Capítulo 17

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Al día siguiente marcharon rumbo en busca de un río para hidratarse. Elvyne no paraba de hablar con Philipe y él se veía extremadamente cansado por sus palabras. Marcel era el que guiaba el grupo y Gaspard lo seguía expectante. Renée y Jérémie se daban miraditas de adolescentes. La espalda de Jérémie mejoraba por momentos y con ella su ánimo. Renée miraba el bosque por donde caminaban enamorada por la naturaleza.

Cabalgaron durante 3 horas hasta que dieron con un riachuelo. Todos se lanzaron hacia el y llenaron las cantimploras de aquella época. Fue ahí cuando Renée se dio cuenta de lo sucia que estaba. ¿Cuando fue la última vez que se bañó? Ella se frotó con fuerza los brazos y la cara para quitarse la suciedad pero era imposible. Seguía teniendo todo el cuerpo sucio más el pelo con enredos y hojas enganchados en sus mechones.

Bebieron agua ellos y sus caballos y descansaron durante unos minutos. Philipe se mostraba distante pero Renée no se daba cuenta porque en lo único en que pensaba era en Jérémie y las caricias de la noche anterior. Jérémie también pensaba en ella pero no se dejaba vencer. Necesitaba volver a casa y ponerla a salvo. Elvyne miró a Renée y le hizo un ademán para que la siguiera. Renée musitó e hizo lo que Elvyne le pidió. Las dos se apartaron un poco del grupo para tener intimidad.

《¿Cómo estás?》le dijo la elfa con cara traviesa.

《Bien, ¿por?》preguntó Renée confusa.

《No sé... lo digo por que ¿quizás ayer te lo pasaste en grande?》ironizó la chica.

《No lo pillo...》confesó Renée con el ceño fruncido.

《¿Besa bien Jérémie?》fue al grano la elfa.

《¡Cállate!》chistó Renée avergonzada.

Elvyne río sonoramente y las mejillas de Renée se tiñeron de rojo. Ella miró a todos lados por si alguien la había oído pero no fue así.

《¿Cómo sabes que ayer él me besó?》preguntó la chica.

《¿Porque hicisteis ruido, quizás? A parte dedapareciste y Philipe te fue a buscar luego vio que estabas "bien" y volvió.》dijo riéndose con la irónica palabra.

《¿Philipe nos vio?》preguntó pálida.

《Sí. Dijo que fue asqueroso de ver. Pero yo creo que estuvo celoso de que esa noche Jérémie fuera el único en probar unos labios carnosos. ¿Debía haberlo besado?》preguntó la chica temblorosa.

《¿Qué fue asqueroso...?》recapacitó la muchacha herida por sus palabras.

《¡Renée!》exclamó la elfa.

《¡No sé! Hazlo cuando tu creas.》contestó con el ceño fruncido.

《Hoy la besaré.》se dijo la elfa para si misma.

Las dos chicas volvieron con el grupo y esta vez miró a Philipe. Él también la miró pero esquivó su mirada y ahí fue cuando Renée supo que algo iba mal. Ella volvió con Angelette y el grupo siguió su camino.

Mientras trotaban hacia su hogar Renée intentó hablar con Philipe pero Elvyne siempre estaba en medio y no quería interponerse. Todos estaban en silencio hasta que de golpe Renée cayó de su silla de montar. Jérémie saltó hacia ella cogiéndola pero Renée se iba. Ella temblaba y hechaba espuma por la boca. Todos la rodearon intentando reanimarla pero ella no volvía en sí.

Renée cerró los ojos y cuando los abrió estaba en un bosque oscuro y siniestro. Ella estaba sola y no oía nada. Ni siquiera el ruido de los grillos o la brisa de la noche. Era como si estuviera sorda. Caminó por el bosque pero el miedo le hizo parar. Ella se giró y vio unos ojos amarillos como el oro. Esos ojos se acercaron a ella poco a poco. Ella quiso correr pero su cuerpo no respondía. También quiso taparse la cara con las manos pero tampoco reaccionaron.
Esos ojos se expandieron y sus retinas se dilataron. Renée temblaba de miedo pero no podía hacer nada al respecto. Luego notó una mano en su garganta. Ella chilló por el dolor pero no pudo hacer nada. Luego lo vio todo negro.

