Capitulo 15

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Narra Gine

-¿Te apetece que hagamos una carrera?- le pregunte a Arween retándole con la mirada.

-Es que no me ape...

-A caso eres un gallina- le proboque comenzando a imitar a las gallinas.

-Te vas a enterar- dijo finalmente.

-Lo había conseguido, yujuuu- pensé internamente.

-Preparados...Listos...¡Ya!

Arween dio la salida y comenzamos a correr al rededor de la manzana, pero no me di cuenta y en un paso de zebra casi me atropellan. Juro que pude ver mi vida pasar por delante de mis ojos y solo había caballos y cosas de deporte. Tenia que salir más.

En ese momento no podía reaccionar de la impresión pero Arween me tenia rodeada entre sus brazos y los dos estábamos sentados en en suelo, supongo que del impulso con el que me atrajo hacia él nos acabamos cayendo.

No pude evitarlo y me acabe sonrojando, ya que a la distancia que estaba podía notar el corazón desbocado y el aliento cálido de Arween en mi pelo.

-¿T-te encuentras bien?- me preguntó entrecortada mente sin soltarme de su agarre.

En ese momento alce la vista y ví como se sonrojaba al verme la cara haciendo que yo me sonrojada aun más.

-S-si me encuentro bien- dije contra su pecho. Ante esto él pareció tensar se y me soltó para poder levantarse y luego ayudarme a mi.

-Vanos a continuar- me dijo todavía un poco colorado.

-E-esta bien- dije aun sonrojada.

Que extraño. En ese momento en el que el me sujetaba contra su pecho sentía que no quería moverme de donde estaba ¿Porque?

Esa pregunta se quedó en mi cabeza mientras continuábamos corriendo.

Narra Katherine

Era domingo ya, la verdad es que el fin de semana pasó muy rápido. Mientras estaba relajada en el sofá medio traspuesta alguien llamó a la puerta y me hizo despertar de golpe. Pensé que tal vez era Gine así que fui a abrirle, probablemente se olvidó sus llaves.

-¿Otra vez te has olvidado las lla...- no pude acabar la frase por que delante mio no estaba Gine, si no unos chicos de por lo menos 1,80m, con perilla, de unos dieciocho años o mas y con los ojos de color verde. Unos chicos que pude reconocer a la perfección.

-Hola prima cuanto tiem...- no lo deje terminar porque le cerré la puerta en las narices.

No podía ser, no, no, ¡no! No podia ser ¿Porque habían tenido que venir aqui, porque?

-¿Quien era?- me pregunto Melina.

-N-no era nadie- dije con voz muy aguda.

-Me estas mintiendo Kath, dime quien era.

En ese momento volvieron a llamar al timbre y Melina fue a abrir la puerta.

-¡No, no habrás!- grité desesperada, pero ya era demasiado tarde la había abierto de par en par y el mal se adentró en nuestra casa.

-¡Mark, Neil! ¿Que hacéis vosotros aquí?- preguntó Melina con felicidad.

-Pues nada, hemos venido a hacer una visita- le contesto Mark- pero ¿con que nos hemos encontrado? Con que nuestra prima va y nos cierra la puerta en las narices- dijo mientras junto a su hermano Neil se acercaban amenazadora mente a mi.

-¡No! ¡Ni se os ocurra acercaros a mi!- grite comenzando a correr por la casa mientras estos me perseguían, pero al final consiguieron alcanzarme y Neil me llevaba como si de un saco de patatas se tratase.

-Encima que te habíamos traído una sorpresa Kath- me dijo Mark con fingida desilusión.

-Si claro, ¿y que es?- dije con ironía.

-¿Hermanita?

Al oír esa voz me paré literalmente en seco y me giré para ver hacia la entrada, el lugar de donde provenía la voz.

-¡¿Sara?!- me solté del agarre de Neil y corrí hacia ella abrazandola- pero, ¿que haces aquí? ¿no estabas en el internado?

-Si, pero nos han dado unos días libres y me apetecía venir a ver como estabas- me dijo con una radiante sonrisa.

Sara era mi hermana pequeña, tenia unos doce años, era pelirroja y tenia los ojos azules al igual que yo. Nos queríamos mucho y ella era mi hermanita consentida.

Estuvimos durante un buen rato hablando y nos contamos todo lo que nos había pasado durante el tiempo que estuvimos separadas, pero un rato después Mark se la llevó de vuelta al internado. ¿Y porque no fue Neil también? Pues porque resulta que su universidad estaba muy cerca de nuestro instituto y se habían comprado un apartamento aqui al lado, por lo que durante un laaaaargo tiempo iba a tener que aguantar las jugarretas de mis "queridos primos".

Mis Primas Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora