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Cuando me fui del Arca o del campamento Jaha, no se como llamarlo, acababa de anochecer, acabo de pasar por los muros de nuestro campamento, no me acostumbro a que este tan vacío y silencioso, recuerdo cuando aterrizamos en tierra, aún llevaba la pulsera no recuerdo cuando se me cayó porque no me di cuenta, han pasado muchas cosas de las que no me he dado cuenta, sin darme cuenta estaba en la tierra y sin darme cuenta luché en una guerra, no sabría decir si lo que he hecho para sobrevivir está bien o mal, pero esta hecho y ya no hay vuelta atrás. Tengo que dormir un poco, entro en el transbordador y tiro de la palanca que cierra la puerta, no quiero que entre nadie pero me es imposible dormir con tanto silencio y tantas cosas en la cabeza, no se por donde empezar a buscar, es imposible encontrar ningún rastro si todo está reducido a cenizas, estoy seguro de que no voy a dormir en toda la noche, me levanto, me pongo la chaqueta fina de cuero y me pongo a sacar todo lo que hay en mi mochila, desde que la tengo no he mirado todo lo que había dentro, solo me cambié con la ropa de la mochila y dejé la que llevaba puesta, la verdad es que me gusta más la ropa terrestre, abro la mochila y la sacudo hacia abajo para que caiga todo, en la mochila está la libreta que me dio Lincoln con el mapa para ir al clan de Luna, hay unos guantes de cuero que tienen los dedos cortados, un lápiz, un bote con pintura negra creo que para la cara, una cantimplora pequeña y metálica y una especie de funda de cuero que desenrollo y veo que tiene un montón de frascos pequeños puestos en unos bolsillos de su tamaño, no tengo ni idea de que son pero seguro que sirven de algo, meto todo en la mochila excepto la libreta, subo a la tercera planta del transbordador a buscar un farolillo de los que hay colgados en el techo, lo cojo y bajo a la primera planta para leer lo que hay en la libreta, tiene una cuerda que se enrolla en un botón para cerrarla, la abro y lo que hay en la primera página es un dibujo de una estatua torcida de un señor sentado en un trono rodeado de naturaleza, si se los han llevado los terrestres me puedo guiar con los dibujos que hay por toda la libreta, lo primero que voy a hacer es encontrar ese sitio, no se porque pero me da la impresión de que es importante para los terrestres, paso de página y veo un rostro dibujado con pinturas de guerra en los ojos, me fijo un poco mejor y me doy cuenta de que soy yo con pinturas de guerra, decido cerrar la libreta y guardarla en mi chaqueta para empezar el camino hacia ese lugar.
Ya hace unas horas que ha amanecido y llevo unos cuantos kilómetros andados pero no consigo encontrar esa estatua, unos metros delante veo un camino y corro hacia el, es mejor seguir el camino que ir caminando por en medio del bosque, cuando estoy en medio del camino decido ponerme la capucha por si me reconocía algún terrestre. El camino parece interminable, llevo horas caminando y por fin veo la estatua, vista desde lejos parece muy pequeña pero según me voy acercando se va haciendo más y más grande, en la parte de abajo del trono en el que está sentado el hombre de la estatua hay unas letras, pone "Tondc", mi madre me habló de Tondc, dijo que fue donde se crió el Comandante y que si alguna vez en la tierra estaba en apuros que fuera a pedir ayuda a el, dijo que ayudaría a un hermano de sangre, no puedo encontrar a los demás solo, necesito ayuda y solo ellos conocen estos bosques mejor que yo.
Llevo un buen rato para decidir qué hacer, si continuar solo o recurrir al Comandante aún que no voy a encontrarle allí, el Comandante tiene que vivir en la capital pero si se crió en esa aldea me dirán cómo encontrarlo, decidido, voy a Tondc, el único problema es que reconocerán que soy un Skaikru y mi única opción es sangrar, ¿Siempre voy a tener que hacer eso? ¿ Rajar cualquier parte de mi cuerpo para que vean que soy un Naitblida? No queda otro remedio, al fin y al cabo es como una firma de Becca Pramheda, vamos allá, me levanto y saco la libreta de mi bolsillo, la página después del dibujo de la estatua tiene un dibujo de un camino recto que acaba en una puerta muy grande de madera así que sigo caminando hasta llegar a la entrada de Tondc, veo una fila de arqueros a mi izquierda y otra a mi derecha apuntándome mientras camino hacia la puerta, el camino está más abajo que la puerta y que los arqueros así que tengo que subir una pequeña ladera de tierra, me quedo delante de la puerta sin haber subido aún y haciendo caso omiso a los arqueros y digo en voz alta.
- Ai laik Gustus kom Skaikru - hago una pausa mientras saco un cuchillo y me subo la manga - Em ai laik Naitblida. - "Soy Gustus del pueblo celeste y soy un Naitblida", Al decir esto me hago un pequeño corte en la mano y levanto ambos brazos tirando el cuchillo.
Pasados unos segundos sale una mujer de piel morena y pelo negro muy corto y rizado, lleva puestos unos pantalones negros desgastados y una pechera de cuero encima de una camiseta de manga larga, también lleva una capa color verde oscuro mezclado con marrón puesta en la cintura, la mujer se acerca a mi y me mira la mano, levanta la cabeza y dice.
- Ai laik Indra kom Trikru y soy la líder de esta aldea ¿Que quieres Gustus del pueblo celeste? - dice en el mismo tono en todo momento.
- Necesito ver a Heda - le digo mirándola fijamente.
- Heda está en la capital, y tu también deberías estar allí - dice mirando el corte que me he hecho - Entra y hablaremos - se da la vuelta y se dirige hacia la puerta y yo la sigo tras agacharme para coger el cuchillo y guardarlo, dos terrestres empiezan a abrir la puerta y nosotros pasamos, la aldea que tengo ante mi no sólo está compuesta por guerreros, hay ancianos, niños, animales, en el Arca no había muchos ancianos, cuando llegaban a la edad de sesenta años se les daba una vacuna mortal para matarlo y que no se consuma más oxigeno del necesario, el objetivo del Arca era conservar a la raza humana, pero llevarlo a tal extremo nos hace peores que los terrestres, Indra me lleva a una caseta que da a una sala subterránea, veo de reojo como dos terrestres se quedan fuera custodiando la puerta. Indra se pone a un lado de una mesa grande de madera y yo me pongo delante de ella.
- Explicate - dice la terrestre cruzándose de brazos esperando mi contestación.
- Soy el único Naitblida del pueblo celeste, el único heredero de Becca Pramheda de Skaikru y vengo aquí a pedir ayuda a Heda, sangre de mi sangre.
- Dime, como conoces el idioma.
Le digo todo lo que le había contado a Lincoln, que conocía el idioma, las costumbres, las leyendas, todo. Indra se acerca a mi con pasos lentos y cortos mientras dice.
- Entonces sabrás que tu deber es hablar como un terrestre, vivir como un terrestre, vestir como un terrestre y luchar como un terrestre, tu sangre lo dice y no puede ser ignorado - Indra no sabe que tengo ropa de terrestre ya que me cambié de ropa antes de entrar al pueblo y dejé la mochila escondida en un hueco que he encontrado en la estatua - La Comandante está entrenando a sus novicios, Naitblida jóvenes, tu no encajas allí - hace una pausa como si estuviera pensando en algo y continúa diciendo - ¿Sabes lo que es un segundo? - la miro muy confuso porque si se lo que es.
- Es un aprendiz - le digo sin hacer muchas preguntas.
- Tu vas a ser mi segundo - no se que decir, las palabras no me salen, y me quedo impresionado ante lo que ha dicho.
- Pero yo no soy un terrestre - digo con la cabeza abajo.
- Primera lección: No me cuestiones - se levanta y dice caminando hacia la puerta - Empezamos mañana.
- Voy a por unas cosas que me he dejado en la estatua - le digo antes de que se vaya.
- Vuelve pronto - se gira y asiento.
Salgo a paso rápido de la habitación subterránea y me dirijo hacia la salida de la aldea y cuando estoy frente a la puerta y la empujo para abrirla alguien me empuja hacia detrás, noto algo frío y afilado en el cuello, es un cuchillo, a mi derecha hay una placa metálica en la que veo mi reflejo y el del terrestre que me está agarrando, algunos terrestres de la aldea están mirándome esperando a que este me mate pero antes de que abra la boca pongo mi mano en la del cuchillo empujándola lejos de mi cuello y rápidamente le doy un golpe con el codo en la tripa, me giro y le doy la vuelta a si brazo para quitarle el cuchillo y ponerme en guardia con el, cuando me quiero dar cuenta hay un montón de terrestres mirándome y entre ellos Indra, se acerca hacia nosotros con cara de enfadó y me pongo firme pero me doy cuenta de que no viene hacia mi, va hacia en terrestre que está de rodillas en el suelo con la mano en el estómago, Indra le dice algo que no logro entender y el terrestre se pone de pie, cuando este está de pie Indra coge su cuchillo, le hace un corte no muy profundo en cada muñeca y le da una patada en el estómago que lo deja en el suelo, luego dice.
- Este celeste es mi segundo, si alguien se atreve a intentar matarle lo pagará con si vida - dice y mientras se va grita - Todo el mundo a lo que estuviera haciendo - cuando Indra se ha retirado yo voy a por la mochila que dejé en la estatua y vuelvo hacia Tondc, cuando llego ya han encendido varios fuegos repartidos por la aldea y han encendido las antorchas, hay grupos reunidos en los diferentes fuegos y una fila en frente a un puesto de comida en el que un terrestre dando raciones de comida a cada persona de la fila, me pongo al final de la fila y espero mi turno, cuando ya no queda nadie más delante de mi me acerco al hombre y me dice.
- No hay sitio para celestes en esta aldea - va a ser muy duro estar aquí si me odian tanto los terrestres, por suerte recuerdo que tengo un poco de carne cruda envuelta en un trapo en la mochila, me doy la vuelta y me voy apartado, hago un fuego y empiezo a cocinar la carne. Ya pasado un rato miro el mapa de la libreta y me doy cuenta de que no podré volver con los demás hasta que no tenga confianza con Indra, no sólo tengo que ganarme la confianza de Indra si no la de todos los terrestres de Tondc, no me he dado cuenta de lo cansado que estaba hasta ahora que se me empiezan a cerrar los párpados, llevo todo el día y toda la noche anterior andando y corriendo, mañana será un día duro así que me pongo a dormir sentado en el tronco en el que estaba apoyado y me duermo nada más relajarme un poco.

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