Capacidad discursiva y elocuencia masiva, tanques cargados de drogas legales cruzan dos, tres esquinas rectas. Contaron ya tantos baches que se reservaron la astucia para más tarde. Pasó un vecino con tres almas en la mano, una de su mujer, otra de su hijo y cinco de su amante. Me cago en la política partidaria pensó mientras la voz grisácea hizo temblar un cimiento de maderas chamuscadas. Quemaron voces, improvisaron sainetes y sellaron un "leer es para idiotas". Fieras rociadas de medianoche cantaron sus himnos al deber de los mejores. Resaltaron esta última palabra y después dijeron igualdad. Barrieron toda la plaza con serenatas, sancionaron promesas de utopía y sonrieron mostrando los dientes. Nunca mostraban los dientes.