Despedida II

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JI YONG POV

Estiré un poco más mis brazos para llegar hasta el cuerpo de Eve. Solo quería tenerla mucho más cerca de mí para saber que esto no fue un simple sueño pero por más que estiraba mis brazos no encontraba su cuerpo ¿Tal vez si lo había sido? No, definitivamente no lo fue. Abrí rápidamente los ojos y me encontré en la habitación y cama de Eve pero totalmente solo. Me moví tocándome con una textura diferente sobre la almohada. Era una hoja perfectamente doblada con una letra que conocía muy bien. Esa letra era de Eve. La tomé entre mis manos, dudé mucho en abrirla. Tenía un mal presentimiento y no quería confirmarlo al leer aquella carta pero mi curiosidad me ganó y terminé abriéndola. En el sobre descansaba mi nombre "Kwon Ji Yong", extraje el papel de su interior y suspiré profundamente antes de empezarla a leer.

Mi amor,

Cuando despiertes estaré lejos de ti. No puedo, ni debo estar a tu lado. Sería muy egoísta retenerte a mi lado. Te amo demasiado como para atarte a una persona como yo. Tal vez si nada de esto hubiera pasado, tal vez si no fuera quien soy, tal vez podríamos ser libres de amarnos. Mi pasado, mis pesadillas y ese demonio al que llamaba padre marcaron vida por completo y dejaron en mí secuelas incurables. Las físicas han ido sanando lentamente pero las emocionales y psicológicas no sanaran nunca. Ni siquiera tu amor podría salvarme.

Al principio pensé en ocultarte todo lo que me está pasando pero Choi me hizo entender que debes conocer la verdad, tal vez así me comprendas el porqué de mi decisión y por qué no debas buscarme. Soy una persona esquizofrénica, mi mente juega conmigo de la manera más cruel recordándome a menudo mis pesadillas, impidiéndome vivir tranquila en la realidad. Tengo miedo Ji, tengo miedo de convertirme en mi padre y hacerte daño. No lo soportaría. Mi dañada mente y corazón no lo resistirían aunque tampoco sé si soporten esta despedida.

Al verte dormir después de haberte entregado todo de mí sé que estoy tomando la decisión correcta. Mereces una persona que pueda hacerte feliz no una que viva temerosa de que en cualquier momento la realidad cambiará y la obscuridad manchará con sangre y miedo los hermosos momentos que está viviendo. Mereces una persona que te haga sonreír no que te traiga preocupaciones. Mereces una persona sana que no tenga miedo a nada, una persona que no esté rota por dentro, una persona sana. Y yo no soy esa persona.

Gracias por esta maravillosa noche, siempre la recordaré. Recordaré tus besos, tus caricias, tus palabras, tu entrega y tu amor. Lo atesoraré como el más bello recuerdo. Cuando crea que ya no pueda continuar ese momento será mi aliciente y juro que lucharé con todo mi ser para que esta enfermedad no me arrebate este momento. Contigo volví a sonreír, volví a sentir y por ti muchas veces me aferré a la vida.

Sin saberlo nuestros destinos están entrelazados desde hace muchos años atrás. Dentro de este sobre encontraras una foto. Cuando tan solo era una niña me encantaba salir al parque de juegos porque siempre había un niño que me miraba atentamente desde el otro lado de una reja. Me encantaba llamar su atención. Me gustaba que me mirara y mirarlo cuando volteaba a ver a otro lado. Me acuerdo molestándome porque ese niño no me hablaba. Cada vez que veía que ese niño se acercaba con intensión de hablarme mi corazón latía tan aprisa que parecía que salía de mi pecho pero después ocurrió lo de mi madre y perdí todo interés en el mundo. No hace mucho me enteré que ese niño de cabello castaño y ojos cafés claros era el mismo del que me enamoré tiempo después en el colegio. Por segunda vez, en el colegio, un chico de cabello castaño y ojos cafés hacia que mi corazón latiera de una manera desbocada solo que esta vez fuimos capaces de hablar, de amarnos pero otra vez tengo que alejarme de él, una vez más mis pesadillas me confinan ¿Crees que exista una tercera vez?

Lo que esconde el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora