Nacemos y las reglas ya están dispuestas. No sabíamos que cuando alguien te dice 'como estás' no espera que seas sincero. Tampoco sabíamos que la frase célebre y que hasta ya llega a ser turbia, esa de 'cumplí tus sueños' contiene en subtexto, 'siempre y cuando le dediques el uno porciento de tu día porque mientras tanto tenés que cumplir los nuestros', 'es decir llenarnos los bolsillos de plata. Esa que vos merecerías pero te robamos porque así funciona este sistema opresor.'
Hay hasta quienes nunca dan cuenta de ello, de todo esto, y pueden jurar que la pasan bien. Hay otros que quizá lo piensan en una u dos conversaciones con amigos, hasta quizá sienten que hay algo raro, que cuando hablan de esto están tomando una cerveza en un bar y la tienen que pagar, que la música está muy fuerte y que quizá todo eso sea una puesta en escena para olvidar. Quizá llegan a pensar que algo les están robando además de tiempo, algo como su propia libertad. Pero ese pensamiento tiene que ser eliminado para irse a dormir porque tienen que descansar de ese, este y todos los días que vendrán después. Tomar en un bar y después irse a dormir para olvidar más aún y mañana volver a caer en el mismo círculo de necesidad que nos une como sociedad, todo sea para irse de vacaciones en el verano. 'Ya quiero que sea viernes', pensamos todos y ni nos replanteamos que además de ser usados somos explotados, y si nos lo replanteamos lo hacemos solo por unos segundos porque después del pensamiento molesto el siguiente paso es activar la conciencia, hacer, y eso ya es demasiado trabajo, más que el que hacemos todos los días... 'mejor ni pensar'.
Si nos lo replanteamos más que solo unos segundos, digamos, todo el tiempo sin tener la capacidad de olvidar, entonces la única opción sería suicidio. Saber tanto causa estrés y la conciencia necesita olvido para sobrevivir en el mundo. Lo triste es que, seguir en esta rutina también es una forma de suicidio enmascarada. Somos víctimas y cómplices al mismo tiempo y lo peor de todo, es que lo aceptamos. Y no porque nos obligan, sino porque estamos cómodos y ese es el peor dispositivo que instaura el capitalismo. Nos molesta pero no tanto como para reaccionar, nos duele la cabeza pero no tanto como para responderle 'no tengo ni puta idea que quiere decir eso' a ese '¿como estás?', nos enoja pero no tanto como para revolucionarnos porque nosotros también los necesitamos. Necesitamos ese papel verde que se traduzca en un idioma parecido a esos sueños que nos venden, porque el ocio también se paga y nos lo merecemos, ¿no? al menos por un rato.
Dedicamos el ochenta por ciento de nuestra vida a cumplir por y para otros, siempre. Sean nuestros padres, nuestros maestros, profesores, amigos, parejas, hijos, nietos, pum, muerte. Claro, no es el ochenta por ciento, sería el cien por ciento pero restémosle esa felicidad inventada. Hay ciertos ritos que cumplir, velas que soplar, contactos para conocer (personas no), museos para visitar, una enorme historia por conocer y estudiar para aprobar un examen, diez, cien, seguir estudiando para diferenciarse de otros y así llegar a trabajar para hacerlo, no por el resto de nuestras vidas, no...eso es demasiado, solo hasta cumplir con la cuota de ser necesitado por el sistema. Una vez que todas nuestras energías fueron absortas, ahí nos jubilamos porque nuestra fecha de caducidad laboral por fin llegó pero casi no dimos cuenta que el trecho de la libertad se hizo angosto tras todos estos años. Estuvimos tan ocupados trabajando y cumpliendo que casi ni nos dimos cuenta que fuimos explotados. Pareciera que fue cómodo ser usado, algunos clase media y alta lo pudimos disfrazar con nuestras pasiones, otra de las cosas que son absortas por el sistema de manera brutal y eficiente. Y somos los peores, los que más servimos, los que más disfrutamos, los que menos queremos hacer. Los que más aprovechamos el dispositivo y más lo criticamos. Los tibios, los grises, los académicos que a su vez son oprimidos o forman parte del patriarcado, la extrema derecha, los fachos.
El problema radica en cuando hablar de 'capitalismo' 'ellos' y 'nosotros' o 'todos' en general porque hasta donde sé, todos esos términos licúan, transfieren y forman parte de lo mismo por el simple hecho de existir. Y lo peor de lo peor, lo que termina de llenar mi propia angustia es ver como aceptamos este dispositivo, esta comodidad. Como si fuera un programa de televisión pero se termina cuando ellos quieran, porque existen los controles y están igual de cerca que las bombas nucleares. Muchos piensan que se merecen cosas en esta vida, y que se las merecen a costa de otros pero ese es otro tema. Sería demasiado cómodo tratar de resumir tanto.