"El Mundo es un Pañuelo"

Dios dame paciencia porque si me das fuerza te juro que la mato

SAM'S POV

Entramos a la casa de Alex silenciosamente, lo cual no sirvió de un culo pues Ruby y Zaz hacen más ruido que Jane cuando se estresa.

Flashback...

— calma Jane, calma.

— ¡es que esta foto no combina con la diapositiva!

— yo sé que es tarde, y que esa foto no combina con nada pero gritar no es la solución— luego ella me miró y gruño como un gato.

— en algún punto pensé que todas éramos lesbianas.

— ¿en serio Cat? ¿Ahora?— pregunté yo.

— no me mientas, sé que alguna vez pensaste lo mismo.

— ¡quiero a mi hermano!— grito Jane— mi hermano lo arreglará todo.

— si lo pensé, pero eso no significa que ahora sea el momento de hablar de eso.

— ¡be-doo! ¡Be-doo!— Jane empezó a hacer ruidos de ambulancia mientras giraba en su silla.

— ¿y ahora qué haces?

— es un nuevo método para concentrarme.

— ¿qué te pasa?— preguntó Cat con un tono diferente al de su voz.

—¿qué no me pasa?

—¡ainz!— gritaron al mismo tiempo.

— Dios, ¡mátame ya!— suspiré yo.

Fin del flashback

— ¡Alex! No me dijiste que Sam venía a cenar—.Dijo Bárbara saliendo de la cocina.

— no... Yo— me interrumpió Felipe quien bajaba de las escaleras para luego estamparme un beso en la cara.

— ella se sienta junto a mí—. Dijo él.

— ¿Así que están juntos ahora? Bueno, mejor que las otras novias raras esas que parecían perritos cada vez que miraban a Felipe—. Dijo Barbara.

—¿eh...? ¿Me imagino?— dije yo.

— Alex, quieres ayudarnos a Cam y a mí en la cocina.

— ¿¡Cam!?— esta se asomó por la puerta de la cocina y saludó con la mano.— ¿qué hace Cam aquí?— preguntó Alex.

— vino a saludarte.

— aja...

— traje a Rex. Esta afuera. Quiero enseñarle a seguir órdenes con hechizos de Hogwarts—. Alex rodó los ojos u se dirigió a la cocina.

— Felipe— dije acercándome a él— necesito hablar contigo.

— bien vamos a mi cuarto.

— ¡Uyy!— gritó Alex desde la cocina.

— no vayan a hacer cosas indecentes— dijo Bárbara.

— ¡usen preservativos!— gritó Julio a lo cual Alex estalló de risa y Bárbara lo regañó.

Cuando entramos al cuarto de Felipe estaban todas las paredes pintadas de un azul oscuro. En el centro de este una cama doble con una colcha de diferentes tonos de azul frente a una ventana cuadrada. Luego a cada lado unas mesitas de noche de madera oscura, en una de ellas había una lámpara y una foto (la que tomó Sarah en realidad) de Felipe y yo besándonos enmarcada—. Yo quiero una así— pensé.
En la pared derecha unos estantes con diferentes libros y fotografías de él y su familia, y debajo de estos un escritorio de la misma madera. En la pared izquierda el armario y junto a este, interrumpido por un pedazo de pared, el baño. Y detrás de la puerta un perchero.