Todos sabemos que los profesores son bestias sin alma, que una mascota no es necesariamente un perro, que los niños vuelan con el poder de la imaginación, que los atrapasueños son mágicos, que los dibujos sirven para hacer realidad tus sueños y que...
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Entré a la habitación en la que mis amigos miraban su película. Ambos estaban abrazados y cubiertos por una manta en la oscuridad.
- ¡Adivinen quién consiguió novio!- grité encendiendo la luz abruptamente y haciéndolos parpadear desesperados para adaptarse a la nuevo entorno tan lleno de sol artificial.- ¡ESTA CHICA!
- Stairs, apaga eso, tratamos de ver una película aquí.- gruñó Hunter achinando los ojos por el exceso de luz.
Caminé hacia la pantalla plasma que reproducía las escenas de una persecución bajo el mar y lo apagué enseguida.
- ¡ALICE!- Se quejaron ellos al unísono.
- Ya, ya, no sean niñitos.- murmuré abriendo las cortinas y dejando entrar los rayos del sol.- Yo soy más importante que aquella película.
- ¿Estás segura de eso?- preguntó mi amigo dispuesto a irritarme.
Tensé la mandíbula.- Eso espero.
- Por supuesto que si, Ali.- sonrió Kate.- Es solo que Hunter muere por saber si el tiburón se tragará a Beatrice.
- O si el delfín parlante la ayudará a regresar a su reino marino con su padre Tritón.- Afirmó Hunter asintiendo con la cabeza.
- ¿Están viendo una película... De sirenas?- pregunté al borde de la risa.
Hunter se encogió de hombros mientras se sonrojaba.- Las sirenas son geniales.
- Mi novio es más genial que Beatrice, la sirena.- prometí sonriendo con tono persuasivo.
Hunter me miró ofendido.- ¡Beatrice no es una sirena, mamut subdesarrollado! ¡Ella es un elfo acuático radioactivo que fue criado por caballitos de mar y ostras!
Ahogué una carcajada. Eso sonaba ridículo hasta para mí.
Kate me miró con una sonrisa ladeada.- Lo emocionan los elfos radioactivos.
Mi amigo le lanzó una mirada asesina.- Larga vida a los elfos radioactivos.
- Muy bien, dejemos de lado a todos los elfos y seres acuáticos y bajemos...- dije arrastrándolos fuera de la habitación.- ...a conocer al chico más perfecto de la Galaxia.
- No necesitas bajar Alice, yo estoy justo aquí.- murmuró Hunter haciéndome rodar los ojos.
Él sonrió de lado.- Lo se, soy genial.
-Chicos, él es Austin Sun...-comencé a decir cuando llegamos al final de la escalera.
-...Su novio.- Sonrieron ellos concluyendo mi oración.
Kate y Hunter me miraron espantados.
- Emmm Alice... Lo has hecho tú, ¿verdad?
- Si, ¿Por qué lo dices?- pregunté mientras me giraba para ver a Austin. Estaba apilando los trozos de pizza que habían sobrado del almuerzo y, al notar que lo estábamos observando, gritaron eufóricos: "¡La torre inclinada de Pizza!"
