Capitulo 3.

137 2 0
                                    

-Harry: ¿en que estás matriculada? Te enseñaré a que clases debes ir

-Yo: Pues...estoy matriculada en medicina. Es mi primer año aquí

-Harry: Perfecto pues mira, allí en el tablón están apuntados todos los horarios, yo debo irme, tengo clase y ya voy tarde

-Yo: ah claro, muchas gracias

-Harry: Espero verte pronto Alison

Y se dio la vuelta alzando la mano en forma de despedida. No estaba tan mal ¿no? Quiero decir, eso de conocer personas y hacer amigos. No llevo ni una hora aquí y ya conozco a alguien, no había sido como me imaginaba pero aún así me sentía rara, no sabía como relacionarme y si lo intentaba, la mayoría de las veces no era capaz de articular palabra alguna. 

Mire el tablón y estaba completamente lleno de miles de hojas escritas, sobre asignaturas, clases, horas... Tardé unos 10 minutos en encontrar donde yo estaba matriculada, hoy solo daría tres clases: Medicina general, anatomía y bioética. 

Mire el horario y...mierda. Iba llegar tarde a mi primera clase de Medicina general. Recorrí aquellos enormes pasillos lo más rápido que pude pero era inevitable no llegar tarde. Por fin, aula 5. Me quedé por unos segundos allí parada, en frente de la puerta inmóvil, tenía miedo y a causa de ello mis músculos se paralizaron dejandome sin opción alguna de reaccionar.

-xx: ¿Señorita?

-Yo: oh ¿Perdón?

-xx: ¿tiene usted clase de Medicina general ahora?

-Yo: Sí, yo..estoy algo perdida ¿me podría decir si esta es el aula?

-xx: sí, está usted ante la maravillosa puerta de mi aula, soy su profesor, Miller y le convendría saber que llega tarde a mi clase

-Yo: lo siento señor Miller, es que me perdí, no sabía donde quedaba este aula.

-Miller: no se preocupe, entre en el aula y reunase con sus compañeros.

Abrí la gran puerta y entré a paso desconfiado, estaban todos los sitios ocupados. Iba pasando pasillo por pasillo entre las mesas ya con alumnos sentados en sus respectivos asientos. Al fondo pude ver una mesa de dos vacía, genial. Me apresuré para sentarme.

Las tres primeras horas de clase pasaron bastante rápidas, en cuestión de lo que parecieron minutos me encontraba fuera del aula, recorriendo los grandes pasillos en busca de la residencia donde me encontraba. Efectivamente, no sé como mi padre accedió pero al final me dio permiso de quedarme en la residencia de chicas de la universidad de California.

Saqué el papel que me dieron días antes de mi bolso, y seguí las instrucciones hasta llegar a un edificio blanco, enorme. *Planta 4, habitación número 10*. Bien, pues ya está, todo lo peor ha pasado, ahora solo me queda abrir esta puerta y ver con quien me tocará convivir durante todo este año, solo pido que sea buena persona y comprensiva. Saqué las llaves y al abrir la puerta me encontré con una chica alta, pelo oscuro, falda corta negra y una camiseta que apenas le llegaba al ombligo. Se dio la vuelta al escuchar la puerta abrirse y me quede asombrada al ver su cara totalmente maquillada y su piercing en la nariz sus brazos recubiertos de tatuajes de todas clases. Bueno, a veces las apariencias engañan ¿no? 

Killer wingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora