Capítulo 15

380 28 0
                                    

Ya llevaban horas cabalgando. Renée y Elvyne iban encima de Angelette y Philipe compartía caballo con Marcel. Todos estaban cansados del viaje y decidieron parar para comer. Habían cazado unos cuantos animalillos más y eso era lo que se sirvieron.

El ambiente estaba caldeado y aunque Renée no le gustaba ser la causante del problema, no quiso ser ella la que hiciera las paces con Jérémie. Él podía despertar algo en el interior de Renée pero eso no quitaba que él fuera inocente. La había obligado a hacer cosas y la había tratado mal. Por otra parte él era el único que le interesaba.

Cuando acabaron de comer buscaron un refugio para pasar la noche. El viaje duraba dos noches y tres días y solo estaban en el primero. Encontraron un sitio bastante seguro y escondido a lo alto de una montaña. Los caballos no tuvieron problema en escalarla. Allí se asentaron y Philipe junto con Elvyne se fueron a buscar leña. Gaspard y Marcel que eran cazadores natos se fueron a buscar alimento. Renée sin saber que hacer se le ocurrió improvisar algunas camas y cojines para pasar la noche sin dolores. Jérémie la ayudó.

《Siento por ser tan estúpido.》susurró Jérémie.

《¿Sólo estúpido?》arqueó una ceja Renée.

《Me estoy disculpando...》reprochó él.

《Tienes razón... Lo siento yo también. No debía haber ido sola por el bosque.》se disculpó Renée.

《No pasa nada. No te puedo culpar las ganas de libertad.》dijo Jérémie encogiéndose de hombros.

《¡¿No me vas a castigar!?》exclamó sorprendida.

《No. Ahora tienes una nueva mascota. Supongo que valió la pena...》dijo señalando a Angelette.

Renée sonrío a gusto sabiendo que no la castigaría por el acto de rebeldía y por saber que su unicornio era suyo completamente. Observó como Jérémie ponía algunas trampas y algunos conjuros para asegurarse que estarían seguros. Él era tan guapo y Renée tan fantasiosa. Ella siempre había soñado con un hombre así y ahora lo tenía. Ella quería besarle y gritarle lo tonto que era al mismo tiempo. Sentía mariposas en el estómago y se odiaba por eso. No, ella no podía enamorarse. No de él. Tenía que escapar de alguna forma. Tenía que ver a su hermana haciéndose mujer, a sus padres envejecer, su marido ayudándola en el parto... Necesitaba tener la vida que siempre se había imaginado que tendría.
Jérémie apareció con unas mantas y se las dio.

《Genial. Más material para camas.》dijo ella contenta.

《No. Eso es para tus piernas.》corrigió Jérémie.

Renée se había olvidado que seguia teniendo el corte que Elvyne le había hecho para garantizar su seguridad. Renée sonrojada se las tapó de inmediato y se sentó en su cama improvisada. Jérémie se sentó en la de al lado. Renée frunció el ceño cuando lo vio. Ella había pensado en que Elvyne iría allí. Renée se rascó la nuca sin saber que hacer o que decir. Jérémie no hablaba y menos la miraba. Se le estaba acabando la paciencia cuando por fin habló.

《¿Así que estás conmigo para tener herederos poderosos?》preguntó aprovechando que estaban solos.

《En un principio si. Pero también estaba eso de la paz entre "malos y buenos". Pero eso ya lo podías haber sabido. No nos conocíamos. ¿Esperabas que yo fuera un príncipe azul?》

《Dicho así...》entonces renée recapacitó. Tenía razón. Era matrimonio por conveniencia pero le dolia que fuera así.

《No sabía como serías ni nada, por eso me fui directo al rollo pasota. ¿Crees que me gusta casarme con alguien que no me quiere?》preguntó él con dolor.

La profecía de Renée ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora