Bárbara sintió que todo se había cumplido, que su tiempo había terminado. Pero Paulina Durán, no sólo se transformará en su mejor amiga, sino también le demostrará que siempre existe una nueva oportunidad en la vida, si se aprende a interpretar las...
Cecilia ha terminado su día de clases en la escuelita Camina hacia el restaurante "La Doña" donde quedó con Bárbara para almorzar
Al llegar, se detiene en la entrada buscando a su amiga con la mirada
Escucha una voz masculina
-Epa! no sabía que ya había llegado la primavera, por la flor tan hermosa que estoy viendo-
Cecilia siente sus mejillas arder lentamente Voltea en dirección de la voz y ve a un hombre en una mesa bebiendo una cerveza Sonríe a modo de agradecimiento El hombre le devuelve la sonrisa y la saluda quitándose el sombrero Ella lo reconoce, un peón de una hacienda cercana
Voltea e ingresa al local
Bárbara la ve y le levanta la mano
Cecilia la divisa y se encamina a la mesa
-Hola Barby- se acerca y la besa en la mejilla -Hola Rosa- acaricia la panza de la Doña
-Hola Ceci, que bueno que ya llegaste moría de hambre- dice Bárbara con voz graciosa
-Apuesto que ya devoraste algún "aperitivo"- Cecilia hace comillas con los dedos al tiempo que se acomoda en su silla
-Un tostado nada más, pero no fue mi aperitivo, fue de Rosa- responde Bárbara poniendo cara de bebé
Cecilia estalla en risas
Se acerca una mesera y les toma la orden
-Cecilia, crees que no te vi que te detuviste en la entrada- Bárbara la mira levantando ambas cejas
-Es que me dijeron un piropo- las mejillas de Cecilia vuelven a ponerse rosas
Bárbara ríe con ganas
-Mi bella niña vieja que comienza a despertar- levanta la vista y ambas manos
-Bárbara por Dios, ya no me llames así- Cecilia la mira con gesto enojado
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-Está bien, ya no lo haré. Prometido- levanta su mano derecha -Pero no hay nada de malo en que otros hombres te miren-
-Bárbara!- Cecilia se escandaliza -Soy una mujer casada- la reprocha
-Ay! mi buena tía Cecilia- Bárbara ríe con ganas meneando la cabeza de lado a lado -Eso no impide que otros hombres te coman con la mirada... o... la boca cuando crean que nadie los ve- clava su mirada en los azules ojos de Cecilia y levanta una ceja
Cecilia palidece, su corazón late desbocado
Bárbara lanza una sonora carcajada -Tranquila sólo yo los vi, Santos no sabe nada-
