Savannah

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Por favor escuchar la canción al final.

SAM'S POV

— ¡papa!— dije volviendo a la mesa, y retomando mi asiento.— Felipe, siendo un gran cocinero, conoce algunas personas en... ¿¡Adivina dónde!?

— zoís ton stafylión—. Dijo Alex por el manos libres.

— ¡en "zoís ton stafylión"! Uno de los mejores viñedos en Grecia.

— ¿en serio? Debo admitir que es de uno de los productores de vino que más me gustan.

— si, pero no sé cómo te enteraste linda, si yo nunca...— lo golpeé en la pierna con el pie.

— ¿recuerdas? Cuando tus amigos vinieron y ¿me los presentaste...?

— ¿ah? Si, si. Tengo unos amigos de mi viaje a Europa. Sería un gusto presentárselos, la próxima vez que vengan.

— también ayudó en la construcción del orfanato que el alcalde construyó en el lado oeste de L.A...

— si, y mama, Felipe fue voluntario para ayudar a construir el orfanato que el alcalde hizo en Reseda.

— vaya, eso es genial.

— bien, creo que ya neutralizaste la situación, llámame si algo más ocurre.— y colgó.

— ¿pasa algo hija?— preguntó mi papa.

Me tape la oreja instintivamente— no, todo está bien.

— Sam, ¿podemos hablar un momento? ¿A solas?— me dijo Felipe tomándome suavemente del brazo.

— claro, un segundo—. Dije y me levante siguiendo a Felipe adentro del restaurante.

Ya dentro del restaurante soltó un suspiro y me miró frunciendo el ceño.— Okay, ¿qué está pasando?

— ¿qué? Nada está pasando.

— Sam...

— bien, cuando mi papa y tú se pusieron a pelear llame a Alex por ayuda, y ella me dijo ciertas cosas que impresionarían a mis padres.

Me miró, y cuando pensé que me iba a regañar, me sonrió— Sam, no quiero que tus padres me acepten por mis acciones, o por las personas que conozco. Quiero que me acepten por quién soy y por mis sentimientos hacia ti.

— lo siento, tienes razón—. Mire al suelo, lo volví a mirar y sonreí— bien, ¿vamos a terminar de comer?— dije sonriendo.

— vamos— me besó y nos dirigimos a la mesa.

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Alex's POV

— ¡Alex!— escuche los gritos de mi mama desde abajo— ¡Alex!

— estoy despierta Ma, por favor, deja de gritar.

— ya, ya, lo siento— dijo entrando a mi cuarto.— Tengo noticias.

— ¿qué hora es? ¿Las siete? Dios, voy tarde, ¿qué necesitas?

— como ya te dije, tengo noticias, vamos a tener un visitante, se va a quedar toda la semana que sobra y la que viene.

— ¿y?— dije saliendo de mi cuarto y bajando las escaleras corriendo— ¿quién viene?

"El Mundo es un Pañuelo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora