Paseo

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Los ataques eran cada vez más frecuentes.
Cada vez que íbamos a defender la ciudad, Stephen ya la había salvado.

Las noticias comenzaron a tacharnos de inútiles, lo que nos dolía en el alma a todos.
Ver como lo que habíamos construido se iba derrumbando poco a poco era devastador.

Gracias a esas cosas, mi odio hacia él era aún mayor.
Ver como presumía frente a las cámaras con su "amigo" hacía que la rabia me consumiese por completo.
Lo que más me sacaba de quicio era cuando decía "Soy el nuevo héroe de Nueva York. Nadie es comparable a mi y no necesito la ayuda de nadie más".
-Miradle- dijo Steven -llega a la tierra hace un par de días, nos quita el trabajo y encima se chulea-
-Si pudiese- dijo Thor -le enseñaría el poder de mi martillo-
-Es odioso- dijo Viuda -se merece que le bajen los humos-
-Si- dijo Tony -pero no seremos nosotros-

Fui a la cocina a prepararme un Sandwich, ya que mi pelo estaba mucho más rojo de lo normal por la ira.

Una mano rodeó mi cintura mientras yo doraba el pan con el calor de mis manos.
-Necesitas abandonar esto- dijo una voz -vayamos a dar un paseo-
-Loki no es necesario- dije -estoy bien-
-Sé que no- dijo enseñándome in mechón de mi cabello -siempre está rojo cuando le ves-
-¿Y?- dije dando un mordisco al sandwich.
-Tienes que estar tranquila- dijo tomando mi mano derecha enfriándola al instante -venga demos un paseo-

Terminé mi sandwich y abandoné el piso con Loki.

El aire fresco me sentaba bien y me ayudaba a relajarme.
Loki sabía que debía hacer cuando estaba molesta y sin ninguna duda lo hacía a la perfección.

Estábamos en un parque cuando de pronto comencé a ver niños y adolescentes con camisetas del Doctor Extraño.
"¿Tan rápido se olvidan de nosotros?" Pensé decepcionada.
Al verme decaída, Loki tomó mi mano con suavidad.
-Nadie se compara con vosotros- dijo con sinceridad -mucho menos a ti-
-Le odio- dije -se cree el mejor del mundo y no lo es-
-Lo sé- dijo sonriendo -pero mira aquella niña, lleva tu camiseta-

Mi vista se posó en una pequeña de nueve años de edad que jugaba con otro niño.

Llevaba puesta mi camiseta y me imitaba mientras peleaba con el otro niño.
Se la veía feliz y pude escuchar como decía "De mayor yo también seré como ella y seré otro vengador".

Aquello hizo que una sonrisa cruzase mi rostro.
Continuamos nuestro paseo por la hermosa ciudad de Nueva York mientras recordábamos viejos tiempos.

La verdad pasear con Loki me gustaba y mucho más recordar los viejos tiempos.
Loki era el hombre, además de Thor, que más me conocía y me encantaba sentir que todavía sentía algo por mí.

Entramos en un centro comercial agarrados de la mano riéndonos como dos adolescentes.
Había recuperado el humor que solía tener habitualmente antes de que todo lo del Doctor Extraño ocurriese.

De pronto, escuché una voz pronunciando mi nombre en mi espalda.
Era la voz del hombre al que menos quería ver.
-Hola Stephen- dije con pesadez.
-Veo que no pierdes el tiempo- dijo él -apenas cortamos y ya te vas con otro-
-No es mi novio- dije -es un amigo-
-Ya claro- dijo molesto.
-Ella tiene razón- dijo Loki -somos amigos-
-No estoy hablando contigo- dijo con tono borde.
-Oye- dije molesta -ya no somos nada y si quiero estar con alguien no tienes que meterte en medio-
-Sabes que nadie te tratará como yo- dijo él serio -y mucho menos te lo hará sentir, no te parecerá suficiente y me buscarás en cada hombre-
-Tranquilo- dije con una sonrisa ladeada -hay muchos hombres en el mundo y seguro que alguno habrá-

Stephen tenía cara de estar muy cabreado, pero al sonar su móvil se fue por donde había venido.

Fuimos a una cafetería cercana y nos sentamos en una de las mesas.
Loki tomó mi mano con suavidad y apartó el pelo de mi rostro.
-Te mereces algo mejor princesa- dijo mirándome con ternura -ese tipo no sabe valorar lo que ha perdido-
-Loki- suspiré -aún es temprano para iniciar algo-
-Lo sé- dijo acercándose a mí para pasar su brazo sobre mis hombros -pero sabes que lo que digo es cierto-
-Ya lo sé- dije mientras el camarero tomaba nota a Loki -pero no creo que pueda-
-No puedes si no lo intentas- dijo él tomando mi mentón con suavidad -eres preciosa y cualquier hombre caería rendido a tus pies.

No me había dado cuenta de lo cerca que se encontraban nuestros rostros.

Poco a poco la proximidad se hacía más corta y, en apenas dos minutos, Loki me besó.
Fue un beso tierno y dulce, exactamente igual a como los recordaba.

Me separé y miré al suelo avergonzada de lo que había hecho.
Obviamente me había gustado ese beso, puesto que Loki era un maestro en ese arte, pero no debía volver a establecer una relación con el Dios del engaño.
-Me vuelves loco pequeña- dijo tomando mis mejillas -vuelve conmigo y te prometo que serás la mujer más feliz del universo-
-No puedo- dije triste -sería una falta de respeto hacia Stephen Loki-
-Todavía le quieres- suspiró -¿Verdad?-
-Si- dije evitando llorar -pero al mismo tiempo le odio por lo que ha hecho-
-Está bien- dijo él -normalmente actuaría de forma diferente y te obligaría pero verte así me parte el corazón pequeña. Ningún hombre como él se merece tus lágrimas-

No pide evitarlo y le abracé con fuerza para llorar en su hombro.

A pesar de estar en público, no podía contener el llanto. Había sido fuerte durante mucho tiempo y ya era hora de romperse unos minutos.

Cuando me calmé, ambos volvimos a casa de Tony.
Ahora que Stephen era el nuevo héroe de la ciudad parecía que todo el mundo se había olvidado de nosotros.
Pero estaba segura de que, algún día, Stephen necesitaría nuestra ayuda y yo sería una de las que se negase a ayudarle.

Cosa de magia (Dr. Extraño y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora