Capítulo 7

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Habían pasados 3 días desde el incidente y nadie habló de eso. Todo el mundo seguía haciendo sus cosas y lo que es más importante; Jérémie no regañó a Renée por escaparse. Quizás porque el susto ya lo tuvo y no hizo falta hundirla más.

Los días pasaban y Renée volvía a aburrirse. Charlotte le aconsejaba que se mostrara amigable con Jérémie y así él lo sería con ella y después de muchas veces que le dijo le hizo caso. Ella no quería estar enfadada con nadie. Tampoco estaba obligada a sonreirles ya que la habían secuestrado por motivos que no le contaban.

Ella bajo a desayunar con él como cada día. Ahora hablaban un poquito más pero seguía siendo incómodo. Renée se sentó en su sitio y esperó a que su esposo llegara. Después de unos minutos cruzó la sala cansado y se sentó en la silla. Él se frotó los ojos y esperó al desayuno. La camarera les puso la bandeja delante de ellos y Jérémie empezó a comer.

《¿Has dormido bien?》preguntó Renée viendo sus ojeras.

《No. Gracias por recordármelo.》le contestó de mal humor. Genial más tarea para Renée.

《Lo siento.》dijo con un hilo de voz.
《Tengo una pregunta.》anunció cambiando de tema.

Jérémie dejó ir un bufido y rodó los ojos. La miró expectante y con esos ojos de asesino que tanto miedo le hacían a Renée. Ella cerró los ojos y se dijo a si misma que lo tenía que hacer.  Tenía que llevarse bien. Quizás así por las buenas él la dejase marchar.

《Todos aquí sois criaturas mágicas. Entonces, ¿qué eres tu?》preguntó apretando los labios.

Jérémie no le gustó para nada esa pregunta y Renée lo captó al instante. Ella bajó la cabeza y permaneció muda pero ya era tarde. Jérémie la miraba intentando matarla con la mirada. Él intentó tranquilizarse porque sabía que no había maldad en las palabras de su esposa pero no pudo.

《¿Que qué soy?》le repitió con un tono que heló la sangre a Renée. 《Dime, niñata. ¿Qué crees que soy?》

Renée lo miró temblando de miedo. Él esperaba su respuesta pero Renée no la sabía pues por eso había preguntado.

《No-No lo s-sé.》tartamudeó la chica.

《Prueba.》dijo mordiéndose el labio.

《Algo poderoso.》dijo mientras se entrelazaba los dedos.

《Te acercas.》su voz seguía calmada pero su rostro desprendía rabia.

《No lo sé, por favor... déjalo estar.》le pidió la joven sabiendo lo que es capaz de hacer.

《¡Ya sé lo que piensas!》dijo tirando la mesa y yendo hacia Renée.

Él posó sus manos en el respaldo de la silla y quedó a dos centímetros de la nariz de Renée. Renée se hubiera puesto roja pero estaba aterrada en ese instante. Él achinó los ojos intentándole leer la mente, como si fuera un puzzle. La respiración de Renée era tan agitada que hasta su pecho rozaba el de Jérémie cuando exhalaba. Él intentó no distraerse por el roce y lo consiguió con éxito.

《"Pobre de mi, secuestrada por un hombre tonto" pensarás. Escúchame, no soy imbécil. No tengo ni una pizca de tonto. Tienes razón, soy poderoso y ni te imaginas cuanto. Así que la próxima vez que hagas algo estúpido lo verás por ti misma. La razón por la que no te he dicho nada sobre lo del intento de escape es porque casi te violan y me dabas pena.》dijo con asco.

Renée empezó a llorar por lo último pero no podía salir, sus brazos le impedían que se fuera.

《¡Venga! Ahora adivina que monstruo soy. ¡¿Es eso lo que quieres?! ¡Recordarme que poco humano soy!》

La profecía de Renée ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora