Boby se vuelve pato-fóbico

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- Y es por eso que los dragones ya no deben estar masticando el cráneo de nadie

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- Y es por eso que los dragones ya no deben estar masticando el cráneo de nadie.- Concluyó Hunter con dramatismo mientras seguíamos caminando por la carretera. Llevaba el cabello dorado cubierto por un gorro azul; las manos ocultas en los bolsillos del jean y miraba sus pies con profunda concentración.

- Pero... y qué hay con la comida que yo he tragado, ¿Eso también desaparece luego de...  veinticuatro horas?- pregunté volviendo a acomodar mi nueva bufanda rosa.- ¿Y qué ocurrirá con mi bufanda?

- La comida, una vez ingerida ya no desaparece porque; al igual que la ropa que llevas puesta, está en contacto con una gran fuente de energía: nuestro cuerpo. - explicó Kate tomando una rama del suelo y arrastrándola por la acera del camino. Fue entonces cuando noté que sus nuevos borcegos estampados a margaritas no volaban sobre el suelo, sino que lo aplastaban.

- Kate, ¿Por qué no vuelas?

Ella bajó la mirada a sus pies sonrojándose.- Estoy calmada... no vuelo cuando estoy en paz; solo cuando algo me emociona, me asusta o me sorprende.

Asentí con la cabeza a modo de respuesta y volví a mirarla. Llevaba puesto su buzo verde con manchas de colores en el centro y una paleta de helado morada sobre ellas, y un jean azul con varios parches y dibujos de margaritas. También llevaba puesto un tapado púrpura y una bufanda negra que hacía juego con sus borcegos.

- Te gustan las margaritas, ¿Verdad?- pregunté sonriendo.

- Pues... creo que es algo evidente. Son mi flor favorita desde siempre... son inocentes, delicadas y perfectas. La belleza de lo simple y natural.- comenzó a decir mientras se iluminaban sus ojos.

- Ugh, no me digas que volvió a ponerse poética... Ahora no se detiene hasta que lleguemos a Berlín...- masculló Hunter.

Katherine alzó la vista y lo fulminó con la mirada. Él se limitó a esquivar sus humeantes ojos rojos sonriendo de costado.

- ¿Cuál es tu problema conmigo?- preguntó Kate roja de furia mientras se detenía. Hunter se paró en seco confundido.- ¿Mi problema?- preguntó.

- Si, tu problema. ¡Últimamente te burlas de todo lo que hago y te diviertes haciéndome enfadar!- gritó mi amiga acercándose a él peligrosamente al tiempo en que sus pies dejaban de tocar el suelo.

Hunter continuó mirándola perplejo y yo decidí que esa escena era digna de unas palomitas de maíz así que me senté en el helado suelo, dibujé mi amado símbolo y tomé un pote de pop-corn.

- ¿Vas a responder o seguirás mirándome como idiota?- preguntó Kate furiosa.- ¿Por qué sonríes haciéndome enfadar?

Hunter tragó saliva y susurró: - Es que te ves bonita cuando te enojas...

Katherine abrió los ojos como platos al momento en que mi amigo comenzaba a ruborizarse deliberadamente.

- ¡¿Qué dices!?- preguntó Kate sin dar crédito a lo que oía.

Dreams Seekers (Buscadores De Sueños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora