¿Me va a besar?

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EVELYN POV

Finalmente era sábado, mentiría si dijera que dormí tranquila sin pensar que hoy Ji Yong pisaría mi casa. Estaba emociona, feliz y en punto asustada. Por lo que oí y pude ver Kiko oficialmente terminó su relación con Ji Yong, el motivo, no se sabe muy bien pero el hecho de que terminaran me hacía respirar más tranquila. Es decir, como puedes pasar horas con una persona a solas cuando le ocultas un terrible secreto pero ya que todo terminó puedo estar tranquila. Kiko ya no engañaría a Ji Yong. Tal vez, tal vez yo podría –deja de pensar tonteras – me gritó mi subconsciente.

No había caso seguir acostada en la cama queriendo aparentar que dormía. Vi el reloj de mi velador y eran apenas las 5 am. Aún tenía mucho tiempo de sobra hasta que viniera Ji Yong. Decidí vestirme, lo típico, unos jeans y una sudadera. Bajé a arreglar un poco la casa y a preparar el desayuno a mi padre. Barrí, limpié, sacudí y dejé todo reluciente. Cuando estaba preparando unos huevos revueltos alguien despeinó mi cabello e hizo que me asustara.

-Hija, supongo que tardaré un buen rato. Cuida la casa y gracias por el desayuno – dijo dándome un abrazo que hizo que me temblaran hasta los huesos. Mi mente se perdió un rato en el pasado. Podía oír los gritos, podía oler claramente el olor a sangre. Podría desmayarme en ese preciso momento pero gracias a Dios el me soltó y con él se fue todo mi malestar.

-D...De n...nada – pude decir.

-Acerca de lo de ayer... yo...

-Me voy a bañar – le informé y corrí a encerrarme en el baño. Solo esperaba que mi padre se marchara rápido. Ya sabía lo que me iba a decir Lo siento. No quise hacerlo. No sé qué paso. No volverá a pasar. Todas aquellas frases me las sabía de memoria y eran puras mentiras. Siempre quería hacerlo, siempre sabía lo que pasaba y siempre volvía a pasar. Dejé que el agua de la regadera cayera mientras me quitaba mi ropa. Me paré frente al espejo y vi mi reflejo. Di vuelta para poder apreciar de mejor manera mi cuerpo. Tenía cardenales en la espalda, mi pierna estaba algo hinchada y mis brazos estaban decorados con cardenales que iban desde el color amarillo hasta el negro intenso - No deberíamos permitirlo- dijo mi subconsciente pero buscar una confrontación o tan solo gritar y llorar lo hacía peor. Y la idea que sucediera algunos de esos dos eventos del pasado me aterraba.

Cuando salí del baño él ya se había ido. Fui a mi habitación y me encerré en mi propio mundo para poder escribir. Adoraba la poesía y las novelas. Si no estaba leyendo un libro, estaba escribiendo poemas. Quería desahogarme de lo acontecido ayer y dejé que todos mis sentimientos se plasmen en la hoja. No sé cuánto tiempo estuve ahí hasta que vi gotas sobre la hoja. Nuevamente me encontraba llorando mientras escribía, esto era algo muy común. Guarde la hoja en la misma caja donde se encontraba mi pasado encerrado y limpié mis lágrimas.

-¡Diablos, las 2 de la tarde! – había perdido la noción del tiempo. Una hora y el llegaría y no había comido nada.

Corrí a la cocina y abrí todos los anaqueles -Genial no hay nada – Salí corriendo que olvide pedirle dinero a mi padre para hacer las compras. No es que no hiciera falta el dinero, más bien eso sobraba. Mi padre era un "honorable" juez pero solo me aterraba la idea de dirigirle la palabra o pedirle algo. Al final, solo encontré una bolsa de fideos y una lata de atún. Me lo preparé rápido y lo comí con desesperación. Lavé todo y corrí a lavar mis dientes. Estaba terminando cuando escuche el timbre de mi casa. Sin dudar un momento, bajé corriendo a abrir la puerta.

-Ho...hola – dije al ver a Ji Yong frente a mí.

-Hola ¿Puedo pasar? – me preguntó al ver que estaba como tonta bloqueándole la entrada.

Lo que esconde el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora