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Anduvimos en su moto cerca de unos 30 min, hasta que él aparcó  y nos bajamos de ella.
Caleb tomó mi mano provocando que una corriente eléctrica recorriera  inexplicablemente todo mi cuerpo...
Comenzamos a caminar por un un sendero de piedrilla rodeado  por grandes  árboles hasta que llegamos a un hermoso puente hecho de troncos y tablas de madera

Comenzamos a caminar por un un sendero de piedrilla rodeado  por grandes  árboles hasta que llegamos a un hermoso puente hecho de troncos y tablas de madera

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Nos sentamos en las barandas del puente con los pies colgando hacia el agua...

-Por cierto no te había dicho... te vez hermosa con esa ropa.- Dijo Caleb evitando el contacto visual conmigo, mientras lanzaba una piedra al río. Yo me quedé observando su perfil por un rato hasta que tomé la iniciativa de acercarme a besar su mejilla pero en cuestión de segundos  Caleb volvió su rostro robandome un beso en los labios. me quedé  observandolo con mis mejillas completamente sonrojadas. Caleb trató de acercarme a él pero yo traté de alejarme provocando una agradable sonrisa de su parte y asi comenzamos una pelea física provocando que yo perdiera el equilibrio y cayera al agua. Escuchaba las carcajadas por parte de Caleb, en el puente... decido jugarle una broma tal vez un poco pesada, me escondí debajo del puente, mientras escuchaba que las carcajadas de Caleb comenzaban a cesar. 

-¿Ansu?

....

-HEY, NO ES GRACIOSO.

...

-¿Donde estás?

...

Escuchaba que la voz de Caleb comenzaba a sonar un poco más alterada.

...

-Maldita sea Ansuette, sal de donde estás ¡ahora!

...

Iba a salir en ese preciso momento cuando ví a la orilla del río una  rana, demasiado grande y viscosa. La tomé entre mis manos y caminé hacia donde Caleb, él estaba de espaldas a mi buscandome 

-¡HEEEEY, BROH!- Grité sosteniendo la rana cerca de mi rostro y tratando de poner una sonrisa de psicópata

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-¡HEEEEY, BROH!- Grité sosteniendo la rana cerca de mi rostro y tratando de poner una sonrisa de psicópata. 

Caleb brincó por el impacto de  mi grito pero a los segundos después comenzó a reír uniéndose a mi risa. En cortas oraciones... parecíamos dos tontos riendo por nada.  Pero era una sensación confortable. 

Dobles SentidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora