Todos sabemos que los profesores son bestias sin alma, que una mascota no es necesariamente un perro, que los niños vuelan con el poder de la imaginación, que los atrapasueños son mágicos, que los dibujos sirven para hacer realidad tus sueños y que...
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Nada mejor que una noche sin Luna, una fogata y un bosque colmado de monstruos. Es casi tan lindo como comer palomitas y mirar tu serie favorita antes de ir a dormir... ¿Verdad?
¡PUES NO!, ¡NO LO ES! SOLO A UN PAR DE LOCOS PODRÍA PASARLES POR LA CABEZA LA DESCABELLADA IDEA DE ACAMPAR EN MEDIO DE UN BOSQUE DESOLADO Y ABARROTADO DE PESADILLAS! Por desgracia para mí, yo VIVÍA con un par de locos.
- Acampemos en el bosque.- propuso Hunter con su instinto suicida habitual. ¡¿Acaso ese chico planeaba acabar con nuestra existencia?!
- Sería divertido.- sonrió Kate. Otra suicida. ¿Tendrían algúna especie de trauma colectivo? De seguro era por pasar tanto tiempo juntos rodeados de pesadillas y símbolos anormales.
- ¡SIIIII!- exclamó Boby con una "S" que sonó como una "Z" de "zorro". Bien... No, no comprendía qué le pasaba a Boby como para estar así de loco...
- No.- dije logrando que todos me miraran confundidos.- ¿Por qué no mejor dormimos en aquel bello y seguro hotel lejos de todo el salvajismo del bosque?- propuse señalando un pequeño hotel de dos pisos de altura a unas casas de distancia.
- ¿Y tu sentido de la aventura, stairs?
- No, yo tengo "Cordura"; no "sentido de la aventura"- dije indignada.
- Vamos, Ali. Será divertido.- me incentivó Kate.
- Si, porque ser perseguido y tragado por un monstruo es la cosa más genial que puede pasarte en esta vida.
- Bien, iremos al hotel, pero no me juzguen si "accidentalmente" los anoto a Hunter y a tí como compañeros de cuarto...- declaró ella sonriendo con picardía.
- ¡VAMOS DE CAMPAMENTO!- Grité comenzando a marchar hacia el bosque.- ¡VIVIREMOS LA MEJOR AVENTURA DE NUESTRAS VIDAS! Espero sobrevivir para contarla...
Caminamos por el bosque en la oscuridad de una noche sin Luna y podría jurar que había una lechuza que no dejaba de mirarme, me ponía incómoda. ¿Por qué esa lechuza no se metía en sus asuntos? Lechuza entrometida. Ya comenzaba a asustarme....
En más de una ocasión tropecé con varias rocas y ramas que terminaron por dejarme con la boca llena de tierra y nuevos moratones violetas a lo largo de mi bonito cuerpito. Un cuerpo es un templo, y el mío estaba siendo dañado por la mismísima Madre Naturaleza.
-¡Dormiremos aquí!- Informó Hunter cuando llegamos a un claro del bosque.
- Si, éste lugar es especial...- dije con ironía.- ¡Oh, miren: aquí también hay tierra y bichos! Hunter me fulminó con la mirada y Kate dejó salir una risita tímida.
-Ya, Ali. No morirás por dormir en el césped una noche.- dijo ella.
- Ésto no es césped. Es tierra. Tierra mojada y con insectos asquerosos que se meterán en tu oído cuando duermes y pondrán sus huevos allí para que sus nuevos bebés te coman los intestinos hasta que te pudras por dentro y mueras.
