Propuesta

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No fue hasta el Martes, cuando decidí ir; no a clases sino a hablar con el Director.
¿Que pasaría si Paul hace lo mismo con más chicas?, ¿Y si no corren la misma suerte que yo?.

Eran las doce del dia, me senté en la sala de espera junto a mi abuela y Jason; veía las manecillas del reloj moverse y mis pies colgaban del asiento, meciéndolos de arriba a bajo.
El ambiente era frío, debido al clima que yacía en el techo; los telefonos sonaban al otro lado del lugar, donde se encuentra la subdirección; y lo unico que se escuchaba eran los delgados dedos de la secretaria, con un manicure perfecto en las uñas golpeando las teclas del monitor.
En un acto de nerviosismo, tomo un mechón de mi cabello que cuelga detrás de mi oreja; haciendo movimientos con éste enredándolo en mi dedo índice.

-Todo estará bien- me susurra al oído, colocando su mano sobre mi rodilla para que detenga mis movimientos. Le dedico una mirada rapida, acompañada de una sonrisa.

Sacó su celular del bolsillo izquierdo de su pantalón, y unos audifonos de su chaqueta negra.
Aproveché su pequeña distracción y lo miré, Dios! amaba mirarlo.
Sus ojos miraban al frente, como si viera en ellos el horizonte lejano; tenia un brillo peculiar en ellos. Su cabello tan negro como la oscuridad, esas frias noches de neblinas; estaba perfectamente peinado, con su pequeño mechón cubriendo parte de su ojo derecho.
Su nariz, su pequeña boca dibujaba una fina linea en ella; al igual que su ceja, tan perfecta.
-¿Quieres uno?- me dice tendiendo uno de sus audicolares. ¡Diablos me descubrió mirandolo!.

-Eh, no-

-Vamos, estoy escuchando a los Guns; tu canción favorita- ríe y yo lo tomo. Cantando en mi mente hasta que ella habla.

-Pasen por favor- anuncia la secretaria desde su escritorio.

Entramos por la puerta que guia hacia la oficina, el Director estaba sentado con la mirada perdida en un papeleo.
Su frente ligeramente fruncida dibujaba algunas lineas paralelas, sus ojos bailaban al compás de las letras y su pluma rozaba un trozo de hoja a su lado.

-Buenos dias- dice aclarando su garganta -Por favor tomen asiento-

Hago lo que indica, Jason se queda de pie atrás de mi. Aprieta ligeramente mis hombros ocasionando un escalofrío recorriendo mi espalda, sus manos estan heladas.
Miro el mosaico blanco del piso de la oficina, para luego centrar mi atención en un mueble lleno de libros y trofeos; esperando a que él comience a hablar. Toma cuestión de segundos para que reaccione.

-Es un, asunto muy vergonzoso el que ha ocurrido para mí como familiar y para nuestra escuela-confiesa -Sucedio dentro de nuestro plantel educativo-

-Por favor, queremos una solución a esto- dice educadamente mi abuela.

-Si, bueno. Lo que podemos hacer para este caso es expulsar por algunos dias al alumno y...-

-¿Algunos dias?- pregunto sin dar crédito a mis oidos. -Osea, ¿No lo expulsarán definitivamente?-

-Lo que ha pasado no es tan grave para llegar a esos extremos señorita MCcarney-

-¡¿No es tan grave?!- digo exaltada -Él intentó violarme ¿Usted cree que no es grave?-

-Entiendo por lo que éstas pasando pero...-

-No, no entiende. No puede tomar esto a la ligera, más bien usted esta defendiendo a Paul. Si lo entendiera ya habría hecho algo al respecto-

-No lo estoy defendiendo, en sí es lo unico que podemos hacer. Es la única solución que esta en mis manos, y que me toca hacer- mantiene su tono calmado.

-Pero, mi nieta tiene razón; en mi parecer es una sanción muy leve. Emily sufrió de acoso e intento de violación ¿Esta consciente de eso?-

-Si, pero no entiendo el por que no me mencionaron nada desde el inicio- buen punto, pero en realidad pensé que yo podria manejarlo -Y estoy consciente de que mi sobrino esta ahora mismo en el hospital en un estado severo debido a los golpes recibidos- mira instintivamente a Jason. ¡No! Eso si que no. No dejaré que él salga perjudicado por todo esto -Y que, no es la primera vez que recibe golpes-

-¡Pero eso no excusa nada!- me sobresalto, impaciente.

-Lo que voy a hacer, es expulsar al alumno un mes entero; cambiarlo de salón y encargarme de que no vuelva a molestarlos- dice en tono neutro. -No se preocupen, el caso no será rebelado a los demas alumnos; mantendré la discreción en el asunto asi como ustedes también lo harán- Y es, en eso momento donde mi paciencia se termina.

-Genial- musito molesta.
Salgo de la oficina, abriendo la puerta con brusquedad; sin importarme la mirada de la secretaria a través de sus largas pestañas postizas. Camino un poco hacia el jardin del colegio.

El aire azota mi cara, tomo una gran bocanada de aire intentando aclarar mis pensamientos. Me siento molesta, literalmente me hierve la sangre; pero... ¿Por que no le dije desde el inicio todo al Director?. Todo esto no estuviera pasando ahora, pero otro lado: Estoy bien, no llegó a mayores y no volverá a tocarme.

-Emily- llega Jason y se sienta a mi lado. -¿Estas bien?-

-Eh,- arranco la corta hierba del césped, y juego con ella -Si. ¿Tienes un cigarrillo?-

-Ahm- busca en el bolsillo izquierdo de su chaqueta y toma uno de dos -Ten aunque...- lo aleja de mi antes de darmelo, sintiéndome como un bebé al que no le dan su dulce.
-Mejor no lo tomes ¿Si? Tu abuela te verá fumar-

-Cierto- suspiro, viendo como lo vuelve a guardar. -¿Que pasó?-

-Bueno, tu pobre abuela sigue hablando con el estúpido ese; sobre la patética seguridad de esta mierda de colegio, tambien dijo que al imbécil de Paul lo castigarán y con eso me refiero a que, supongo; un par de tarjetas de crédito no servirán en esta semana- ambos reímos por lo cierto que sonaba al decir eso, y mas por el lenguaje que utilizaba.

-Es patético. Aunque ya nadie nos molestará-

-Si- murmura -Podemos vengarnos si quieres-

-¿Que?-

-Cuando regrese yo lo sujeto y tu lo golpeas-

-Estas de broma ¿Cierto?-

-Claro que si- responde no muy convencido.

-Ademas creo que entre tus golpes y el mío será suficiente...-

-¿Tu golpe?- me interrumpe -¿Acaso tu...?-

-¿Como crees que corrí desde los casilleros hasta donde me hallaste?- recordé las palabras del pobre chico cuando lo golpeé ahi. -Espero que pueda tener hijos- bromeo.

-Vale, procuraré no molestarte o nos quedaremos sin hijos-

-¿Nos?-

-Nos- reafirma -Pienso casarme contigo Emily, formaremos una familia juntos. ¿Oh, acaso me negará Señorita MCcarney?-

-¿Acaso éstas...- recargo mi cabeza sobre su hombro esbozando una amplia sonrisa
-...Proponiendome matrimonio?-

-Aún es muy pronto, pero mi futuro lo veo a tu lado asi que; espero que mi propuesta quede firme hasta que nos recibamos ¿No lo crees?- se levanta y camina en circulos, levantando su dedo indice y sosteniendo la barbilla con su otra mano
-Tendré un empleo, te compraré un casa en medio de un gran campo y me encargaré de que haya árboles con un columpio para que juegues en él- se agacha y gatea hasta mí.

-Estas loco- le doy un leve golpe en su hombro -Pero es una buena propuesta, y el columpio- comienzo a reir como loca, llevando la cabeza hacia atrás.

-¿Que es tan gracioso?-

-No lo sé- y ambos comenzamos a reir, perdiendo por completo la cordura; embriagados por nuestra risa y con el dolor leve apareciendo en mi estómago. Éramos la pareja perfecta de locos.

Luz en mis TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora