Epílogo

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Es increíble cómo pasa el tiempo y como las cosas cambian a su alrededor. Hace más de un año estaba internada en un centro especial para enfermedades mentales por mi esquizofrenia. En ese tiempo no entendía que podía ser una persona normal y feliz a pesar de mi enfermedad. Estuve por más de tres años alejada de todas las personas que amaba por miedo a lastimarlas. Y durante esos tres años mi único consuelo fue tener la misma alucinación a las cuatro de la tarde en el patio del centro ¿Quién se iba a imaginar que mi alucinación no era alucinación?

Durante tres años Ji Yong se paró en esa reja que cercaba el centro y me observaba por dos horas ¿Por qué? A pesar de que se había graduado y conseguido múltiples becas para las mejores universidades del país prefiero la universidad que se encontraba en esta ciudad. Y lo que hizo apenas llegó fue buscar la manera de verme sin que yo lo supiera. Los primeros días espero casi todo el día para poderme ver y de ahí tanto yo como el tomamos como rutina ir allí a las cuatro. No importaba lo que él o yo estuviéramos haciendo pero estábamos ahí con esa necesidad de vernos, bueno en mi caso de "imaginármelo".

Ji sabía de mi condición, de mi evolución y de que no deseaba salir del centro y espero todos esos años a que yo estuviera lista para enfrentar la verdad. Ahora sé que fui una tonta al esconder lo que mi corazón sentía y aún más obligar al de Ji a callar pero durante este año hemos hecho hasta imposible para gritar lo que nuestros corazones sienten.

El día que comprobé que mi alucinación no lo era, junto con Choi y Ji salimos de aquel centro. Me tomó un poco más de tiempo el reconciliarme con mi pasado. El tratar de perdonarlo fue difícil. Sea como sea frente a mis ojos era un asesino y mi demonio personal pero al final entendí que su enfermedad y obsesión lo llevaron a eso. A lo mejor si tan solo se hubiera dado la oportunidad de abrirse a un nuevo amor, o sin tan solo hubiera aceptado la ayuda de mi madre, solo tal vez ella y el hubieran podido darse cuenta de su enfermedad y hubiera podido tratarse.

A los pocos meses que salí del centro, Choi me contó algo que me había ocultado desde mi ingreso al centro. Mi padre se había suicidado. Al escucharlo me sentí aliviada, al fin su jodida mente descansaría, pero aun así no puede evitar sentirme triste. Las dos personas que me había traído al mundo lo habían dejado pero no estaba sola tenía dos personas que velaban por mí. Choi y JI Yong mis ángeles y mi luz, en el que pensé que era, el más tenebroso momentos de mi vida. Y soy muy feliz de haberlos encontrado.

Alguien más en este tiempo se ha unido a nuestras vidas ¿Quién? Pues una linda enfermera. Choi al final de todo pudo salir con Camila y después de varias citas le confesó sus sentimientos y obviamente fue correspondido. Desde ese entonces están juntos y son casi inseparables. Derraman miel por donde pasan pero soy feliz de que Choi haya encontrado a su persona especial y esté viviendo su historia de amor.

-Vamos – escuche las voces de Camila y Choi. Los quería pero odiaba cuando se sincronizaban también que hablaban igual y al mismo tiempo.

-Ahorita voy – dije terminando de escribir en mi diario.

-Vamos a llegar tarde – volvieron a decir los dos.

-¡ASHHH! ¡HABLE UNO SOLO! – dije reflejando desesperación.

-¡OK! – ¡no otra vez! Cerré mi diario y bajé – No digan nada que si vuelven a hablar los dos creo que los mataré ¡Vamos!

Salimos rápidamente de la casa y nos subimos al carro.

-¿Podrías acelerar? – dije a Choi.

-¡Ya! Tu eres la que se retrasó y ahora me apuras – me contestó molesto. No dije nada nada más pero noté como aumento la velocidad del auto.

Lo que esconde el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora