Capítulo 32

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Jérémie le clavó la espada en el hombro pero Onfroi la apartó rápido. Luego él le quiso cortar la cabeza pero Jérémie lo impedió con su propia espada.
Los dos lucharon hasta que Onfroi lanzó la espada a un lado. Él lo miró sonriente y lo invitó ha hacer lo mismo. Jérémie lo hizo con una sonrisa maligna. No quería desperdiciar la oportunidad de matarlo con sus propias manos.

《Vamos ha hacerlo simple.》dijo y con su mano lanzó una llamarada de poder morada.

Jérémie alzó su mano y corto esa llamarada con la suya roja. Él hizo lo mismo pero Onfroi la esquivó y le sonrió al final. Jérémie lo odiaba y cogía ese odio para canonizarlo hacia Onfroi.

《¡¿Eso es todo lo que sabes hacer!?》preguntó volviendo a atacarle.

Esta vez le tocó y lo hizo volar tres metros de distancia hacia atrás. Jérémie tosió y se levantó a dirás penas. Él se puso en pie y vio que Onfroi estaba delante suyo. Onfroi lo atacó pero Jérémie hizo una voltereta y lo atacó desde otra perspectiva. Onfroi salió por los aires. Jérémie aprovechó y mató dos más que se pusieron en su camino. Luego un tercero, un cuarto, un quinto. Perdió de vista a Onfroi y maldició mientras tres soldados más lo atacaron.
Él cogió una espada y se defendió.

《¡Venga, imbéciles!》les gritó para enfadarlos más.

Los tres atacaron a la vez y Jérémie simplemente se apartó dejándoles confusos. Luego ensartó a dos a la vez con su espada. Solo quedaba uno. Él luchó contra él, pero un compañero se les sumó. Jérémie sopló e intentó defenderse. Mató con la espada a uno y con sus poderes al otro al mismo tiempo. Él notaba como los poderes de todos los demonios se les iba sumando. Ahora era más poderoso que antes.

Volvió a ver a Marcel y se alegró de verle con vida. Su esposa estaba luchando junto a él. Mientras los miraba otro le quiso atacar. Jérémie fue más rápido y le clavó la espada en el cráneo. Vinieron cinco más después del último. Charlotte le apoyó. Ella mató a dos mientras que Jérémie mataba a uno. Solo quedaban dos y se lo repartieron. Cada vez costaba más de matar pero lo consiguieron.

《Gracias.》dijo Jérémie exhalando aire como un loco.

《Que no te maten. A ella no le da igual.》dijo y se fue matando uno en el  camino.

Jérémie escupió en el suelo cansado. Ahora tenía una nueva meta. Encontrar a Onfroi. Él buscó a su enemigo y mató a unos diez soldados más. Casi todos sus hombres estaban muertos. Solo se oían el ruido de algunas espadas chocandose pero Onfroi seguía teniendo más soldados vivos que él. Necesitaban más gente. Más soldados. Y los necesitaban ya.

(...)

Renée miro como la gota de sudor se le caía de su flequillo despeinado y sucio. Habían cinco ogros más y ahora si que tenían que atravesarlos. Por suerte estaban lo bastante lejos de ellos como para poder susurrar. Philipe se volvió a agachar al igual que las chicas.

《¿Alguna idea?》preguntó Renée.

《No podemos matarlos. Son más en número y haremos mucho ruido.》dijo Elvyne.

《Hay algunas rocas. Podemos escabullirnos y escondernos detrás de ellas.》

《Eso es muy arriesgado.》dijo Elvyne negando con la cabeza.

《¿Entonces que hacemos? No hay otro plan.》se quejó Philipe.

《Yo digo que uno los llame la atención mientras que los otros dos corran. Puedo llevarlos hasta el barranco y dejar que se caigan.》

《Eso es aún más arriesgado. No quiero ser responsable de tu muerte.》

《No sé si lo sabes, princesita, pero me las he apañado siempre muy bien. Puedo hacerlo. Tu mismo dijiste que son tontos.》

《No voy a dejar que hagas eso.》dijo Philipe.

《Seguiremos el plan de Philipe.》sentenció Renée.

《De acuerdo.》se quejó Elvyne.

Los tres se levantaron y caminaron hasta el borde del muro que los tapaba. Philipe miró para ver si estaba libre. Justo en ese instante un ogro miró hacia su dirección. Él se escondió rápidamente. Renée lo miró espantada. El ogro apareció y los miró. Los tres retrocedieron y el ogro los siguió. Elvyne lo guió para que la siguiera. Philipe contó hasta tres y cuando acabó le hizo una señal a Renée para atacarlo.

Los dos saltaron hacia él. Philipe le clavó un cuchillo en el tobillo y Renée en la espalda. El ogro cayó al suelo y antes de que hiciera ruido, Elvyne le clavó su katana en su cabeza. Por mala suerte el ruido que había hecho al caer, habia atraído a otro ogro. Elvyne le gritó e hizo que la siguiera. Philipe cogió a Renée por el brazo y la escondió usando el ogro muerto como escondite. Los otros tres ogros salieron corriendo persiguiendo a Elvyne. Renée intentó chillar pero Philipe tenía una mano tapando su boca.

Cuando todos los ogros salieron tras ella y ya no se les veía, Philipe la dejo y se levantó agilmente. Renée lo siguió enfadada y corrió para alcanzarle. Cuando lo hizo, empujó a Philipe.

《¿¡Se puede saber que has hecho?!》dijo furiosa.

《Está bien. Eso era lo que quería. Te hubiera odiado si le hubieras chafado su plan.》

《¿¡Qué pasa si se muere!? ¡¿Si se la comen!?》

《¡Renée! Tenemos que continuar. Si yo estuviera en peligro y eso te hiciera estar tu en peligro dejaría que me abandonases.》dijo ahora serio.

《¡No lo haría! Somos un equipo.》

《Hazme caso. Continuemos, ella nos seguirá el rastro. Mira.》le pidió y dibujó una flecha en la pared para que supieras por donde han ido.
《Vamos.》dijo.

Renée caminó hacia él. Los dos siguieron su camino, aunque Renée no paraba de mirar atrás esperando ver a su mejor amiga. Tenía razón Philipe y Renée lo sabía. No tenían mucho tiempo y cuanto más tardaban, más gente moría. Ella solo quería salvar a su marido y necesitaba ir a pedir a los ángeles ayuda. Pero eso no quitaba, la crueldad que era tener que dejar un amigo atrás. Quizás era normal para ellos pero no para Renée.

El camino era cada vez más empinado y cansaba mucho de subir. Habían trozos sin tener un camino llano por lo que tenían que escalar o darse un empujón. Philipe iba parando para que Renée tomará aire. Esto no iba bien para una embarazada. Él le dio agua de una cantimplora que se había llevado. Entonces ahí empezaron las contracciones. Renée se retorció de dolor. Philipe la tuvo que tumbar en el suelo. Renée empezó a llorar en silencio sabiendo que podían estar en peligro. Ella agarró la mano de su amigo y gruñó todo lo que pudo. Así estuvieron dos minutos. Cuando Renée se recupero no esperó ni un segundo para volver en marcha.

《Te dije que no estaba bien venir aquí en tu estado.》dijo Philipe preocupado y nervioso.

《Puedo hacerlo.》dijo Renée quitándose las lágrimas.

Luego, volvió el daño otra vez. Ella se sentó y se apretó la barriga. Dolía como el infierno. Philipe tuvo que matar a un ogro que buscaba quien era el portavoz de aquellos gruñidos. Él lo hizo en cinco minutos. Después se llevó a Renée aún gruñiendo en brazos. Philipe se cayó por agotamiento. Renée se levantó y lo ayudó a él a hacerlo. Por suerte ya habían llegado a la cima. Había un agujero donde resplandía luz. Los dos se miraron y fueron corriendo hacia ella.

《¿No me esperáis?》preguntó una voz cansada pero con un tono de chulería.

Los dos se giraron y la vieron plantada delante de ellos.

♡ J. R. Third ♡

La profecía de Renée ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora