¿Celos?

39 4 0
                                    

SAM'S POV
— ¿qué les parece si vamos mañana los cuatro al centro comercial?— les pregunté a Vanessa y a Viviana mientras me agarraba una cola de caballo.

— ¿mañana es Viernes, no?— preguntó Vanessa.

— si— afirmó Viviana— pues, me parece bien, ¿pero solo los cuatro?

— si, Alex dijo que no quería venir.

— ¿¡por qué están hablando!?— preguntó, gritó más bien, el profesor de baile.

— ¿mañana no habrá ensayo?— le pregunté.

— no, solo los Martes, Miércoles y Jueves.

— pues es que la última vez hubo ensayo el Lunes.

— ¡a sus puestos!— gritó el profesor— la presentación es en dos semanas y no hemos trabajado ocho meses para nada.

— feliz día del árbol— me susurró Viviana al oído antes de tomar su puesto.

—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—
— estás muy guapo— le dije a Felipe mientras se ponía la camisa.

— lo se, he tratado de evitarlo, pero no puedo—. Reí y coloqué mis brazos alrededor de su cuello para después besarlo.

Llegamos al centro comercial y nos sentamos en las mesas de la terraza a esperar a Viviana y a Vanessa, mientras esperábamos pedimos cada uno un helado. Enfrente a nosotros habían dos lindas pelirrojas que nos estaban observando. De repente se levantaron y se acercaron a nuestra mesa, una de ellas, la más alta se sentó en la silla frente a Felipe, y la otra se hizo detrás de su silla.

— mi hermana y yo estábamos observando, y eres muy lindo—. Si, ¿cierto?... Espera, ¿qué?— y me he puesto a pensar alguien como tú no debería estar solo—. Perdón ¿disculpa? ¿Acaso eres ciega, descerebrada?

Luego, procedió a acercarse a su boca. Apenas si le había rozado sus labios, cuando me encontré a mí misma jalándole los rojos cabellos.

— creo que ya no respiras más oxígeno, ¿demasiada laca tal vez?— le dije.— No está solo.

— ¿ella es tu novia?

— la única e inigualable.

— pues lo que veo no es mucho.

— no dijiste eso.

— ¿estás sorda o cómo?

— no, pero tampoco soy ciega, y eso que llevas es de muy mal gusto, déjame que te lo arregle—. Su camisa blanca quedo llena de helado de chocolate. — Ups, que lastima, creo que la perrera te está buscando, ¿por qué no mejor te vas por donde viniste?— vi que no se movía, mientras su cara se volvía roja de la rabia.— ¡woof! — ladré.— No te veo moviendo tu huesudo trasero.

Las pelirrojas se fueron y yo volví a sentarme en mi silla sin decir palabra alguna. Felipe me tomó de la mano, pero la retire rápidamente.

— Sam, ¿te encuentras bien?

— fantástica— respondí sarcásticamente.

— Sam...— en ese momento llegaron Viviana y Vanessa.

— mira quiénes están aquí... Vamos, va a llover, después de todo, ya casi es octubre—. Dije mientras me levantaba a saludarlas.

Entramos y nos sentamos dentro en una cafetería. Ellos empezaron a hablar sobre Felipe y su trabajo y la universidad, o algo por el estilo. No presté mucha atención a la conversación hasta que cierta pregunta salió de la nada.

— ¿y, el sexo?— preguntó Viviana con una sonrisa maliciosa en su rostro.

— si, ¿es bueno, es seguido?— dijo Vanessa siguiéndole la corriente.

— pues el sexo está bien, una o dos veces al...— tosí fuertemente interrumpiéndolo.

— no encuentro su interés en mi vida sexual— dije roja como un tomate.— Si quisieran proceder con otras preguntas estaría más que encantada.

— tenemos que sacarles información de alguna manera— dijo Viviana.

En ese momento se acercó la mesera a dejarnos la bebidas. ¿Por qué su falda estaba tan alta? Juro que la primer vez que la vi la tenía hasta las rodillas y no hasta los muslos, ¿acaso no hay código de vestimenta o algo por el estilo?— si necesitas algo más solo dímelo— le dijo a Felipe y le guiñó un ojos.

— gracias— le respondió este con una de esas sonrisas que te derriten.

Reí sarcásticamente— Ay por Dios. Por el momento no necesitamos nada, puedes ir a batir tus pestañas postizas a otro lado—. Dije refiriéndome a la mesera.

— Sam...— dijo Felipe.

Vanessa me tomó de la mano atrayendo mi atención— es que como últimamente has estado ocupada con tu plan macabro, o lo que sea, con organizaciones y citas, apenas si hemos tenido tiempo de hablar en las clases de baile.

— ahora que lo pienso tienes toda la razón, he perdido mucho tiempo en citas y esas cosas, tal vez si no tuviera un novio sería más eficiente, oh espera— dije levantando la voz— yo no tengo novio.

Felipe se levantó de un golpe.— Sam, ¿podemos hablar?— vio que no me levanté y me tomo del brazo— ahora.

Me liberé de su agarré y lo seguí hasta el corredor donde estaban las puertas del baño.

— ¿qué?— solté.

— "qué" es la pregunta que yo debería hacerte. ¿Qué demonios te está pasando? Primero con las pelirrojas de allá y ahora con la mesera.

— serás idiota— murmuré— ¿¡cómo que qué me pasa a mí!? A ti es a quien se la pasan acosado cada dos por tres.

— ¿y eso cómo es mi culpa, perdón?

— ¿¡cómo dices!? ¡Es tu culpa porque no haces nada en contra de ello! ¡Primero Marina, luego las pelirrojas, luego las meseras, cualquier niña bonita que se cruza en tu camino te coquetea y tú no haces nada!

— ¿a sí? ¿¡Y que me dices de Mariano, o de Gabriel!?

— oh wow— exageré— que gran excusa, ¡para tu información Mariano y yo nunca tuvimos ni tendremos algo, segundo, él no se atrevería a tocarme un solo cabello sin mi consentimiento!— respiré hondo, lo cual no sirvió de nada.— y sobre Gabriel... Él nunca gustó de mí, fui yo, ¿¡Okay!? ¡Así que por tu parte no tienes de qué preocuparte! Pero al parecer eso no te importa, pero sabes que, no voy a estar disponible siempre, ¡y menos cuando las mujeres te persiguen como perros sarnosos y no haces nada al respecto!

— Sam... Yo— empezó Felipe.

— ni lo pienses... A menos de que llegues con una disculpa decente creo que hasta aquí podemos dejar esta conversación—. Cuando salí del corredor estaba la mesera que nos había atendido antes.— Sabes que, es todo tuyo—. Dije hecha una furia, luego me despedí rápidamente de Viviana y Vanessa y me fui de allí más rápido de lo que canta un gallo.

Atentamente Sam ;)

"El Mundo es un Pañuelo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora