Killer wings

Capitulo 4.

-Yo: Hola

Cerré la puerta detrás de mí y esbocé una pequeña sonrisa tímida. La chica en respuesta se giró y siguió prestando atención a su teléfono móvil haciendo caso omiso a mi presencia.

Esto me dio muy mala impresión de ella, algo me dice que nos costará entendernos y llevarnos bien. Espero que solo sea un mal día y mañana se suavicen las cosas. Me dirigí hacia lo que parecía una cama litera y pude ver que en la cama de abajo había mantas y cojines, supuse que mi cama era la de arriba. Estaba cansada así que me subí a la litera con intención de dormir algo y recuperar fuerzas para desempaquetar las maletas y ordenarlo todo mas tarde. Me acomodé entre aquellas sabanas de franela suaves y me puse mis cascos para entrar en el mundo de los sueños, en el cuál todo era posible.

Me desperté y estaba en un gran rascacielos, subía y subía grandes escaleras huyendo de algo o alguien. Llegué al final de las escaleras y no había salida, estaba atrapada. Entonces un señor mayor y un joven alto se acercaban a mí, el joven llevaba una pistola en la mano, yo intentaba abrir mas mis ojos pero la imagen era borrosa y no podía distinguir la cara de los dos individuos. El pánico me inundó por dentro y comencé a llorar, pareció molestarle al hombre pues le dio ordenes al joven, aunque no pude escuchar que decían. Entonces sentí unas manos frías sobre mi piel y una pistola sobre mi cabeza, la mirada del chico, fría y tentadora.

-xx: eh tu, niñata. ¿que crees que haces? Me estas molestando

Abrí los ojos lentamente y pude ver a mi compañera de habitación quejándose. Había sido todo un sueño.

-Yo: Yo, eh, lo siento era una pesadilla

-xx: Pues más te vale que controles tus sueñecitos, oye  por cierto voy a salir si necesitas algo llama a ese número.-dijo señalando a la mesa del fondo.- no quiero que molestes a nadie, se supone que eres nueva y yo me hago cargo de ti.

Dicho esto salió de la habitación dando un portazo detrás de sí. Me quede allí sentada en la cama, paralizada por el miedo que había sentido antes en aquella pesadilla, parecía todo tan real. Pude reaccionar y me levanté dispuesta a ordenarlo todo. Respecto a mi compañera de habitación prefería dejarlo estar, no se ve muy por la labor de hacer amistad y me transmite frialdad. Puedo leer en sus ojos que algo no esta bien con ella.

Me dirigí hacia mis maletas y las vacié para ordenar la ropa en el armario. Tan solo tarde unos 10 minutos en tenerlo todo perfecto y ordenado, el tiempo que quedaba lo emplearía en una larga ducha para poder ordenar mis pensamientos.

Cogí lo necesario y me dirigí hacia el baño que estaba dentro de la habitación. Era espacioso y con una gran bañera. Un espejo enorme al final donde podía admirarme de pies a cabezas.

Me hice un gran moño en mi largo pelo rubio para evitar que se mojara y me desvestí preparada para darme un intenso baño.

Deslicé mis piernas sobre el fondo de la bañera y sentí el agua caliente chocar contra mi piel. Me transmitía serenidad. Los próximos 30 minutos los pasé enredada en el agua y el aroma a coco del gel. 

-Yo: creo que es suficiente por hoy.

Me salí de la bañera notando mis dedos arrugados y me deslicé en la gran toalla enrredándola en mi cuerpo. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que me había dejado la ropa fuera, por suerte mi compañera de habitación estaba ausente si no habría sido una situación muy vergonzosa.

Salí del baño en dirección a mi armario y cogí algo de ropa limpia. Estaba totalmente metida en mis pensamientos cuando alguien me interrumpió justo antes de poder retirar la toalla de mi cuerpo.

-xx: Bonitas vistas pero creo que es mejor dejar lo de desvestirse para mas adelante ¿no crees?

Me giré rápidamente y pude ver esos ojos verdes intensos y aquel pelo rizado que tan familiar se me hacían.