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Las horas pasan sin que me dé cuenta, el alcohol y la compañía de Zayn me relajan y nos damos la oportunidad de conocernos a profundidad. Desde nuestros días de niños pequeños hasta la actualidad. Aunque él no dijo mucho, me basta con saber más que su nombre.

La temperatura ha descendido y se siente frio el ambiente.

―Deberías volver. Tu novio debe andar buscándote ―advierte Zayn pero me elevo de hombros.

―No quiero interrumpirlo ahora que está con Amanda.

Asienta y seguimos viendo hacía el cielo casi nocturno. Sé que no falta mucho para que amanezca y tenga que volver ciertamente con Mathew.

Un celular comienza a sonar y es el de Zayn. Lo saca de su bolsillo trasero y no puedo evitar ser curiosa y ver el nombre de vero plasmado en la pantalla. Desliza la pantalla y oprime el altavoz.

― ¿Zayn? ―la voz de Vero se escucha entre cortada― ¿dónde estás?

―Salí a fumar un cigarro. ¿Te ocurre algo?

―No pero no hemos disfrutado juntos de la fiesta. ¿Podrías volver? ―por alguna extraña razón una punzada de celos me invade, cierro los ojos y deseo que la horrible sensación desaparezca.

―Estoy algo ocupado, mejor sigue disfrutando con tus amigos, habrá otra oportunidad para divertirnos.

―Cómo quieras ―ella cuelga y se de inmediato que se ha enojado.

Prefiero no opinar al respecto y seguimos en silencio. Honestamente no quiero regresar a lo de Mathew, el ya debe estar borracho y no quiero lidiar con él.

― ¿Puedes llevarme a casa? ―pido y el chico me mira extraño, el ya sabe lo que piensan mis padres, pero es lo que menos me importa.

Se levanta del césped y me ofrece sus manos para que sean mi soporte, una vez de pie todo me da vueltas y Zayn tiene que sujetarme de la cintura. Su tacto envía sensaciones eléctricas a mi sistema y muerdo mi labio inconscientemente.

―Sujeta mi mano ―ordena y obedezco.

Soy guiada hasta el otro lado de la calle, caminamos unos metros más y diviso la motocicleta que el manejaba el día que se me orilló.

―Póntelo ―me ofrece el casco y lo coloco en mi cabeza.

Veo cómo se monta en la moto y arranca haciendo rugir el motor. Me subo por detrás y rodeo mis brazos en su cintura. Acelera y el aire frio recorre todo mi cuerpo, agradezco llevar unos jeans y una chaqueta.

Me aferro con fuerza a su abdomen y lo escucho quejarse, recuerdo la herida y aflojo mis brazos. No puedo evitar esconder mis manos bajo su delgada camisa negra y su piel se siente caliente, busco curiosa los puntos y los encuentro a un costado; con cuidado paso mis yemas por encima y joder, estoy borracha.

Alejo de inmediato mi toque y me avergüenzo. Puedo notar que Zayn agarró el camino largo, ya que mayormente estamos pasando por senderos y atajos con bastante pastizal.

Recuesto mi cabeza en su espalda y soy sorprendida por el amanecer que se deja ver atraves de las montañas. Los rayos de sol iluminan mi rostro y su calidez me abraza.

―Llegamos ―anuncia y con dificultad me bajo de la moto. Entrego el casco y sólo susurro un "gracias"

Saco las llaves de mi bolso y entro a la casa. Veo la hora y aún son las seis de la mañana, no falta que mis padres se levanten, así que voy directo a la cama y sin cambiarme de ropa caigo rendida.

(...)

―Lo bueno que te divertiste princesa. Mathew sabe cómo tratar a mi pequeña ―deja mi papá un beso en la coronilla.

Si tan sólo supiera que me abandonó por estar bailando con su ex, no pensaría lo mismo.

Desde hace un par de horas me había levantado, dormí el resto de la mañana y toda la tarde, mi cuerpo pedía un descanso y lo necesitaba para rehabilitarme. Mis padres no me recriminaron nada debido a que sabían que estaba con Mathew.

Lave los trastes sucios y subí a mi habitación para terminar con las tareas. No pasa mucho hasta que el tono de llamada suena, agarro mi celular y aparece una foto de Mathew y mía besándonos. Dudo en si responder o no, pero si no lo hago marcará a la casa y puede que le diga a mis padres que él no me trajo a la casa.

― ¿Diga?

― ¡¿PERO QUE DEMONIOS MANDY?! ¡¿DÓNDE MIERDA TE METISTE ANOCHE?! ―obviamente estaba más que enojado y no quiero lidiar con esto― ¡RESPONDE!

―Primero que nada cálmate, no me andes gritando que no soy tu hija. Y segundo, tomé un taxi porque alguien estaba muy entretenido bailando con Amanda ―escupo cómo novia celosa, pero no lo estoy en lo absoluto. Sólo me enoja que venga a discutir conmigo cuándo el está haciendo cosas peores.

― ¿Es eso? ¿Estás celosa? ―su voz suena relaja y a la vez graciosa― tú sabes que con Amanda ya no hay nada.

―Sí bueno eso no decías ayer que le sostenías las caderas.

Hay un silencio y sólo suspira.

―Bien, sí es por eso que decidiste irte debo pedirte una disculpa. No pensé que fueses una chica celosa amor.

Prefiero no sacarlo de su error y sólo acepto que soy una novia celosa. Continuamos conversando y escucho a la señora Collins llamándolo, así que nos despedimos y colgamos.


Delirium |Zayn|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora