Capítulo 25

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Philipe luchó con más ahínco y logró clavarle la daga en su ojo. Una vez dentro lo retorció y dejó que muriera en sufrimiento. Silesia al ver a Silvestre herido fue corriendo a abrazarlo. Elvyne no dudo en aprovechar la situación y matarla en silencio clavándole el cuchillo en el cráneo. Luego remató a Silvestre dándole en el corazón.

Philipe se lanzó hacia Faye y consiguió derribarla. El hada agarró su espada y los dos lucharon.
Elvyne se agachó a mirar a Renée. Ella tenia un corte en el pecho pero nada más. Ella la ayudó a ponerse en pie. Renée quiso coger su daga pero Faye la tenía. Philipe cayó al suelo y Elvyne lo reemplazó.
Renée ayudó a Philipe y este la abrazó asegurándose de que estaba sana.

《¡Usa tu magia!》dijo Philipe.

《¡Ya lo he intentado!》se quejó Renée.

《¡Pues vuélvelo ha hacer!》

《¿¡Cómo?!》

《Sólo desealo y haz que pase.》dijo y fue ha ayudar a Elvyne.

Renée intentó tranquilizarse pero no pudo. Recordó los sentimientos que tubo cuando mató a esa tribu. Estaba desesperada. Pero ahora no lo estaba. Estaba enfadada, rabiosa, nerviosa pero no desesperada.

Ella caminó hacia Faye y apartó a Philipe y Elvyne de en medio. Faye sonrío lascivamente. Parecía cansada pero aún tenía aquella actitud que tanto odiaba Renée. Renée cogió la daga de su mano y la lanzó al suelo. Seria un combate mano a mano. Ella se preparó como Philipe le había enseñado. Faye dio el primer paso y Renée dejó que le pegara. El segundo y Renée cayó al suelo.

《Eso ha sido lamentable.》se rió Faye.

Renée le pegó en la mandíbula y Faye escupió toda la sangre en su cara. El hada empezó ha pegarle. Algún puñetazo logró esquivar. Renée se decía a si misma que moriría esa misma noche. Pero no sentía desesperación. Entonces sintió odio. El odio hacia ella misma y hacia la estúpida hada. Controló ese odio que tenia en su interior y cerró los ojos. Los abrió y Faye se espantó al verlos rojos. Renée sabía que algo había cambiado. No tenía escrúpulos y solo podía pensar en como matarla.

Renée la sujetó de la cabeza y empezó a apretar. Faye quería soltarse pero la fuerza de Renée era inhumana. Faye chillaba a todo pulmón pero Renée no paró incluso después de oír el crujido del cráneo romperse. Antes de que Faye perdiera el conocimiento, Renée aplastó su cerebro como si fuese una uva. Toda la sangre y partes de cerebro cayeron encima de Renée pero ella no le importó. Cuando supo que Faye estaba más que muerta, se la quito de encima y se puso de pie.

Sus mejores amigos la miraban con temor en sus ojos. Incluso Elvyne parecía asqueada ante aquella muerte. Philipe dio un paso hacia ella pero Renée se apartó. No quería perder el enfado. Fue hacia los barrotes y los miró. Después de un segundo explotaron en mil pedazos. Ella se giró he hizo lo mismo con los del hombre. También explotaron.

Cuando los dos quedaron libres, Renée pestañeó y los ojos rojos volvieron a ser grises. Ella cayó al suelo sintiéndose agotada. Philipe logró cogerla antes de que tocara el suelo y la cogió en brazos. Elvyne cogió las armas y todos se fueron de aquel lugar.

Cuando salieron al exterior era de día. Millones de hadas estaban reunidas esperándolos. Renée levantó su cabeza y vio a todas esas hadas gritando su nombre. Algunas lloraban de felicidad, otras sonreían, un par le lanzaban besos. Ella volvió al hombro sudado de Philipe y se dejó ganar por morfeo.

Renée se levantó con un dolor de cabeza enorme. Apenas podía moverse. Vio a un hombre sentado junto a ella sonriéndole. Ella le sonrió de vuelta.

《Lo conseguí. No habrá guerra.》dijo débilmente la chica.

《Todo gracias a ti.》dijo él. 《Pero no vuelvas ha hacerlo.》

La profecía de Renée ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora