La siguiente

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JI YONG POV

Sigue pasando el tiempo no hemos podido conseguir pruebas concretas para meter preso a ese demonio sin necesitar el testimonio de Eve. Mi padre junto con mi madre nos están ayudando a Choi y a mí pero no hay nada en contra de él.

He hecho lo imposible para parecer indiferente con Eve en el colegio y gracias a Taeyang puedo saber cómo está Eve. Mi amigo se acercó a ella y me ayuda en lo que puede. Estuve a un poco de cometer una estupidez cuando Kiko la atacó el otro día en la escuela pero por suerte intervino antes Taeyang. No me dolió el hecho de saber que Kiko me estuvo engañando todo este tiempo con el idiota de SeungRi pero si el hecho de saber que Eve ya lo sabía y no me dijo nada. Pero después entendí que no lo hizo porque tal vez pensó que ese hecho me lastimaría pero contrario a eso me sentí liberado. Después que Tae se llevara a Kiko yo personalmente la amenacé para que no volviera a hacerle nada. Me inventé que alguno de nuestros encuentros la había grabado y fotografiado y no iba a dudar en difundirlos a todo el colegio si no dejaba en paz a Eve y para mi suerte me creyó.

Ese mismo día no soporte la ganas de acércame a ella y cuando la vi salir por el estacionamiento corrí a abrazarla, aspiré su aroma y volví a correr para esconderme. Estaba feliz de haberla tenido por unos segundos así pero todo al oírla decir lo mucho que me odiaba me desmoroné y lloré como un niño pequeño. Pero aun así y pese a eso seguí yo ya no podía dejarla sola, no podía dejarla de amar. Todas las noches esperaba que se durmiera y entraba en su habitación pasaba horas viéndola dormir y cuando las pesadillas la asechaban estaba ahí para tranquilizarla. Me gustaba saber qué hacía algo por ella aunque ella jamás se enterara de eso.

-¿Kwon me estas escuchando? – me llamó la atención Choi.

-Lo siento, que decías Choi – dije volviéndolo a ver. Podría decirse que somos amigos.

-¿Si tu mamá encontró algo que pueda servirnos? – negué con la cabeza.

-Ha leído todas las leyes una y otra vez y no puede hacerse nada sin pruebas contundentes o sin la versión de la persona agredida – dije suspirando.

-¡mierda! Solo una prueba. Solo eso necesitamos – yo asentí – Tal vez pueda acercarme a ella y convencerla de que hable.

-Encontraron algo – dijo mi madre entrando por la puerta. Los dos negamos – tranquilos chicos, algo encontraremos.

-Eso espera... - hablaba Choi pero interrumpió lo que estaba diciendo para ver su celular. Sus ojos se abrieron desmesuradamente – Es el número de Eve – dijo nervioso.

-¡CONTESTA, QUE ESPERAS! – le grité ansioso y preocupado.

-¿Aló? – sus manos estaban temblorosas.

-Pon el altavoz – casi ordené y él lo hizo rápidamente.

-Yo soy la siguiente – dijo Eve.

-No te entiendo. ¿Qué dices? – Choi habló desesperadamente. Mis manos ahora también estaban temblando. Hubo un silencio al otro lado de la línea y eso nos hizo desesperarnos peor –Si no me dices que pasa juró que iré para allá y no me va a importar nada, así me digas que me odias te llevaré conmigo – La llevaríamos de ahí así tuviéramos que pasar sobre medio mundo.

-No, no vengas. Si algo pasa... - habló Eve pero volvió a silenciarse – Si me llega a pasar algo Choi haz que todo se sepa. Empieza por mi tía Marie, con ella empieza todo – Y de pronto la llamada se cortó.

-¿QUÉ PASO? –grité. Choi revisó su celular -¿QUÉ PASO? – volví a gritar.

-Cortó la llamada

Lo que esconde el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora