Capitulo 18: Sorpresa.

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—¡Goteeeen!— el moreno escuchó un pitido muy fuerte en su oído que se convirtió en una fuerte punzada en su cabeza. Era Trunks, el pelo-lila sabía que este tendría una gran resaca por lo que se le ocurrió la "gran idea" de despertar a Goten. Pero claramente no lo haría delicadamente, susurrando despacio en su oído y levantando lentamente la persiana dejando que se acostumbara a la luz. No ese no es su estilo.

Este había optado por coger una bocina junto a un par de tapadera de sartenes y que empezara el ruido. Saltó en la cama encima de Goten mientras gritaba y chocaba ambas tapas. El azabache se dió la vuelta y apretó la almohada contra sus oídos, pero esto no funcionaba, el estruendoso ruido seguía en su cabeza y dolía mucho. Goten se sentía fatal, peor que en los primeros meses de embarazo y Trunks no ayudaba. Agarró del pie al oji-azul, tirando de este y dejándolo caer de la cama.

—¡Cállate!— gritó. Sentía ganas de vomitar y su cabeza daba vueltas. Maldito Trunks, maldita bebida. No iba a volver a beber en su vida. Era como si cada ruido estuviera aumentado por cien y sus oídos se hubieran vuelto mucho más sensibles.

—Toma— Trunks le dio un vaso de jugo de naranja junto con una pastilla para el dolor de cabeza.

—Gracias— dijo este molesto cogiendo ambas cosas

—Creo que Marron esta peor que tú por lo que te vas a tener que quedar solo.

—Eso es lo que quiero ¡lárgate!— Trunks rió. Goten enfadado no dejaba de ser mono.

—Ya me voy, gruñón— le dejó un rápido beso en los labios y este se quejó. Era taan mono. Antes de irse pegó otro bocinazo haciendo gritar a este, y él sólo reía.

(...)

Marron estaba en las mismas condiciones que Goten y Mai se encontraba durmiendo a su lado, su cabeza dolía y no lograba recordar con claridad que es lo que pasó esa noche. En ese momento su puerta se abrió y su madre de encontraba cruzada de brazos.

—¿Te lo pasaste bien?

—Ahora no estoy para tus charlas— dijo la rubia mientras se tiraba hacia atrás, dejando caer su pesada cabeza en la almohada.

—¿Quién es ella?

—Mai, ya os he hablado de ella— entonces Marron se acordó del padre de esta y que le quedaban muchas cosas que arreglar.—-Tengo que hablar con papá.

Esta le contó a su padre todo lo que había pasado con Mai y su padre, todo lo que esta le había contado y lo que ella misma había visto ese dia. Krillin encontró a este hombre y sin dudarlo lo metió en la cárcel. Mai cuando se enteró no pudo evitar alegrarse, sabía que era su padre ¿Pero qué padre pega a su hija y mujer? ¿Qué padre deja en ruina su familia por la bebida y otras mujeres? Uno en condiciones esta claro que no.

—Gracias Marron

—Deja de darme las gracias, sólo he hecho lo que debía hacer—dijo esta quitándole importancia. Mai sonrió y abrazó a esta.

—Buscaré un trabajo y ayudaré a mi madre a poder pagar un alquiler.

—Podéis quedaros aquí de mientras, no es necesario que os vayáis ya—la rubia no quería que se fuera Mai, se sentía tan completa con esta a su lado. Al despertarse hoy y verla abrazada a ella sintió que la vida le sonreía de vuelta. Su corazón dio un vuelco y supo que quería que sus mañanas en un futuro fueran así.

—Por ahora vamos a quedarnos en un motel. Noto que a mi madre le incomoda esta situación, o sea no os conoce y siente que nos aprovechamos de vuestra bondad

—Tonterías—Mai sonrió

—Adiós Marron— le dió un beso en la mejilla y se fue volando, como esta le había enseñado, mientras se despedía con la mano. La rubia que aún no se acostumbraba al contacto de los labios de la morena y su piel, se quedó de piedra tocando la zona del beso. Aunque parecía una muerta por fuera, por dentro estaba más viva que nunca. Su corazón parecía que se iba a salir de su pecho y en su estómago miles de sensaciones hacían una fiesta para provocarle un cosquilleo.

Nuestro pequeño. Editado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora