Bon Appétit

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SAM'S POV
— bien, entonces, almuerzo en mi casa— le dije a los del curso.

— ¿tenemos que ir?— preguntó Jane .

— los voy a alimentar, ¿no es eso suficiente para que vayan?

— ella tiene un punto— me apoyó Sarah.

— gracias Sarah. ¿Entonces todos van?— pregunté y todos asintieron.

— ¿me repites por qué vamos a tu casa?— preguntó Daniela.

— Dani, sé que eres nueva, pero tenemos esta tradición de que cuando se va a acabar el año nos reunimos todos en una casa. El anterior año fuimos a la casa de Mariano.

Eso no había resultado muy bien. La casa de Mariano era gigantesca y habían muchos lugares los cuales quedaban ocultos. De paso sus padres y su hermana se habían ido de viaje en un crucero, y la casa estaba sola. De no ser porque los Pérez son millonarios, apostaría a que los daños hechos a su casa no se hubieran podido reparar.

— eso no salió como esperaba— dijo Mariano con una mueca.

— si... Mi casa no es tan grande como la tuya. Por favor, que al menos los vidrios terminen intactos.

— ¿cuál es tu dirección?— preguntó Venecia.

— ¿saben dónde vive Gabriel? Bueno, ahí, pero conjunto Azahar.

Todos abrieron los ojos como platos— ¿por qué sabes dónde vive Gabriel?— preguntó Víctor.

— yo... Eh, bueno, pues... ¡No importa!— grité de golpe. Luego volví a respirar y me calme.— en fin, este Domingo a la una en mi casa.
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— ¡mamá! ¿¡Dónde está el grill!?— grité desde el jardín. Por supuesto ni me escuchó y tuve que entrar. Me sorprendí mucho pues en la sala estaban sentados Felipe y Alex.— ¿Cuánto tiempo llevan ahí?

— ¿unos cuarenta y cinco minutos? Estabas tan ocupada arreglando las mesas, sazonando las carnes, y recogiendo el popo del perro que no te diste cuenta de que estábamos aquí—. Dijo Alex.

— ¿y no podían salir al jardín y saludar?

— lo hubiéramos hecho, pero nos hubieras pedido que te ayudáramos a arreglar las cosas, y la verdad somos tus invitados, invitados con mucha pereza—. Se excusó Felipe.

— wow, que lindos— dije sarcástica— ¿y tú qué haces aquí?— pregunté señalando a Felipe.

— ¿acaso un novio no puede almorzar con su novia?...

— No.

— ¿no?— preguntó atónito.

— No.

Él iba a discutir pero lo agarré de la camisa y lo lleve hasta la puerta. Luego la abrí y lo saqué de la casa.— Adiós— le di un casto beso y cerré la puerta en su cara.— Ahora— dije volteando a ver a Alex— quedan treinta minutos para que lleguen, ayúdame con la ensalada.

— pero...

— ¡Alex!

— ya voy...

Después de que Alex hiciera un desorden cortando los tomates y picando la lechuga, terminé yo de hacer la ensalada. Luego a la una llegó la demás gente.

— ¿dónde está la comida?

— es lindo verte también Raúl.

— Sam.

"El Mundo es un Pañuelo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora