamos todos mueren por el – dijo Taeyang.
-Dime ¿Quién es? Te juro que le saco los ojos por ver a mi novio – dijo Kiko. Después de un momento de silencio todos empezaron a reír. – Vamos, la mosquita muerta. Pensé que alguien mejor – rió y lo único que pude hacer es apresurar mi paso a la siguiente clase.
No entendía porque si yo no molestaba a nadie era blanco de todas sus bromas. Todos ellos se reían a mi costa, me ponían apodos, solo porque según a sus ojos era diferente. Buenos todos ellos menos Ji, él era el único que no lo hacía directamente, aunque siempre reía de los comentarios de los demás.
Una vez que terminó las clases corrí a mi carro para ir casa. No me hacía gracia llegar rápido a mi casa pero era el único lugar que tenía. Me fui directo a mi habitación y escogí un libro para leer. No se cuánto tiempo me perdí en el maravilloso mundo de los libros hasta que me fije en la jora eran las 7 y eso significaba que llegaría pronto mi padre. Bajé y preparé la cena. La serví y corrí nuevamente a mi habitación. Le eché cerrojo y me acosté. Esperaba que la cena fuera de su agrado y esta noche no irrumpiera en mi habitación. De apoco mis ojos se fueron cerrando. Otro miserable día llegaba a su fin.
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Lo que esconde el corazón
RomanceElla ocultaba un gran secreto. Su pasado le traía incontables pesadillas. Ji Yong Kwon era el chico más popular que se acerca a Evelyn por un motivo no sincero pero descubrirá que es lo que tanto trataba de ocultar. A su vez un deseo de protecció...