APÉNDICE INFORMATIVO (PARTE 2)

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ACERCA DE LOS CRISTALES «QVA» Y EL METAL «COLEITANDE»

     La historia de dichos minerales se remonta a principios del siglo XVI. Todo comenzó cuando los mineros del complejo minero «Minver» encontraron un yacimiento de lo que parecía ser piedras de cuarzo en varios colores. Una vez que el mineral encontrado se examinó a mayor profundidad se descubrió que no se trataba de cuarzo o de cualquier otro cristal conocido hasta esa fecha, sino de algo totalmente nuevo y diferente.

     Junto a estos cristales se encontraron otros yacimientos de un metal extraño. Este metal poseía una resistencia impresionante, teniendo que calentarlo a muy extremas temperaturas para poder fundirlo, aunque no era totalmente indestructible. Para lo que si era realmente bueno era para conducir tanto el calor como cargas eléctricas, de ahí su nombre «coleitande», cuyo significado viene a ser «el que conduce o transmite».

     Los minerales en cuestión tenían un aspecto cristalizado –de ahí que fuesen llamados con el nombre de «qva», pues fueron confundidos con piedras de cuarzo– y venían en dos  colores diferentes: blanco y negro; de allí el origen de sus nombres («qvawehvit»  para el blanco y «qvaschvarck» para el de color negro).

     En un principio se creía que dichos cristales solamente eran piedras preciosas, por lo que su uso común era para la joyería o como adornos en numerosos objetos y prendas de vestir. De hecho, hasta llegaron a tener un gran valor económico y fueron utilizados como dinero, al igual que sucedía con otras piedras preciosas. Y ese hubiera sido el destino de tan curioso mineral de no haber sido por las investigaciones realizadas en ellos por una mente brillante de nombre Isaac Blyght, quien descubrió un uso diferente para dicho recurso natural.

Edward EverwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora