Todos sabemos que los profesores son bestias sin alma, que una mascota no es necesariamente un perro, que los niños vuelan con el poder de la imaginación, que los atrapasueños son mágicos, que los dibujos sirven para hacer realidad tus sueños y que...
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- Bien Alice, respira.- inhalé y exhalé tratando de calmarme, luego conté hasta diez despacio centrando mis pensamientos. Era como si miles de mini-personitas corrieran de un lado al otro de mi cabeza gritando estupideces en plan: "El helado de frutilla es delicioso"... No sé por qué hacían eso exactamente pero estoy segura de haber oído a una de ellas cantando "The World Is a Peach Cake". Tragué saliva y las ignoré.- Tu amiguita mágica sigue desmayada, el niño desapareció y tu mejor y más irritante amigo está agonizando a tus pies.
- Ya era hora de que lo notaras...- farfulló Hunter recostado en el suelo con los ojos cerrados y la mandíbula tensa.
- Estás muriendo. ¿¡Cómo diablos haces para ser fastidioso en estos momentos?!
Él sonrió de costado débilmente.- Es todo un don.
Volví a contar hasta diez para no matarlo con mis propias manos y me arrodillé a su lado.- ¿Alguna idea de cómo salvarte?
Hunter abrió los ojos y entornó la cabeza en mi dirección sólo para lanzarme una mirada que claramente decía: "Caíste de la cama cuando bebé, ¿no es así?".
- Nop, no tienes ideas.
Si tan solo Kate estuviera despierta...- Pensé lamentándome por dentro.- ¿Qué haría Kate en éstas circunstancias?- Me respondí a mí misma.- Pues, probablemente sacaría una cosa mágica de un EOSI y salvaría a Hunter.
Uno "Et observabitis Somnia In" apareció a mis pies. Eso era mucho mejor que dibujarlo. Inserté la mano en el dibujo y saqué unas vendas y un poco de... ¿Torta de Duraznos?
Bufé. Culpa de la cantante.
- Las vendas no sirven de nada, genio.- murmuró mi amigo con la voz apagándose lentamente. Finas gotas de sudor recorrían su frente y aún así temblaba de frío. La espina de su abdomen había inflamado todo el entorno y las venas comenzaban a tornarse negras por el veneno. Hunter parecía un papel de cuaderno blanco con dibujos de líneas negras por todos lados.
Mis ojos se inundaron nuevamente y volví a meter la mano en el símbolo. Ésta vez obtuve un puñado de helado de fresa.
Lo arrojé al suelo frustrada y lo pisoteé. Estaba furiosa: ¿¡Por qué diablos mi mente pensaba en comida cuando yo más la necesitaba!? ¡Ni siquiera tenía hambre!
Volví a intentarlo y mi mano rodeó un objeto chato y frío. Lo extraje del dibujo colmada de curiosidad. ¿Qué era aquello? ¿Acaso salvaría a Hunter?
Un CD de la banda "No Puedes Pensar en claro" apareció en mi palma con su éxito: "The World is a Peach Cake".
El tic nervioso de mi ojo regresó y arrojé el CD con furia para romper en llanto luego. ¡¿Por qué todo me salía tan mal!?
Rompí en llanto enfadada conmigo misma por el simple hecho de ser yo. Hunter moriría porque no era lo suficientemente inteligente como para pensar en nada para salvarlo, Boby había sido devorado por un árbol y había desaparecido y Kate aún permanecía en el suelo inconsciente... Un segundo...