Jérémie cabalgó mientras tenía a Renée inconsciente delante suyo en su caballo. Todos los seguían pero no sabían a donde iba. Jérémie sabía que no muy lejos de donde estaban, se hallaba una tribu que firmaron la paz con Jérémie y se consideraban viejos amigos. El rey de esa tribu poseía poderes curativos de mucho valor y eso era todo en lo que pensaba Jérémie. No podía perderla, no ahora, no después de haberle hecho sentir esa sensación que no había sentido en años.

Después de media hora llegaron a su tribu. Nadie dijo nada y Jérémie bajó de su caballo y tomó a Renée en brazos y la llevó hacia donde él rey estaba. Él hombre de piel oscura no le dijo nada y se centro a abrirle la puerta a Jérémie. Él tumbó a Renée en la cama artesanalmente hecha y esperó a que el hombre actuara.

El hombre sin preguntarle nada a Jérémie actuó e hizo un montón de cosas que Jérémie desconocía pero él confiaba en el hombre.

Pasaron horas y Jérémie quería matarse a él mismo por la espera. Renée no despertaba y tampoco obtenía ninguna respuesta por parte del hombre. Por fin el se tensó y se puso de pie. Jérémie espero paciente el diagnóstico y deseó que Renée siguiera con vida.

《Está bien.》dijo el hombre.

《¿Qué le ha pasado?》preguntó mordiéndose las uñas.

《Posesión.》dijo. 《Alguien la ha poseído pero sin querer hacerlo del todo. Quizás sea una advertencia.》concretó el hombre.

《¿Posesión?》se dijo para él mismo.

《Exacto. Quedaos a pasar el resto del día. Descansad y comed. Cuando la chica se recupere podréis iros.》dijo amablemente el hombre.

《Muchas gracias, Nihel.》dijo Jérémie.

Nihel le hizo un gesto y se fue de la habitación. Jérémie se arrodilló en la cama junto a Renée y le tocó la frente empapada en sudor. La miró como nunca la ha mirado: con amor. La necesitaba y ahora no importaba nada la profecía o cualquier progenitor que pudiera darle. La necesitaba junto a él.

Jérémie durmió con ella. No podía dejarla sola. Necesitaba saber que estaba bien en todo momento. Él la abrazó por atrás fuerte y se durmió juntando su cabeza con la de ella.

Renée se levantó por el exceso de calor. Abrió los ojos pero vio oscuridad. Cuando sus ojos se adaptaron vio que Jérémie era el que la estaba apretujando. Ella se liberó de él y caminó a oscuras hasta fuera. Por suerte había una hoguera en el exterior de la cabaña y podía ver mejor.

Cuando salió vio a Philipe y no dudó ni un segundo en hablar con él. Cuando él la vio se alegró en el momento.

《¡Philipe!》lo llamó. 《¿Qué hacemos aquí?》preguntó cuando se acercó a él señalando a los habitantes que caminaban o que se iban a dormir.

《Te desmallaste. Jérémie te trajo aquí para que su amigo te curara.》le explicó rascándose la nuca.

《Ah...》dijo ella. 《¿Podemos hablar?》preguntó algo tímida.

《Sí.》le contestó forzado. Los dos se fueron a un sitio más privado.

《Has estado evitándome todo el día. ¿Por qué?》dijo ella dolida.

《No lo he hecho...》dijo él rascándose la nuca.

《No me mientas.》

《¡Vale! Si, lo he hecho.》

《¡¿Por qué!?》exclamó ella.

《Te besas con Jérémie. ¿Ahora te gusta?》preguntó con el ceño fruncido.

《Él es mi esposo. Y tendrías que alegrarte por mi, ahora que me llevo mejor con él.》

《Me alegraré cuando vuelvas a ser tu.》

《¿A que te refieres?》preguntó con la voz ronca.

《Matas a cientos de hombres sin saber como, dejas que un hombre que odias te toque, y luego escupes espuma... ¿Qué pasa contigo?》

《Yo... esos hombres iban a matar a Jérémie. Y si lo beso es porque quiero.》

《Pues claro. Pues si te ignoro es porque quiero.》dijo y se fue dejando a Renée con la palabra en la boca.

Ella frustrada volvió hacia la cama. No tenía sueño pero tampoco sabía que hacer ahí fuera sin conocer a nadie.

♡ J. R. Third ♡

La profecía de Renée ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora