Dobles Sentidos

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Me quedé estática viendo a Caleb ahí tan tranquilo frente a mi con esa sonrisa que tanto adoro de él. Se apoyó en la puerta de la cocina, cruzó sus brazos y dijo un simple.

-¡Hola!

Caleb en serio que está loco, desaparece casi dos semanas y sin rastro de él ni nada nosotros volviendonos locos y él quién sabe donde estaba metido.
¿Como puede ser tan desconciderado?
Sentí que mi cuerpo era consumido por la rabia que sentía en ese momento, pero como no quería hacer nada de lo que tal vez después me arrepientiera, cerré mis manos en puños a los costados de mi cuerpo y después caminé hacia él, pasando por su lado rápidamente y chocando su hombro izquierdo con el mío.
Escuché que decía mi nombre pero no me detuve y al contrario caminé más rápido dejándolo votado por el pasillo, llegué a la sala donde estaban todos bailando y bebiendo, disfrutando del momento.
Busqué a Bruno con la mirada, cuando lo encontré a lo lejos con un chica rubia caminé hacia él sin importarme si llegaba en un momento poco adecuado.

-¡Me voy!- Dije en su oído llamando por completo su atención

-¡Pero acabas de llegar!-Me dijo él con una cara que me decía que lo más probable esque ya supiera o que al menos supusiera que estuve minutos atrás con Caleb

-Simplemente me voy sin más, ¿Me prestas tu coche?

Él asintió y sacó las llaves de su magnífico vehículo y me las entregó.-Deporsí lo más probable es que me quede acá porque cuando termine la fiesta estaré un poco ebrio para conducir. -Me dijo Bruno con cara de compasión, yo simplemente asentí y besé su mejilla, caminé hasta la puerta y salí de ese apartamento, bajé en el asensor y cuando llegué al estacionamiento busqué con la vista el auto de Bruno, hasta que lo divisé y caminé hasta él.

Llegué a mi departamento unos 10 minutos después, conduje muy a prisa.
Abrí la puerta de mi departamento y simplemente la empujé no le puse el seguro porque no creí que fuese necesario, cuando llegué a mi habitación deje la puerta empujada pero no cerrada del todo, comencé a quitarme los coyares y mi celular sonó con una llamada...

Llamada entrante de Caleb.

Contesté con un amargo...

-¿Que quieres?

-Que hablemos.

-No quiero hablar contigo adiós.- Dije y ni siquiera esperé que me respondiera porque corté.

Entró otra llamada de Caleb pero no la quise contestar y colgué.
A los segundos sonó el timbre pero no tengo ganas de ver a nadie y sospecho que es Caleb y simplemente no quiero hablar con él.

Mi celular sonó de nuevo con una llamada de él, deje que sonara mientras yo me quitaba las sandalias.
Al fin me digné en contestar con un

.-¿Podrías dejar la intensidad?- Escuché su hermosa risa del otro lado de la línea, lo que me hizo sonreír pero no quería que él lo supiera porque en serio estoy molesta con él.

-Vamos preciosa, solo quiero hablar contigo.- Dije este en un tono muy tierno, me derretí internamente mientras me quitaba la blusa.

-Deja de comprarme con Apodos lindos, no quiero hablar contigo.- Dije seca para que él lo creyera pero completamente enloquecida por su forma de llamarme hace unos segundos atrás.
Escuché su risa de nuevo.

-No te estoy comprando con mis apodos hermosa, pero en serio abreme la puerta, tenemos que hablar.

-Que no quiero y ya. Chao.- Dije y colgué. Tiré el celular en la cama y comencé a quitarla la enagua bajandola por mis piernas, quedando solamente en ropa interior, tomé mi cabello y comencé a hacer una coleta de caballo en mi cabello y cuando dí la vuelta quería que me tragara la tierra, ahí estaba Caleb observandome absorto en la situación. Sentí como mis mejillas comenzaban a arder como nunca antes lo habían hecho traté de taparme alcanzando la blusa larga que habia dejado sobre la cama segundos atrás, me la puse rápidamente y conecté mi mirada con la de Caleb de nuevo, él aún no dejaba de observarme completamente neutro, en su rostro no existía reflejada emoción alguna.

Vi que él llevó sus manos a su cara y rascó los ojos y luego pasó sus manos por su cabello y exhaló un poco de aire, como si estuviera implorando paciencia. Caminó a una velocidad increible hasta mi

Y estampó sus labios con los míos, con fiereza pero con una ternura hermosa a la vez. Mi cuerpo duró unos segundos en responder pero cuando mi estomago sintió un hueco y sentí mis rodillas flaquear me di cuenta que no podía resistir mucho tiempo más.