-Verá señorita...usted no es realista. Ud vive en su cabeza, en un mundo imaginario. Lo que usted sueña no es real.
-No señor, verá...yo vivo mi cabeza. No la sueño todos los días con remordimiento por no hacer lo que en verdad quiero o soy. No reprimo mis sueños, los vivo todos los días. No tengo que alcanzar nada, no tengo metas enormes como lo son para usted el formar una familia, ganar la lotería o ser exitoso en su trabajo. No tengo que irme a dormir para sentirme libre. Pero espere...Si para usted ser realista quiere decir ser infeliz entonces señor, no quiero ser realista como usted. Quiero que entonces me considere idealista, quizá eso le reconforte a su triste individualidad insatisfecha.