EVELYN POV
Han pasado tres largas semanas. Tres semanas en las que no he visto nada que estas cuatro paredes, nada más que enfermeras y doctores a excepción de mi padre. La ventana solo me sirve para anhelar mucho más estar afuera. Quiero salir pero a la vez tampoco tengo ganas de regresar a casa. Mi padre mandó a seguir a Choi y para mi mala o buena suerte ese mismo día que le dije que se marchara lo hizo. No pude evitar llorar y mi padre simplemente estalló en carcajadas. Una parte de mi esperaba que no me hiciera caso, que se quedara conmigo de alguna manera pero no. Supongo que está bien así.
-Evelyn voy a revisarte –dice mi doctor entrando e interrumpiendo mis pensamientos. Me hizo el tipo cheque. Revisó mis signos vitales y heridas – Todo parece estar perfectamente. Las heridas han cicatrizado. Estas completamente recuperada. Hoy mismo firmaré tu acta y podrás regresar a tu vida – si, a mi patética vida pensé yo.
-Gracias Doctor – dije. Él se despidió de mí y se marchó.
Empecé a alistar todas mis cosas para salir en cuanto me dieran el alta. Me miré al espejo y aún conservaba varios hematomas en mi rostro. Me saqué la bata del hospital para cambiarla por mi típica ropa y mientras lo hacía no pude evitar tocar mis heridas. Mi cuerpo estaba totalmente marcado. Marcado por ese demonio.
-El doctor ya firmó tu acta y los gastos ya fueron pagados. Puedes irte si así lo deseas – yo asentí colocándome rápidamente mi sudadera – Toma las cosas con calma para evitar que tus heridas se abran y no olvides de limpiarlas como te enseñamos – volví a asentir – Cuídate mucho – la enfermera me abrazó maternalmente, aquello me sorprendió.
-G...gracias – atiné a decir. Luego de eso agarré mis cosas y salí del hospital.
-Caminé hasta mi casa y subí a mi cuarto. Mis cosas estaban esparcidas por el piso, había varias cosas rotas. Rápidamente empecé a arreglarlo todo. Cuando quise limpiar los rastros de sangre del piso no pude evitar perderme un momento. Las escenas del pasado me envolvieron, gritos, llanto, risas se hicieron presentes pero me forcé a mí mismo a regresar. Saqué todo mi coraje y lo limpié. Debía recordarme que ahora estaba completamente sola.
-¿Dónde está mi comida? – un grito interrumpió la aparente tranquilidad de la casa. Bajé corriendo para encontrarme con el rostro furioso de mi padre.
-Y...yo l...lo s...siento – odiaba como mi cuerpo reaccionaba ante él. El sudor, las manos y piernas temblorosas, el tartamudeo, la sequedad en la garganta y este miedo que me paralizaba – a...ahora lo hago – y sin perder más tiempo lo hice rápidamente. Serví rápidamente su comida en un plato y se lo serví. Regresé a mi cuarto, necesitaba desahogarme y que mejor manera de hacerlo que a través de un poema o de mi diario pero por más que buscaba no pude encontrar mi caja. No creo que la policía lo haya cogido y si no fueron ellos ¿entonces quién?
-Mañana regresas a la escuela – quería gritar que no. No quería regresar a ese lugar, no quería ver a Ji otra vez pero sin embargo terminé asintiendo – espero que no te acerques a ese chico Kwon, de lo contrario ya sabes que podría pasar – volví a asentir – descansa hija – dijo sonriendo maquiavélicamente mientras abandonaba mi cuarto.
Me arrojé sobre mi cama y volví a llorar. Extrañaba los brazos de una persona. Extrañaba ese calor que su cuerpo emanaba y me brindaba seguridad y tranquilidad pero esa persona jamás sería para mí. Esa persona nunca me vería más que como un juego o una burla. Y llorando me dormí.
Me levanté y me vestí lo más rápido que pude. Mis típicos jeans y sudadera. Esta vez dejé mi cabello suelto para que cubriera algunos hematomas que quedaban en mi rostro. Bajé y preparé el desayuno para mi padre. Encontré el típico dólar sobre la mesa, lo agarré y salí de mi casa. Mi viejo escarabajo estaba esperándome.
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Lo que esconde el corazón
RomanceElla ocultaba un gran secreto. Su pasado le traía incontables pesadillas. Ji Yong Kwon era el chico más popular que se acerca a Evelyn por un motivo no sincero pero descubrirá que es lo que tanto trataba de ocultar. A su vez un deseo de protecció...