Han pasado quince minutos de viaje y la tormenta sigue con la misma violencia desde que empezó. Nos hemos quedado callados y las chicas siguen durmiendo plácidamente.

El viaje ha durado más de lo normal debido a que nos desviamos a casa de Vero, ofrecí la idea de llevarla primero a su casa para que Zayn no de doble vuelta. Para llegar a casa de mi amiga se tenía que cruzar toda la avenida principal y dar algunas vueltas, así que ella no vivía muy cerca de la facultad que digamos.

Puedo ver que la nieve ha cubierto la mayor parte de las calles y algunos establecimientos estaban bloqueados por completo.

―Mi mamá me ha contado que se encontraron en el supermercado ―el morocho rompe el silencio y asiento con una sonrisa― al parecer le has agradado.

― ¿tú crees?

―Eso parece, no te dejo de mencionar a la hora del almuerzo, ya hasta veía tu nombre en la sopa.

Comienzo a reír por lo bajo y no puedo evitar imaginar ser el tema de conversación, Trisha al final resultó ser una mujer encantadora.

―Tanto así que quiere invitarte a cenar el sábado ―dibujo una mueca y las palabras de mis papás llegan cómo balas a mi cerebro. Joder, no quiero rechazar su invitación― tranquila, le diré que tienes algún compromiso. Ella no sabe que tu familia no te quiere cerca de nosotros ni a más de un kilometro.

Veo cómo se desfigura su rostro pero se las arregla para seguir conduciendo. Ninguno vuelve a mencionar palabra alguna. Después de un tiempo llegamos a casa de Vero.

―Vero ―comienzo a sacudirla para que despierte― vero, ya abre los ojos. Llegamos a tu casa― gimotea y frunce el ceño.

―Cinco minutos más.

―Vamos, levántate de una vez.

Poco a poco abre los ojos y observa a su alrededor un tanto extrañada, dirige su mirada hacía Zayn y abre su boca en forma de "O", pero se inmuta y agarra sus cosas.

―Gracias por traerme. Nos vemos ―baja del vehículo y Zayn acelera.

(...)

Cómo era obvio, las clases han sido suspendidas hasta nuevo aviso y se ha mandado un mensaje masivo a todas las personas del condado para informar que la panadería no abriría hasta que la nieve haya disminuido considerablemente.

Termino de desayunar y lavo los trastes. Mi celular vibra en el bolsillo trasero y es un whatsapp de Vero.

"¿Dónde está mi coche? .-."

"En la escuela. Tendrás que ir por él luego"

"... ¿Ese de ayer era Zayn? 7u7"

"Sí, ¿Por qué?"

"Está para comérselo entero 7u7. ¿Tienes su número?"

"Dios. Pervertida y no lo tengo"

"Deja de hacer una santa que no te queda JAJAJA. Hablamos luego, besos"

No respondo el último mensaje y empiezo a limpiar la casa. Los recuerdos del día de ayer aparecen cómo fragmentos de película y no puedo evitar reír por lo ocurrido.

*Flash Back*

Debido a que si Zayn me dejaba en la puerta de mi casa y mis papás me ven llegando con él, seguramente sería una Mandy frita. Así que ideamos el plan de que me dejaría a una cuadra para que nadie sospeche.

―Ten cuidado ―advierte Zayn para quitarle el seguro a la puerta.

Bajo de la camioneta y me cubro con la mochila para que la nieve no me cimbre. Veo cómo Zayn llega al porche de su casa y se estaciona. Waliyha baja corriendo mientras que él espera a que entre a la casa, pero sin fijarme piso mal y me resbalo cayendo de nalgas contra el pavimento.

Zayn se ríe desde lo lejos y me siento avergonzada, pero levanto los dos pulgares en señal de que estoy bien. Una vez delante de la puerta Zayn desaparece y entro a la casa, tuve que inventarles a mis padres que Vero me trajo, por suerte me creen y sólo les alivia saber que estoy sana y salva en casa.

*Fin del Flash Back*

―Estúpido Zayn.

Una vez que termino con la limpieza, me dispongo a subir de nuevo a mi habitación y empezar con las tareas que tengo atrasadas.

― ¿Hija? ―entra mi madre― saldré con tu padre a revisar que todo esté bien en la panadería. Creo tardaremos porque tu tía Selma nos pidió ayuda con unas cosas, en el congelador hay pizza, sólo caliéntala. Nos vemos luego. Te quiero.

―Yo más ―dibujo una sonrisa y cierra la puerta. Me asomo a la ventana y veo que sacan el coche de la cochera, aunque la nieve sigue alta, mi papá siempre usa llantas especiales y no sé cuantas cosas más, realmente no le presté atención a lo que me decía referente a refacciones.

El tono de llamada inunda mi cuarto y desbloqueo el celular, es Vero quién habla.

― ¿Ya lo conseguiste?

― ¿Qué cosa? ―frunzo el ceño.

―El número de Zayn daa.

―Si tanto lo quieres, ¿Por qué no se lo pides tu? ―sueno cansada.

―Eres su vecina de enfrente, estás más cerca que yo. No se te olvide que me debes el favor de los análisis clínicos ―recuerda y maldigo en voz baja― así que tu deuda conmigo estará pagada si me das el número del chico.

― ¿No dejarás de fastidiar, verdad?

―No. Así que anda ―no deja que proteste ya que cuelga. Digo mil groserías en mi cabeza por la mala amiga que tengo. Siempre soy Cupido cuándo se trata de sus relaciones.

Me debato internamente si ir o no ir a casa de Zayn. Me veré muy urgida si le pido su número, y más cuándo le diga que no es para mí si no para una amiga, es la excusa más patética de todas.

―Joder Vero, lo que hago por ti.

Busco mi abrigo y me lo coloco. Enfundo mis manos en los guantes y me pongo unas botas. Rezo por que mis padres no lleguen antes de tiempo. Tomo las llaves y salgo de la casa. El frio me recibe y ya siento que la punta de mi nariz coloreándose rojo. Cruzo la calle y llego hasta la entrada, dudo un momento pero al final decido tocar el timbre. Espero unos segundos y del otro lado de la puerta se escuchan pasos, pido que Trisha sea quién me reciba pero la mala suerte me da una bofetada.

― ¿No es muy temprano para que quieras verme? ―Levanta su ceja en forma de arrogancia y las ganas de abofetearlo me invaden, pero logro controlarme.

―Ya quisieras ―golpeo su hombro y él hace un gesto dramático― en realidad si he venido a verte.

De inmediato sus facciones son serias y me invita a pasar a su casa. Entramos y sigue igual cómo la primera vez que entré. Nos dirigimos a la sala y tomamos asiento. La chimenea está encendida así que el calor es abrazador.

― ¿Ocurre algo? ―habla y relame sus labios. Su mirada me dice que está preocupado, así que me adelante negando varias veces.

―No es nada malo si eso piensas, en sí se trata de una tontería.

―Me has asustado ―sonríe y es inútil que no compare sus dientes blancos a las perlas más blancas― dime, ¿Qué pasa?

Suspiro y hago un puño con mis manos. Maldita Vero.

― ¿Me podrías dar tu número de celular?


Delirium |Zayn|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora