Las desventajas del alcohol

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Alex's POV

— Abre la maldita venta...— Saqué mi cabeza por la ventana de Cat expulsando el maldito alcohol.

Felipe pasó a recogernos después de dos horas, cinco shots y dos cervezas. Llevó mi hippie-ban para recogernos a todas.

— ¡Alex que asco! ¡vomita en tu hermano o algo!— gritó Cat moviéndose para atrás.

— ¡Ni se te ocurra Alexa!— Dijo Felipe orillando el vehículo.— Sal, vomita entre arbustos o algo.

Era ya muy tarde y la autopista estaba vacía, un bosque yacía allí mismo. Sin dudarlo salí disparada del auto a vomitar entre algunas ramas.

¡MALDITO SEA EL ALCOHOL!

SAM'S POV

— Así que... ¿vamos a parar cada veinte minutos para que Alex maldiga y vomite?— me acerqué a Felipe quien había salido y estaba recostado en la puerta del copiloto.

— Para que vomite si... La verdad nunca la he visto ebria.

— ¿A no?

— No. Siempre vomita y luego esta enferma todo el próximo día... Pero no delira.

— Juro haberla oído filosofando la diferencia entre un lobo Wargo y un... Guargo.

— Huargo— me corrigió— verás, tienes que entonar más la U, y son de libros diferentes, los tamaños, colores— levanté una ceja mirándolo y sonriendo, me vio y paró de hablar— Además eso lo hace sobria—. Reímos mientras Alex regresaba.— Alex, ¿quieres agua?

— no idiota, quiero pasar el resto del viaje con el sabor de mis intestinos en la boca—. Dijo sarcásticamente.— Por supuesto que quiero.

Subimos al auto de nuevo y en menos de media hora llegamos a mi casa.

— Bueno, creo que es muy tarde... Pijamada ¿si?— Propuse y todas aceptaron. Todas menos Alex a quien Felipe se llevo a rastras.

No hicimos mucho ya que no estaba planeada la reunión.

— Así que... No no tengo nada... Olvídenlo— dijo Cat.

— Creo que vamos a dormir desde temprano—. Dijo Yuyu bostezando.

— Si Yuyu... Temprano a las 2 de la mañana—. Dijo Taylor riendo.

Se acomodamos todas en el piso encima de mantas y almohadas y yo en mi cama. ¿Qué puedo decir? es MI cama.

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Desperté en mi cama mirando hacia los lados, un maldito ruido no paraba de sonar.

Volteé para el lado de la mesa y vi mi celular. Lo levante y vi que Felipe estaba llamando. Tomé el teléfono y salí del cuarto intentando no pisar a las chicas que durmieron en el piso.

— ¿Alo?—. Dije ya en la sala de estar.

— Hola linda.

— ¿Qué son estas horas para llamar?

— Si miras la hora son las tres de la tarde.

— Pero me dormi a las cuatro... Es muy temprano si pensamos así.

— No, no lo es, bueno eso no importa, ¿Harás algo hoy?

— Llevar a las chicas a casa... Nada.

— Yo te ayudo, necesitas un auto ¿no?

— la verdad no, tengo mi auto,pero sería una gran excusa para que mis padres me dejaran verte. Gracias.

— no entiendo, ¿no le agradó a tus padres?

"El Mundo es un Pañuelo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora